En 2001, el hoy ministro del Interior Eduardo "Wado" de Pedro tenía 25 años y repartía su tiempo entre la carrera de Derecho y la militancia en la Universidad, en HIJOS y en el Sindicato de Judiciales. El 19 de diciembre, fue a Plaza de Mayo cuando supo que habían declarado el Estado de Sitio. Como a muchos, el intento de prohibir las protestas fue lo que lo convocó frente a la Casa Rosada. El 20, como a muchos, fue la represión a las Madres de Plaza de Mayo lo que lo movilizó. Terminó en un patrullero, golpeado, picaneado y amenazado de muerte. 

El 20 de diciembre de 2001 Wado no pudo llegar hasta la Pirámide, donde las Madres estaban siendo reprimidas por la policía montada con gases y caballos. Frente a la Catedral, lo agarró la policía. Cuando quisieron meterlo en un patrullero, escapó y siguió el protocolo: gritar su nombre. En medio del tumulto y la confusión vio a un fotógrafo que conocía, Damián Neustadt, y volvió a gritar: “Soy Wado, soy de HIJOS”. 

Neustadt capturó las imágenes que, esta semana, a 20 años del estallido social que hizo que el entonces presidente Fernando de la Rúa renunciara al cargo y se fuera de la Casa de Gobierno en un helicóptero, se convirtieron en otro registro del lamentablemente suceso.

En diálogo con AM750, el fotógrafo contó que vio como "comenzó toda la secuencia" en dónde se llevaban a Wado: "Él estaba parado en Diagonal Norte y San Martín, cuando la gente entraba y salía de Plaza de Mayo. En una de esas corridas, en un momento que estaba todo tranquilo, se le cae un bolso y le pregunta a un policía si le podía dar y recibe golpes y se lo llevan", recordó.

"Lo meten al patrullero, se escapa y lo vuelven a capturar. De ahí salieron las fotos que están circulando, de la segunda vez que lo meten al patrullero", agregó.

Además recordó que no lo golpearon pero policías lo amenazaron con un arma, porque se quedó al lado del patrullero y dijo en ese momento "yo me quedo acá". "Me apoyó una escopeta en la cara, se la corrí y le saqué una foto", dijo.

Damián también dijo que, más allá de su postura ideológica y su apoyo a las movilizaciones de ese momento, fue "como fotógrafo, como una persona curiosa".

"Fue más que nada para documentar lo que iba a pasar sin saber lo que iba a suceder. Fue más como una cosa de curiosidad y de decir 'bueno, soy fotógrafo, quiero estar donde pasan las cosas'", sostuvo.