Tenía que pasar y pasó: entramos definitivamente a la era regida por la Generación PornHub, donde la exposición al porno goza de límites insospechados. De hecho, un reporte de 2015 ya había apuntado que solamente ese año se vieron alrededor de 4 billones de horas de porno, lo que equivale a 2,5 veces el tiempo que el Homo Sapiens lleva en la Tierra. “Constantemente pensamos innovaciones tecnológicas para sorprender a nuestros usuarios”, estampa Corey Price, el VP. Y el usuario –siempre– por delante. Y la tecnología –siempre, siempre– es la manera. No obstante, ni tan líquida ni tan pop, la Generación PornHub sabe que el porno está a tiro y lo estará para siempre. Se terminó el reinado de la indiscreción, del alquiler avergonzado y de la gesta epopéyica por el espacio onanista. Se trata de uno de los grandes jugadores de la industria del entretenimiento y su producto es la pornografía. Entonces, ¿cuál es su verdadero logro? A su manera, Pornhub naturalizó el consumo de material para adultos. Elegí la película, liberá tu genitalidad y hacé doble clic para disfrutar del porno, porno y más porno.
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