Los partidos norirlandeses seguirán negociando la formación de un Ejecutivo de poder compartido hasta el próximo lunes. Superaron ayer la fecha límite impuesta por Londres para lograr un acuerdo de gobernabilidad, la cuarta en seis meses de parálisis, pero el gobierno de Theresa May le dio cinco días más. 

Aunque la política de la provincia británica suele avanzar despacio y no responde bien a los ultimátums, el gobierno británico decidió ayer conceder una nueva prórroga para que las formaciones acerquen sus posiciones, según anunció una portavoz de la primera ministra británica, la conservadora Theresa May, tras constatar el fracaso de esta nueva ronda de conversaciones. “Vamos a dar espacio a los partidos para que sigan negociando”, explicó la fuente en un comunicado de Downing Street, en el que matizó que aunque se sobrepasó el tope, eso no significa que hayan concluido los esfuerzos para restaurar el “Ejecutivo” autónomo norirlandés.

El ministro británico para Irlanda del Norte, James Brokenshire (foto), efectuará una declaración ante el Parlamento de Londres este lunes para explicar qué opciones tomará si tampoco hay acuerdo tras el fin de semana. En ese caso, podría fijar otra fecha límite, suspender indefinidamente la autonomía y gobernar la provincia desde Londres o convocar una nuevas elecciones regionales, después de la cita con las urnas del pasado marzo. 

El Partido Democrático Unionista (DUP, probritánico y el principal de la comunidad protestante norirlandesa), socio del gobierno conservador británico, y el Sinn Féin (el principal de la comunidad católica), los más votados hace cuatro meses, se acusaron ayer mutuamente de no ceder terreno sobre asuntos clave. 

Según fuentes cercanas a estas negociaciones, ambas partes están de acuerdo respecto a sus candidatos para dirigir el Ejecutivo, pese a que el Sinn Féin se había opuesto hasta ahora a compartir gobierno con la líder del DUP y ex ministra principal, Arlene Foster, mientras se investiga su papel en un caso de corrupción en la política de energías renovables detectado en la anterior legislatura. Este escándalo financiero llevó al adjunto de Foster, el histórico dirigente del Sinn Féin, Martin McGuinness, ya fallecido, a presentar su dimisión el pasado enero, lo que obligó a Londres a convocar unas elecciones dos meses después. 

Downing Street insistió, como hizo Brokenshire, que se efectuaron importantes avances. “Creemos que se puede encontrar una solución y urgimos a los partidos para que sigan centrando todos sus esfuerzos en conseguirlo”, señaló la portavoz oficial.