El comando de campaña del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva tiene previstos algunos movimientos políticos para mejorar la llegada del candidato al electorado evangélico, un segmento clave para las elecciones en tanto un tercio de la población de Brasil dice adherir a ese credo.

Según publicó este lunes 15 el diario paulista Folha, la luz de alarma la prendió la última encuesta de Datafolha, divulgada en julio, que muestra a Jair Bolsonaro con una amplia ventaja sobre el líder de la izquierda entre los votantes evangélicos, invirtiendo la tendencia que se maneja a nivel nacional: el 43% de los evangélicos respondió que votaría a Bolsonaro y el 33% a Lula.

Un pastor evangélico, Paulo Marcelo Schallenberger, fue convocado por dirigentes del Partido de los Trabajadores (PT) para coordinar acciones y hace unos días se reunió con el compañero de fórmula de Lula, Geraldo Alckmin, una fugura importante para conectar con el electorado relgioso. En ese encuentro, según contó el religioso, surgió la idea de impulsar un “contraataque” para desmontar la idea de que Lula atacó a los sectores evangélicos durante sus gobiernos, una noción vienen instalando los militantes bolsonaristas en sus campañas, sobre todo en redes sociales.

“Hay una narrativa que se está difundiendo desde las iglesias de satanizar la figura del expresidente Lula. Es como un nuevo kit gay. La campaña necesita hacer un contraataque y un guiño más directo a los evangélicos”, dijo el pastor a Folha.

La referencia que hace Schallenberger al “kit gay” tiene que ver con una campaña de desinformación que instaló el bolsonarismo en las elecciones de 2018, acerca de supuestos cambios en la educación sexual que impulsaría la izquierda si llegaba al gobierno.

El pastor Schallenberger sugirió incluso la realización en las próximas semanas de un “gran culto pentecostal” en San Pablo con líderes evangélicos, en el que participe la fórmula Lula-Alckmin.

Por su parte, uno de los coordinadores de comunicación de la campaña de Lula, el alcalde de Araraquara, Edinho Silva, dijo que la trayectoria política de Lula es “más fuerte que cualquier fake news”.

“En 2003 Lula reglamentó la ley de libertad para la organización de las iglesias. Más que mentira, es una clara demostración del respeto de Lula por la libertad, en especial de la comunidad evangélica”, dijo el funcionario, avalando la tesis de que es necesario pasar a la ofensiva en esta temática.

El voto evangélico es un botín muy preciado en la política brasileña. En abril, el expresidente Lula definió al aborto como un “derecho para todo el mundo”, pero su comando de campaña movió rápido para bajarle perfil a esa postura. Tras esas declaraciones, viralizadas rápidamente por unas milicias bolsonaristas siempre dispuestas a fidelizar a su base conservadora, Lula no ha vuelto a mencionar el tema en sus actos de campaña.