El 30 de agosto, la emblemática Cuesta de El Portezuelo y los cerros de Ancasti, en Catamarca serán bombardeadas desde un helicóptero. La novedad es que el ataque aéreo nada tiene que ver con un evento bélico, sino que su fin es reforestar las 2500 hectáreas que el fuego arrasó en julio. Es la primera vez que la provincia utilizará “bombas de semillas” para reforestar las zonas quemadas por incendios forestales.

Las bombas de semillas, son estructuras de arcilla, tierra fértil y semillas de flora autóctona que fueron elaboradas por el personal del Vivero de la provincia y su fin es el de forestar o reforestar grandes extensiones de terreno.

“Se utilizan desde hace algunos años en el país. Para su fabricación se usa un 3 % por ciento de arcilla con tierra de material orgánico y se le incorporan entre unas 20 y 30 semillas que se tiran desde el aire. De esta manera, al llegar al suelo, se rompen y así salen desparramadas junto con el material orgánico evitando que se las coman los pájaros, protegiéndola de otras inclemencias y haciendo más fácil su germinación para cuando llegue la lluvia”, explicó a Catamarca/12 Carlos Garcias, director del Viveros y Forestación de Catamarca, dependiente de la Secretaría de Medio Ambiente.

El funcionario explicó que esta es la primera que se utilizarán en Catamarca y se planeó luego de ver las experiencias positivas que tuvo Córdoba que ya las vienen utilizando desde hace 6 años. “Sabemos que las posibilidades de que germinen dependen de las especies, algunas tienen un 50 por ciento de probabilidades, otras más y otras menos, por eso colocamos más de 20 semillas por cada una”, contó.

Trabajo en el Vivero provincial

Las bombas catamarqueñas fueron posibles gracias a la recolección que realiza cada año el personal del Vivero en diferentes zonas de la provincia y que luego guarda en la Cámara Frigorífica del Banco de Semillas, que fue creado hace 7 años.

Garcias, contó que las bombas contienen semillas de palo borracho, algarrobo, cebil y horco quebracho. Hasta el momento, estas semillas eran guardadas y usadas luego en el laboratorio para su reproducción. Esas plantas germinadas se las llevaba luego a diferentes lugares o localidades del interior provincial para forestar zonas e incluso barrios. “Actualmente estamos en Villa Vil forestando el pueblo y así vamos de municipio en municipio”, dijo.

La primera intervención con las bombas se realizará en Ancasti el 30 de agosto. Pero para que esto sea posible, previamente capacitarán a los alumnos de las escuelas del lugar sobre cómo fabricarlas artesanalmente, "ellos pueden hacerlas y lanzarlas, porque no siempre hace falta un medio aéreo pero sobre todo queremos educar en conciencia ambiental".

Esta planeado que luego se realice el mismo trabajo en las Sierras de Gracián, la primera semana de septiembre, en conjunto con el municipio de Fray Mamerto Esquiú. En tanto, se procura extender esta actividad a las zonas de Belén y Andalgalá, que también fueron afectadas por el fuego.

Eco bombas

La técnica de las bombas de semillas o "eco bombas" la creó el biólogo y agricultor japonés Masanobu Fukuoka, quien siguiendo la tradición agrícola de su familia estudió la composición del suelo en relación con la vegetación y el diagnóstico de sus enfermedades para explorar otros tipos de siembra. Las áreas deforestadas de los bosques o las plantaciones quemadas de difícil acceso son los principales objetivos de esta técnica, que combina semillas con otros elementos orgánicos para fomentar su crecimiento.

En lo que de 2022, en Catamarca se quemaron más de 20 mil hectáreas por incendios forestales, superando ampliamente la superficie afectada el año pasado (13.781 hectáreas).