La inflación acumuló en los primeros cinco meses del año un alza superior al 10 por ciento que representa una variación anualizada de 26 por ciento. Al incremento autorizado ayer para los combustibles se suman la suba de la medicina prepaga del 6 por ciento para julio y 5 por ciento para agosto. “La economía argentina no consigue mostrar un crecimiento palpable, capaz de revertir el deterioro del mercado de trabajo”, advierte el último informe del Instituto de Trabajo y Economía de la Fundación Germán Abdala.    

 Las anémicas tasas de crecimiento que comenzaron a mostrar las estadísticas oficiales están impulsadas por el agro y la construcción que no reflejan mejoras sostenidas, sino la tracción ofrecida por factores transitorios como una buena cosecha y el gasto fiscal electoral.

“La principal causa que genera la sensación de estancamiento económico es la debilidad que sigue mostrando el consumo”, enfatizan los investigadores del ITE y la incipiente desaceleración en los precios sigue siendo insuficiente como para consolidar una recuperación del poder adquisitivo que estimule el gasto de los hogares. Para economistas del ITE, ante la ausencia de señales sólidas de demanda, la inversión sigue sin repuntar de modo generalizado, y únicamente es impulsada por su componente importado. En abril el equipo durable de producción nacional cayó 0,1 por ciento anual, pero el de producción importada aumentó 25,5 por ciento.

“Si bien el gasto de capital comenzó a comportarse en clave electoral, el gasto en obra pública continúa, en términos reales, por debajo de los niveles de 2015”, advierte el Informe de Coyuntura de ITE publicado ayer. El ajuste experimentado el año pasado lo hizo retroceder a su nivel más bajo en cinco años. “El renacimiento del gasto de capital al calor la agenda electoral en estos primeros meses de 2017 aún luce modesto. Pese a los anuncios del gobierno, si comparamos en términos reales las diferentes partidas se observa que se mantienen por debajo de 2015, y solo superan a las legislativas previas (2013) en las obras que son más discrecionales (sin flujo de fondos futuros)”, expresan los economistas. El documento destaca que las obras con elevado flujo de fondos futuros (construcción de escuelas y hospital, entre otras) aún se encuentran un 43 por ciento debajo de los niveles que tuvieron entre enero y mayo de 2015.