En el Colegio N° 17, Primera Junta, del barrio de Caballito, se reactivó recientemente la Comisión de Género en el Centro de Estudiantes. En la primera reunión hablaron sobre estereotipos. Y después organizaron una semana para hablar y discutir en relación a ese tema con el resto de les estudiantes. Candela Baronio tiene 15 años y está en 3° año. Y cuenta que desde el Centro están batallando por cambiar el código de vestimenta.

La escuela participa del programa Jóvenes y Memoria, y este año los propios alumnos y alumnas decidieron trabajar el tema de “lucha feminista” y “micromachismos”. La agenda se impuso a partir de las movilizaciones contra las violencias machistas y los femicidios, en las que vienen participando el alumnado. Es parte del despertar que marcó el Ni Una Menos en diferentes ámbitos.

El Centro de Estudiantes se maneja con meses temáticos. El de junio fue el “mes de género”. En ese marco, cuenta Candela, prepararon varias actividades como pintar remeras, hacer carteles, charlas, talleres y cine debate para generar conciencia sobre diversas temáticas vinculadas a la cuestión de género. 

No solo marcharon en las tres convocatorias del 3J. También convocaron activamente desde el Centro de Estudiantes para que chicas y chicos participaran. Con ese objetivo, para el último 3J hicieron una campaña de fotos que replicaron por redes sociales, en las que se ve a alumnas y alumnos con polleras, “para repudiar la justificación de ‘mirá cómo estaba vestida’, cuando es asesinada una adolescente y para reclamar el cambio de código de vestimenta”, dice Candela. Además, se sumaron a la movilización del 9 de abril por el femicidio de Micaela García.

–¿Qué pudieron ver al tratar el tema de los micromachismos? –le preguntó este diario.

–Vimos micromachismos no solo entre chicas y chicos, también de parte de profesores. Por ejemplo, cuando piden ayuda de algún hombre para llevar cosas pesadas. Nos dimos cuenta gracias al proyecto que en el Centro de Estudiantes siempre organizamos torneos de fútbol masculinos y aparte, de fútbol femenino, y eso lo queremos cambiar.

–¿Están recibiendo educación sexual integral? 

–Hasta el año pasado, y ya no se sabe si va a seguir siendo así por la Nueva Escuela Secundaria, en quinto año hay una materia que se llama “Educación para la salud”, en la que quienes estén interesados pueden preparar talleres o clases de educación sexual para los primeros años. Es lo único que tenemos sobre el tema.

–¿Por qué quieren cambiar el código de vestimenta?

–En nuestro colegio no se pueden usar, por ejemplo, camisetas de fútbol, ni polleras o pantalones más cortos que una bermuda, ni musculosas. A nosotros nos parece que ese código de vestimenta avala el dicho de que “la mujer tiene que aprender a cuidarse y no el hombre a respetar”. Aunque la respuesta que tenemos de parte del Consejo de Convivencia es que “no es el lugar para usar esa ropa”,  creemos que podríamos poner otro tipo de límites.