La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, repasó este jueves las principales problemáticas que afrontó durante su gestión, que finaliza el 31 de agosto. “La polarización dentro y entre los Estados ha alcanzado niveles extraordinarios y el multilateralismo está bajo presión”, cuestionó.

Bachelet habló sobre los movimientos de protesta en distintos lugares del mundo exigiendo el fin del racismo estructural, el respeto de los derechos económicos y sociales, y contra la corrupción, los déficits de gobernabilidad y el abuso de poder, “en muchos casos acompañados de violencia, amenazas y ataques contra los manifestantes”.

Consideró que algunas de estas movilizaciones llevaron a un cambio real en el país. "En otros casos, en lugar de escuchar las voces de la gente, los gobiernos respondieron reduciendo el espacio para el debate y la disidencia", expresó.

En su discurso, la Alta Comisionada destacó las acciones del gobierno de Gustavo Petro en Colombia, que asumió el 7 de agosto, sobre la política de drogas, “de un enfoque punitivo a un enfoque más social y de salud pública” y señaló que “podría ser fundamental para proteger mejor los derechos de los campesinos, las comunidades indígenas y afrocolombianas y las personas que consumen drogas, tanto en Colombia como a nivel mundial”.

Bachelet aseguró que en muchas ocasiones en las que la Oficina de Derechos Humanos de la ONU ha estado trabajando, encontró en algunos países "una falta de voluntad política" para tomar las medidas necesarias . "La voluntad política es clave, y donde hay voluntad, hay un camino", afirmó.

“Gobernar es difícil, lo sé porque he sido dos veces presidenta de mi país, Chile”, dijo y apuntó que “gobernar se trata de priorizar, y los derechos humanos siempre deben ser una prioridad”.

Según la Alta Comisionada, cuando los Estados se enfrentan a denuncias de violaciones de derechos humanos y se les pide que tomen medidas para abordarlas, a menudo se excusan en su propio contexto particular. “El contexto es realmente importante, pero nunca debe usarse para justificar violaciones de los derechos humanos”, añadió.

La pandemia, el cambio climático y la guerra

Bachelet señaló que el impacto de la pandemia de COVID-19, los efectos del cambio climático y las la crisis alimentaria, de combustible y financiera, producto de la guerra contra Ucrania, fueron los tres problemas principales que tuvo que enfrentar.

En esa línea, sostuvo que los Estados deben aprender de la pandemia, “para construir mejores y más sólidos sistemas universales de salud pública y protección social”. Hizo un llamado a los Estados para que adopten medidas proactivas, incluidos los subsidios a los alimentos, la agricultura y los combustibles, para mitigar el impacto de las crisis.

Con respecto al cambio climático, Bachelet resaltó el reconocimiento de la Asamblea General de la ONU al derecho humano a un medio ambiente limpio, saludable y sostenible, que “marcó la culminación de muchos años de defensa por parte de la sociedad civil”.

En cuanto al conflicto armado, la autoridad de la ONU le pidió al presidente ruso, Vladímir Putin, “que detenga el ataque armado contra Ucrania” y que la central de Zaporiyia sea “desmilitarizada de inmediato".

Recordó que ya se cumplieron seis meses del conflicto armado “inimaginablemente aterradores para el pueblo de Ucrania”. La Oficina documentó al menos 5.587 civiles muertos y 7.890 heridos. Además, 6,8 millones tuvieron que huir de su país y otros millones han sido desplazados internamente.