Luego de haber vallado las inmediaciones de la casa de Cristina Kirchner y tras la represión de la policía porteña, Juntos por el Cambio libró una ofensiva contra la vicepresenta y los militantes que se expresaron en Recoleta. En primer lugar, la Mesa Nacional de Juntos por el Cambio emitió un comunicado responsabilizando a los manifestantes por la represión. Así, expresó el “más profundo repudio a la violencia ejercida por manifestantes y funcionarios kirchneristas". Más tarde, apareció el expresidente Mauricio Macri y acusó a CFK de causar "caos". Y por la noche, el jefe de gobierno porteño defendió la instalación de vallas, le pidió a la militancia que "se vaya a sus casas" y aseguró que Cristina Kirchner "se está politizando una causa judicial".

De acuerdo al texto publicado por la coalición opositora, "el kirchnerismo necesita la violencia porque no puede aceptar el correcto funcionamiento de las instituciones republicanas". Además, asegura que las vallas en Recoleta fueron una “acción preventiva” del jefe de Gobierno porteño y apunta hacia Cristina Kirchner como principal culpable del clima de agitación que derivó en la represión por parte las fuerzas de seguridad: “Las intenciones de la vicepresidenta, de querer encuadrar todo en su teoría conspirativa y en la búsqueda de cualquier excusa para alterar la paz social y politizar la causa judicial que atraviesa, terminan incitando violencia irresponsablemente".

En la misma línea, Macri afirmó en Twitter que "la responsable de este desborde y alteración de la paz es CFK, que nuevamente atropella las instituciones, creyéndose por encima de la ley". Sugirió que la vicepresidenta “se victimiza para promover el caos" y ratificó su “apoyo a las fuerzas de seguridad y al Gobierno de la Ciudad”. El mensaje del líder del PRO se enmarca en una decisión de la oposición de abroquelarse y declararse en pie de guerra. Como declaró, casi en simultáneo con el comunicado de JxC, el diputado nacional, Ricardo López Murphy: “Son ellos o nosotros”.

Desde la Casa de la Ciudad, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, justificó la represión y aseguró que “una cosa es una manifestación y otra cosa muy distinta es un plan sistemático de ocupación del espacio público. Eso no lo podemos permitir”. Así, la decisión de disponer un vallado frente al departamento de la vicepresidenta fue “para recuperar el espacio público para los vecinos y devolver la vida normal al barrio”.

En una conferencia de prensa en la que no dio lugar a preguntas, el mandatario insistió en que “la paz social y el orden público son dos principios y valores fundamentales para mí, para nuestro Gobierno y para todo Juntos por el Cambio y para todos los argentinos”. Y volvió a destacar que “en cambio la vicepresidente y el kirchnerismo no hacen más que echar nafta al fuego”. Paradójicamente, el mandatario porteño señaló que “tenemos la oportunidad de dejar atrás a la Argentina de la grieta, de las divisiones y del enfrentamiento”, en lo que caracterizó como “un momento bisagra en nuestra historia”.

Junto a Rodríguez Larreta se mostraron, entre otros referentes de la coalición, el senador Martín Lousteau y los diputados Emiliano Yacobitti, Ricardo López Murphy, Mariana Zuvic, Diego Santilli y Cristián Ritondo. Además, estuvieron presentes el ministro de Gobierno de la Ciudad, Jorge Macri y la exgobernadora bonaerense María Eugenia Vidal. Blindado por las principales figuras de la alianza opositora, y con el respaldo de los halcones a la distancia, el mandatario porteño realizó declaraciones que intentan presentarlo, una vez más, como el candidato con mayores chances a la presidencia.

Finalmente, el jefe de Gobierno pidió a la vicepresidenta que "asuma la responsabilidad" para que los manifestantes "se retiren esta noche pacíficamente a sus casas". El reclamo del mandatario porteño fue motivado por la persistente presencia popular en la calle, que se mantuvo hasta que la expresidenta habló a sus seguidores: "vayan a descansar porque ha sido un algo día”, les dijo.

Desde un escenario improvisado sobre la esquina de Juncal y Uruguay, la vicepresidenta remarcó, sin embargo, que el clima de intimidación proviene de la oposición: "Los violentos no somos nosotros. Durante la pandemia colgaron bolsas mortuorias. Hay gente que quiere e exterminar al peronismo y no tolera que la gente se exprese. La violencia de hoy fue provocada por el odio al amor peronista".