El 7 de julio de 2022, el hasta entonces primer ministro británico Boris Johnson anunció su dimisión como líder del partido Conservador. Este martes, tras realizarse la tradicional ceremonia frente a la reina Isabel II, se efectivizó el traspaso de mando a la "ultrathatcherista" Liz Truss, que ganó la interna de su partido con el 57% de los votos

En Aquí, Allá y en Todas Partes, el periodista especializado en internacionales Marcelo Justo analizó el futuro de la nueva administración: "Es del ala más conservadora que había en el mercado conservador. Pero puede que tenga que dar un giro de 180 grados dada la magnitud de la crisis energética, inflacionaria, del nivel de vida y de huelgas que hubo todo el verano".

Según el corresponsal de Página/12, durante su campaña la dirigenta conservadora tuvo como eje un programa ortodoxo y thatcherista. "Ella prometió una disminución impositiva de 7 mil millones de libras, que es más de 30 mil millones de dólares, en un momento en que la deuda pública británica creció al 90%". 

Sin embargo, el analista reiteró que frente a la crisis económica que sacude a buena parte del mundo la flamante primera ministra podría "dar un giro de 180 grados". "Surgieron rumores desde el propio Partido Conservador que aseguran que estaría dispuesta a hacer cosas que dijo que no iba a hacer, como congelar las tarifas de gas y electricidad", planteó Justo. 

Según el periodista, la situación económica podría impedir el aumento de tarifas generalizado del 80% previsto para el próximo 1 de octubre. "Hubo quejas de usuarios y PyMes, ya que para muchos significa la quiebra o, directamente, la pobreza". 

La situación es tensa. Desde Goldman Sachs, una de las bancas de inversión más grandes del mundo, pronostican para  2023 un salto inflacionario del 22%, cuando actualmente alcanza los 10 puntos porcentuales.

En ese contexto, y con el congelamiento de salarios, el Gobierno conservador enfrenta una ola de huelgas que se extendió durante todo el verano en los transportes aéros y marítimos, en Amazon, call centers, en el sector de abogados criminalistas y, próximamente, en el servicio de enfermería, que por primera vez en años votará una medida de fuerza.

"Hay una protesta generalizada, entre otras cosas, porque no hay mecanismos de regulación salarial como el de paritarias que existe en Argentina. Los salarios del sector público están congelados desde que gobiernan los Conservadores, en 2010, y los salarios del sector privado han quedado muy rezagados con la escalada inflacionaria", concluyó.