PINOCHO 5 puntos

Pinocchio; Estados Unidos, 2022

Dirección: Robert Zemeckis.

Guion: Chris Weitz, Simon Farnaby y Robert Zemeckis.

Duración: 105 minutos.

Intérpretes: Tom Hanks, Angus Wright, Cynthia Erivo y las voces de Joseph Gordon-Levitt, Benjamin Evan Ainsworth, Lorraine Bracco.

Estreno en Disney+.

Lo mejor que puede decirse de Pinocho versión 2022 (en realidad, una de las versiones 2022: en diciembre llegará vía Netflix la versión realizada en stop motion por Guillermo del Toro) es que es funcional a la historia que desea contar… una vez más. Parte de las reconversión de Disney al formato “grandes clásicos animados con actores de carne y hueso” (aunque en este caso no sea exactamente así, como se verá), el nuevo guion retoma en gran medida la trama del original de 1940, respetando ritmos y remixando canciones –entre ellas la súper popular “When You Wish Upon a Star”, marca sonora registrada de la compañía– pero sumándole una inevitable carga de auto referencialidad, condición casi sine qua non en los tiempos que corren. Precisamente en esa línea arranca el relato, con un Pepito Grillo narrador omnisciente discutiendo con su doble diegético las razones de la voz en off. A partir de ese momento y a grandes rasgos, lo que escribió Carlo Collodi hace casi un siglo y medio y Walt Disney transformó en clásico de la pantalla hace 80 años: el anciano Geppetto tallando en madera una marioneta con aspecto de niño y su deseo de tener un hijo (o de recuperar a aquel que se ha perdido, como en este caso).

La luz del Hada Azul, ahora dueña de un color de piel oscuro (uno de los varios personajes transmutados para seguir las reglas de la corrección política), le otorga algo parecido a la vida y dicta los pasos a seguir para conseguir la ansiada humanidad. Y allí están el zorro y el gato, aunque esta vez no hay monedas enterradas como en el texto literario, la venta a Stromboli, el encuentro con los chicos rebeldes, la aventura en alta mar y un cierre ligeramente más misterioso que el del largometraje original. Tom Hanks como el carpintero y fabricante de relojes cucú (reglas de la sinergia empresarial mediante, el Pato Donald, Woody, Dumbo y Blancanieves comparten horarios de salida) aporta su peso específico de pathos y las voces de Benjamin Evan Ainsworth y Joseph Gordon-Levitt suman gracia vocal para los personajes del protagonista y su conciencia de seis patas, en un film que cruza de manera constante la animación hiperrealista moderna con actores de carne y hueso. Tal vez el principal atractivo de un producto que la compañía del ratón decidió lanzar directamente en la plataforma Disney+, sin pasar por salas de cine.

El tiempo dirá si se trata de un período particular o un vuelco definitivo, pero la seguidilla de Las brujas (2020), basada en la novela de Roald Dahl, y Pinocho ha transformado momentáneamente a Robert Zemeckis en un realizador ATP de estilo difuso y genérico que parece querer imitar por momentos a Tim Burton. No hay nada aborrecible en esta nueva versión del relato infantil, pero a diferencia de la creativa y personal versión del italiano Matteo Garrone de 2019 es casi imposible no apreciar las marcas de la fabricación rutinaria ni sentir que se trata de una “remake” innecesaria. A menos que se piense al film como la simple revalorización de una marca: así todo cobra cabal y lógico sentido.