Un seguidor del presidente Jair Bolsonaro asesinó a cuchilladas a un simpatizante del opositor Luiz Inácio Lula da Silva, en un nuevo crimen por motivos políticos, a menos de un mes de las elecciones de Brasil, informó este viernes la Policía.
El autor del crimen, Rafael Silva de Oliveira, de 24 años, confesó haber asestado cerca de quince puñaladas a la víctima, un compañero de trabajo, identificado como Benedito Cardoso dos Santos, de 44 años, según detalles ofrecidos por el comisario Víctor Oliveira, en declaraciones a periodistas. De acuerdo con la confesión del autor del crimen, los dos hombres estaban hablando de política y, en el calor de la discusión, la víctima le dio un golpe de puño al bolsonarista, iniciando la pelea.
Según su versión relatada por el comisario de Policía, el seguidor de Lula tomó un cuchillo y el bolsonarista, después de arrebatárselo, lo acuchilló en la espalda, en la cara y en el cuello. Después, el bolsonarista fue a un cobertizo a buscar un machete, con el que remató al seguidor del expresidente Lula con un golpe en el cuello.
Este es el segundo homicidio por motivos políticos que se conoce en Brasil en los últimos meses, en vísperas de las elecciones del 2 de octubre. El pasado 9 de julio, el policía Jorge Guaranho asesinó al tesorero del Partido de los Trabajadores (PT), partido del que es líder Lula Da Silva, Marcelo Arruda en Foz do Iguaçu, en el estado de Paraná. Arruda estaba festejando su cumpleaños número 50 con familiares y amigos en la sede de la Asociación Deportiva de Salud Física de Itaipú, que había sido decorada con elementos temáticos sobre la candidatura presidencial del exmandatario y su partido. El atacante ingresó al local gritando consignas a favor del presidente, Jair Bolsonaro, y disparó contra Arruda.
Este crimen fue ampliamente condenado por autoridades, candidatos, partidos políticos y organizaciones de la sociedad civil, que culparon del suceso al discurso de odio que promueven los grupos de ultraderecha que apoyan a Bolsonaro.
Un magistrado del Tribunal Supremo, Alexandre de Moraes, incluso pidió a Bolsonaro que se pronunciase de forma oficial en una acción judicial presentada por la oposición, que lo acusa de incitar la violencia política con sus discursos. Bolsonaro, un firme impulsor de la liberación de la tenencia de armas, suele usar una retórica agresiva contra sus rivales políticos en sus discursos.
El pasado 7 de septiembre, durante un acto multitudinario con motivo del bicentenario de la independencia de Brasil, Bolsonaro afirmó que gente como Lula tiene que ser extirpada de la vida pública. En la campaña electoral de 2018, en las que llegó al poder, fue más allá y aseguró que iría a fusilar a todos los petistas, en alusión a los militantes del partido de Lula.