El secretario de Comercio Interior, Matías Tombolini, almorzará este mediodía con un puñado importante de sindicatos de la alimentación y la gastronomía para sumarlos al monitoreo de la evolución de los precios. La idea del Gobierno es instrumentar un proceso de observación de los aumentos más importante. "Como escuchamos las razones de los empresarios, también queremos que nos den una mano los gremios, que son los que conocen bien cómo y dónde están los problemas de precios a lo largo de la cadena", dijo a Página I12 un alto funcionario nacional, preocupado por la marcha de los precios. 

El Gobierno busca contrapesar la información de justificación de aumentos que aportan cámaras empresarias como la Coordinadora de Productores de Alimentos (Copal), que conduce Daniel Funes de Rioja y nuclea a todos los grandes jugadores del sector. 

De acuerdo a la información a la que accedió este diario, en el evento estarán todos los gremios integrados a la Confederación de Asociaciones Sindicales de Industrias Alimenticias (CASIA) y la plana mayor de la Federación Argentina de Trabajadores de Aguas y Gaseosas (FATAGA). De CASIA serán de la partida la Federación Gremial del Personal de la Carne; los Obreros y Empleados de la Industria Aceitera; los fideeros de SATIF, el Sindicato de Trabajadores del Hielo, la Unión Obrera Molinera, la Federación de Pasteleros, Confiteros; la Federación de Panaderos; la Federación de Trabajadores de Industrias de la Alimentación y los cerveceros, entre otros. 

Por Fataga se sentará su secretario general, Raúl Álvarez, recientemente reelecto, y buna parte de su mesa chica. Esta reunión se da a horas de que el INDEC de a conocer la inflación de agosto, y justo cuando el Gobierno está pidiéndoles a las empresas de alimentos un compromiso para no remarcar durante septiembre, mes que para el ministro de Economía, Sergio Massa, es clave para empezar un sendero que debería redundar en una baja de los precios hacia principios del año próximo. 

Durante la reunión, Tombolini especificó que “en el marco de los encuentros con las cámaras empresarias, faltaba una pata fundamental de la mesa como son las y los trabajadores” y recalcó que “es inmensamente importante escucharlos porque no hay ninguna política pública que pueda estar escindida del movimiento obrero, sobre todo en un tema tan sensible como son los alimentos”. Asimismo, agregó que “este es un gobierno que trabaja de manera mancomunada con todos los sectores. El ministro Sergio Massa nos dio una hoja de ruta clara donde el diálogo y el pedido de información a toda la cadena de valor forma parte de las tareas necesarias para nuestro objetivo de ordenar los precios”, señaló.

El resultado del encuentro fue que las autoridades de las 16 organizaciones gremiales agrupadas se comprometieron a generar futuros encuentros que permitan conocer más de cerca las problemáticas del sector, como la autorización de importaciones, el abastecimiento y la dinámica de los precios. 

Parte de una pulseada

La convocatoria se da cuando el Gobierno pulsea con los formadores de precios, que en el IPC de agosto volvieron a mostrar niveles de remarcación muy fuertes. Tal como publicó este diario el miércoles, el Gobierno viene observando que la dinámica de las remarcaciones sigue fuerte e injustificada, sobre todo por fuera de la esfera de los grandes supermercados. A tales fines, Massa y Tombolini, citaron días atrás a un grupo importante de empresas para ordenar el frente

Estuvieron allí las nacionales Mastellone (La Serenísima), Arcor y Molinos; y las multinacionales Quilmes, P&G y Unilever. En una primera etapa, el propio Massa charló con las seis empresas en su conjunto, y luego Tombolini hizo un abordaje uno a uno de los casos particulares.

Allí analizaron el ritmo de importaciones, los niveles de abastecimiento y les pidieron que "no hagan locuras" con los precios durante el mes de septiembre, que el ministro de Economía observa como un punto de inflexión en el intento de un camino de desinflación.