La revista científica estadounidense Cell Reports Medicine acaba de publicar los resultados de una investigación sobre la combinación de vacunas contra el COVID-19 llevada adelante por el médico investigador Carlos Laino, de la Universidad Nacional de La Rioja (UNLaR) y el Ministerio de Salud provincial.

Junto con un equipo de especialistas, Laino trabaja para mejorar el uso de cannabis medicinal en el dolor neuropático periférico producido por enfermedades oncológicas, metabólicas, como la diabetes, e infecciones virales, que afectan al sistema nervioso.

También está abocado a evaluar la eficacia y la seguridad del cannabis medicinal para prevenir la migraña crónica y su aplicación en niños autistas.

En diálogo con el Suplemento Universidad, el investigador destacó los avances logrados con la combinación de aceite de cannabis con los ácidos grasos omega 3, que arrojaron “resultados increíbles” frente al dolor y la regeneración del nervio dañado.

—¿Cómo se desarrolló la investigación que fue publicada en una revista científica de Estados Unidos?

—Cuando llega la pandemia no había tratamientos. Entonces, adaptamos los protocolos y se salvaron muchas vidas. Trabajamos con tratamientos a partir de plasmas de pacientes recuperados de COVID-19, spray de carragenina e ibuprofeno inhalatorio. Después nos dedicamos a medir anticuerpos de pacientes con COVID-19 del personal de salud y posteriormente comenzamos un estudio con combinaciones de vacunas, que fue dirigido por el Ministerio de Salud de la Nación. La investigación se desarrolló en el Centro de Investigación en Medicina Traslacional del Ministerio de Salud de La Rioja.

¿Quiénes participaron en ese estudio?

—Del estudio participaron investigadores de Buenos Aires, Córdoba, San Luis y La Rioja. Se realizó en 2021 cuando hubo que vacunarse con la segunda dosis y, como había disponibilidad de diferentes vacunas, hubo que combinarlas y generamos evidencia científica de la eficacia y seguridad de esas combinaciones. Se estudiaron 15 combinaciones de primera y segundas dosis de diferentes vacunas en más de 1300 voluntarios en todo el país. Este estudio salió publicado en agosto en la revista científica estadounidense Cell Reports Medicine y fue tapa de ese portal.

¿Qué se comprobó y cuál es la importancia de publicarlo ahora?

—El estudio permitió comprobar que las vacunas eran seguras, que producían altos niveles de anticuerpos y que los mejores resultados de producción de anticuerpos se obtuvieron cuando la primera y segunda dosis de las vacunas tenían plataformas diferentes. Por ejemplo, la primera dosis con Sinopharm, AstraZéneca y Sputnik, y la segunda dosis con Moderna o Pfizer. La importancia de publicarlo ahora después de un año radica en que puede ser de utilidad, porque les puede servir a países con baja tasa de vacunación, como Angola (45 por ciento), Nigeria (19 por ciento) y Congo (11 por ciento), para que dispongan de diferentes vacunas.

El aceite de cannabis medicinal farmacéutico se encuentra mezclado generalmente con aceite de sésamo como aceite de transporte. Nuestra innovación se basa en la mezcla de aceite de cannabis con ácidos grasos omega 3.

¿En qué consiste la investigación con el cannabis medicinal?

—Desde hace cinco años estamos trabajando en el Instituto de Biotecnología de la UNLaR. Viajamos a Uruguay, porque ellos estaban adelantados en ese tema, y conseguimos el aceite de cannabis del laboratorio farmacéutico privado MedicPlast, que inicialmente habían comenzado a producir productos médicos y después se dedicaron a la producción farmacéutica del aceite de cannabis, asociados con capitales canadienses.

Nuestro trabajo apunta a mejorar el uso de cannabis medicinal en el dolor neuropático periférico. Este tipo de dolor puede ser producido por enfermedades como las oncológicas, las metabólicas —como la diabetes—, las infecciones virales (herpes zóster o culebrilla, HIV, COVID-19) o las lesiones producidas en accidentes de autos o motos, entre otros. El dolor neuropático periférico afecta al nervio y la aflicción aparece espontáneamente en cualquier momento. A veces sólo el roce de la ropa o al colocar la media en el pie puede generar dolor. Cuando se daña el nervio y pierde sensibilidad, se produce el dolor. Todo eso se puede tratar con cannabis medicinal.

¿Cómo es esa innovación?

—El aceite de cannabis medicinal farmacéutico se encuentra mezclado generalmente con aceite de sésamo como aceite de transporte. Nuestra innovación se basa en la mezcla de aceite de cannabis con ácidos grasos omega 3. Los omega 3 son una familia de ácidos cuyo precursor es el alfa ácido linolénico, que se metabolizan en nuestro cuerpo en dos ácidos grasos omega 3, los más importantes terapéuticamente: el ácido eicosapentanoico (EPA) y el ácido docosahexanoico (DHA). Estos últimos tienen beneficios que ayudan a varias patologías, como en los casos de aumentos de triglicéridos y en el dolor neuropático periférico, según nuestros trabajos previos. Los resultados son increíbles, porque favorecen la regeneración del nervio dañado, además de producir analgesia. Es decir, tiene dos efectos: sobre el dolor y la regeneración de los nervios.

¿Cuál es el nivel de desarrollo de la investigación?

—Ya hicimos los estudios en animales y comprobamos la regeneración de los nervios y el efecto analgésico aumentado que produce el aceite de cannabis medicinal. En esta parte de la investigación están colaborando el equipo de la doctora María Eugenia Olivera, de la Unidad de Investigación y Desarrollo en Tecnología Farmacéutica (UNITEFA-CONICET), de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), para producir una cápsula con esos dos componentes.

¿Hay otras investigaciones en curso?

—En octubre próximo vamos a hacer un estudio clínico para evaluar la eficacia y seguridad del cannabidiol medicinal para prevenir la migraña crónica. Este es un estudio que se realizará con la colaboración del laboratorio argentino ELEA en el Centro de Investigación en Medicina Traslacional del Ministerio de Salud de la Rioja. Trabajaremos junto con la doctora Karina Guevara, especialista en cefaleas, y otros profesionales de la salud del Hospital Vera Barros de la ciudad de La Rioja. Otra iniciativa es un proyecto del Gobierno riojano, relacionado con la producción de cannabis medicinal en Chilecito. Nuestro estudio clínico se realizará para evaluar la eficacia del aceite de cannabis medicinal local para niños autistas. Allí van a participar el doctor Bruno Ghirardelli, especialista en autismo, bioquímicos y farmacéuticos.