"Siento que estoy viva por Dios y por la Virgen" - dijo la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner en referencia al atentado que sufrió el pasado 1 de septiembre en la puerta de su casa en Recoleta-. Me pareció que si tenía que agradecerle a Dios y a la Virgen tenía que hacerlo rodeada de curas".

La mandataria recibió en su despacho del Senado a curas villeros, de Opción por los Pobres y hermanas laicas y religiosas, y compartió el video del encuentro completo a través de sus redes sociales.

A la expresidenta se la vio emocionada cuando se refirió brevemente al atentado que sufrió. "Quería que mi primera actividad pública sea con ustedes. Creo que estoy viva por Dios y por la Virgen. Me pareció que si tenía que agradecer a Dios y la Virgen tenía que hacerlo con ustedes", comentó ante los presentes.

Cristina tomó la palabra hacia el final del encuentro, luego de que distintos referentes religiosos le manifestaran su apoyo, con sentidos discursos, tras lo que le tocó vivir. Por curas OPP habló Ignacio Blanco, por los curas Villeros lo hizo el padre Lorenzo "Toto" de Vedia y por las religiosas Ana Maria Donato.

El llamado del papa Francisco

Asimismo, la vicepresidenta comentó que recibió el llamado del papa Francisco, el día posterior al ataque perpetrado por Fernando Sabag Montiel. "Estuvimos hablando por teléfono y me dijo algo así como que 'los actos de odio y de violencia siempre son precedidos por palabras y por verbos de odio y de violencia'", recordó. 

"Recuperar la democracia fue recuperar la vida"

Y luego reflexionó: "Yo creo que lo más grave no es lo que me pudo haber pasado a mí. Lo más grave fue haber roto un acuerdo social que había desde 1983. Siento que la recuperación de la democracia no fue solamente que podamos volver a votar y a elegir las autoridades, sino que para mí recuperar la democracia fue recuperar la vida y la racionalidad; que podamos discutir de politica, peronistas, alfonsinistas, peronistas renovadores, peronistas tradicionales".

"Y la verdad que lo que pasó el otro día fue algo más, fue una ruptura. Una ruptura de eso que tenemos que volver a construir urgentemente", añadió.

Atentado a Yrigoyen

En otro momento de su discurso, CFK hizo alusión al intento de asesinato que sufrió el presidente Hipólito Yrigoyen, en 1929, y trazó un paralelismo sobre cómo los discursos de odio influyeron también en aquel ataque. 

Para ello, acudió al acta de las sesiones del Senado de aquellos años, de donde extrajo un fragmento del discurso que el senador Del Valle había pronunciado tras el ataque contra la vida del Presidente. "Ese atentado no ha sido sino la consecuencia de la actitud intemperante y desorbitada de la prensa, de partidos y aún, señor Presidente, del mismo honorable Senado. En la misma esquina del domicilio del doctor Yrigoyen se alzó una tribuna de escándalos y amenazas”, leyó Cristina. 

Un discurso que -recordó Cristina- fue repudiado por la oposición que consideró "una verdadera insensatez" ligar el ataque con las expresiones de los oponentes o la crítica de la prensa

"¿Por qué traigo esto a colación?"- cuestionó la vicepresidenta- "porque me parece que tenemos que examinarnos nosotros mismos. La autopercepción que tenemos los argentinos de nosotros mismos y de lo que somos, porque siempre hubo grupos, tal vez no mayoritarios, pero sí pequeños y de gran poder, que quieren suprimir, eliminar al que piensa diferente", aseguró.

"Creo que esto es para ayudarnos a reflexionar, porque considero que tenemos la obligación los argentinos y las argentinas de retomar un camino que le costó mucho a la Argentina", amplió. 

En ese sentido, la exmandataria destacó el digno comportamiento de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, quienes a pesar del horror que padecieron, nunca hicieron Justicia por mano propia, sino que se apegaron a las leyes y respetaron la institucionalidad. "Todos tenemos que tener ese ejemplo cívico como argentinos", destacó. 

El rol de la militancia en la detención de Sabag Montiel

Al respecto, también se refirió a lo ocurrido durante la detención de Sabag Montiel y el papel de la militancia: "El otro día cuando pasó lo que pasó fueron los militantes los que aprehendieron a quien me había intentado matar. Fueron los militantes los que lo detuvieron, no fue la policía. Y no solamente lo detuvieron sino que también impidieron que, fracasado el primer disparo, volviera a apuntarme con el arma. No hicieron justicia por propia mano, ni lo lincharon, ni nada. Hicieron lo que corresponde hacer a ciudadanos democráticos y cristianos: lo entregaron a la policía, a la ley". 

Y en esa misma línea, insistió: "Lo que hay que poner es mucha institucionalidad, mucho respeto democrático y cívico para reconstruir, porque ¿se puede reconstruir un país y reconstruir la economía en un país donde solo se insulta y se agravia?". 

"Cuando gobernaba Néstor o cuando me tocó ser presidenta a mí, no era Disneylandia ni el paraíso, pero había trabajo, había esperanza, había expectativa y creo que eso es lo que tenemos que volver a construir entre todos y todas. Hacerlo con la actitud de hablar con todos, con los que nos gustan y con los que no nos gustan, como hacía Cristo, en definitiva", enfatizó.

Finalmente, la expresidenta volvió a agradecer a los representantes religiosos por el encuentro y por el apoyo: " Quería estar con ustedes, porque a mí me parece que estando con ustedes estoy un poquito más cerca de Dios y de la Virgen también. Así que gracias por venir". Y cerró: "Le copié una cosa a Francisco, ahora digo 'por favor, recen mucho, mucho por mí', pero recen mucho porque lo necesito. Gracias, muchas gracias".