Desde Nueva York

En su tercera participación como presidente ante la Asamblea General de Naciones Unidas,  Alberto Fernández dedicó gran parte de su discurso a repudiar a los "profetas del odio" que generan un sentimiento antipolítico que, en el caso de Argentina, escaló hasta el intento de magnicidio de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. A los reclamos clásicos por la soberanía de las Islas Malvinas y la cooperación de la República Islámica de Irán en la investigación del atentado contra la AMIA, el Presidente pidió por la paz a la vez que repasó la potencialidad que tiene el país como proveedora de alimentos y energía a nivel mundial tras la guerra entre Rusia y Ucrania.

Magnicidio fue una de las primeras palabras que Fernández nombró ante los más de 130 presidentes de la Asamblea General. "En la Argentina", sentenció el Presidente, "el intento de asesinar a la Vicepresidenta no solo afectó la tranquilidad pública. También buscó alterar una virtuosa construcción colectiva que el año entrante cumplirá cuatro décadas de vida. En 1983 recuperamos la democracia e iniciamos un largo ciclo histórico en el cual alternaron en el gobierno distintas fuerzas políticas". 

En todas las participaciones públicas que tuvo el Presidente desde que llegó a Estados Unidos- ya van cuatro- expresó su preocupación con respecto al crecimiento de los discursos de odios en el marco del intento de magnicidio a Cristina Fernández de Kirchner: "No aceptemos resignados esa situación. Generemos un enérgico rechazo global a quienes promueven la división en nuestras comunidades", determinó en la Asamblea.

Es la primera vez que Fernández participa de manera presencial en la Asamblea General de la ONU, un espacio que se celebra anualmente en Nueva York - salvo los últimos dos años debido al Covid-19- desde 1946 y que constituye un archivo histórico de discursos de líderes mundiales. 

Fue allí donde Fidel Castro se pasó cuatro horas y media defendiendo la revolución cubana que acababa de derrotar a Fulgencio Batista en 1960. El discurso fue incluido en el Libro Guinness de los Récord como el más largo en la historia de la ONU. Sus primeras palabras fueron: "Aunque nos han dado fama de que hablamos extensamente, no deben preocuparse. Vamos a hacer lo posible por ser breves". También fue el escenario en el que, cuatro años más tarde, Ernesto Che Guevara reforzó ese discurso cerrando con un Patria o Muerte que sigue vigente hasta nuestros días. Donde Hugo Chávez, el entonces presidente de Venezuela, trató de diablo a George Bush: "Ayer vino el Diablo aquí, ayer estuvo el Diablo aquí, en este mismo lugar. Huele a azufre todavía esta mesa donde me ha tocado hablar”.

En el recinto lo escuchaban el canciller Santiago Cafiero, el embajador Jorge Argüello, el secretario general de la presidencia Julio Vitobello, la embajadora ante la Unesco Marcela Losardo , la portavoz Gabriela Cerruti y la primera dama Fabiola Yáñez.

La paz

Los impactos de la guerra entre Rusia y Ucrania tomaron naturalmente relevancia en la 77 Asamblea General de la ONU, y Fernández no fue la excepción: "Necesitamos trabajar unidos para imponer el diálogo y recuperar la paz en la disputa iniciada con el avance militar de la Federación Rusa sobre el territorio de Ucrania".

El presidente hizo especial énfasis en cómo el aumento del precio de los alimentos y la alteración de los mercados de insumos para la producción tienen un efecto importante en la inflación mundial, que va "en detrimento de los más postergados". En línea con el discurso que planteó en los últimos foros mundiales en los que participó, resaltó el papel que puede ocupar Argentina en el escenario mundial que desató la guerra, sobre todo con respecto a la crisis alimentaria y energética debido a la escasez de oferta. "La Argentina cumplirá su rol como productor y exportador confiable de alimentos nutritivos y de calidad. También como proveedor de tecnologías aplicadas a la producción de alimentos para mejorar su rendimiento". 

Deuda

"Las naciones endeudadas padecen mucho más los efectos del sistema establecido. Argentina está entre ellas. Por eso quiero dar gracias a todos los Estados que nos apoyaron y nos apoyan en el complejo proceso de renegociación de nuestra deuda externa", dijo el Presidente. 

La deuda externa tomó especial protagonismo en la gira presidencial: por la relevancia y responsabilidad que tiene Estados Unidos en el otorgamiento del crédito más grande que dio el FMI en su historia, y por el encuentro entre Kristalina Georgieva y Alberto Fernández tras la aprobación técnica de la segunda revisión de metas con el FMI. "Es un endeudamiento que mi gobierno no generó pero que afronta con toda seriedad", dijo el Presidente.

Luego hizo una mención sobre la responsabilidad de los países en la crisis climática, en la cual ni América Latina y el Caribe ni África revistan en la primera línea de emisión de carbono: "Las responsabilidades definitivamente deben ser diferenciadas y ello exige aliviar en la emergencia el esfuerzo de quienes no fueron culpables".

Un clásico: AMIA y Malvinas

El Presidente cerró su discurso de quince minutos con dos reclamos clásicos en la participación de los Presidentes argentinos ante la ONU: pidió por la soberanía de las Islas Malvinas y la cooperación de la República Islámica de Irán en la investigación del atentado contra la AMIA. 

"El Reino Unido persiste en su actitud de desoír el llamado a reanudar las negociaciones respecto de la disputa territorial. Más aún: agravó la controversia por sus llamados a la explotación ilegal de los recursos naturales renovables y no renovables en el área", explicó ante una audiencia en la que había un asiento para la primera ministra de Gran Bretaña Liz Truss, que viajó a Nueva York tras participar del funeral de la Reina Isabel II.

Sobre Malvinas pidió que "una vez más, la República Islámica de Irán coopere con las autoridades judiciales argentinas para avanzar en la investigación del atentado contra la AMIA". También pidió a comunidad internacional que acompañe en la lucha evitando recibir o cobijar a cualquiera de los imputados aun cuando gocen de inmunidad diplomática: "Debemos recordar que sobre ellos pesan solicitudes de captura internacional y alertas rojas de Interpol", explicó el presidente.

Alberto Fernández eligió con detalle cada palabra del discurso que quedará archivado en Naciones Unidas. Lo diseñó junto con el canciller Santiago Cafiero y el asesor Alejandro Grimson, pero terminó de pulirlo entre el domingo y la mañana del martes. Luego de su presentación, el Presidente participará de una cena de trabajo con el Presidente de Francia Emmanuel Macron a la que asistirán otros siete jefes de Estado. El tema de la guerra y sus consecuencias está presente en todas las reuniones, y esta no va a ser la excepción. Habló con Macron mucho estas semanas por este tema y quedaron en seguirlo en el encuentro presencial.

Mañana le toca el turno a la familia petrolera de Houston, en Texas, el epicentro de los negocios y la energía. Fernández expondrá ante 80 empresas estadounidenses sobre las potencialidades del segundo reservorio de gas y cuarto de petróleo no convencional del mundo. "Muchas de ellas ya invierten en Argentina, otras evalúan invertir y hay otras que queremos convencer para que lo hagan", asegura Argüello. Houston tiene la particularidad de contar con recursos no convencionales, al igual que Vaca Muerta. Es por este motivo que la Argentina mira particularmente para un lugar en donde la curva de aprendizaje y los equipos para la extracción de reservas no convencionales de petróleo y gas (es decir, de una roca más profunda y menos porosa que necesita un tratamiento especial), hacen más atractivo el negocio.