El cubano Leonardo Padura le sigue dando vida a uno de sus criaturas literarias más preciadas: el detective Mario Conde. Desde 1981, cuando apareció la novela Pasado Perfecto, el escritor desplegó una saga exitosa que le brindó una nueva perspectiva al género policial. 

La última de estas ficciones con Mario Conde como protagonista es Personas decentes (Tusquets), otra adictiva historia, en este caso ubicada en 2016, en una Cuba atravesada por el "deshielo" surgido a partir de la visita de Barack Obama, el desfile de Chanel y la presentación de los Rolling Stones. 

En ese contexto, el asesinato de un ex dirigente del gobierno cubano, que aparece mutilado en su departamento, deja atónitos a todos los cuadros del Partido Comunista y mucho más a la policía. Se acude a Conde para que colabore con el esclarecimiento del crimen. El desesperanzado y escéptico detective se encuentra expuesto a sentimientos contradictorios: su desagrado de trabajar para la policía de un gobierno que lo ha defraudado, la necesidad de bucear en la vida de un personaje del que tiene las peores referencias se ven compensados a medias por su curiosidad e instinto profesional. 

En ese marco, y en el recorrido de su investigación, Conde (Padura) efectúa una cruda radiografía social y política del pasado de Cuba y de su realidad actual.