La jueza penal Melania Carrara resolvió que los dos conductores que corrían una picada, en marzo de 2021, cuando provocaron el siniestro vial en el que murieron David Pizorno y su hijo, Valentino, de 8 años, deberán afrontar un juicio oral. Para ello, la magistrada aceptó el requerimiento acusatorio de la Fiscalía y la querella, que piden penas de 18 y 20 años de prisión, respectivamente, para ambos. También ordenó que sigan en prisión preventiva hasta el debate, al que la Oficina de Gestión Judicial deberá poner fecha antes del primer trimestre del año que viene. "Homicidio simple con dolo eventual", es la calificación penal con la que Germán Schoeller y Paulo Mancini, ambos de 37 años, se sentarán en el banquillo de los acusados. 

Luego de tres jornadas de audiencia preliminar, esta semana terminó la instancia previa al juicio oral, en el que las partes presentaron las pruebas para la acusación y los pedidos de pena para los imputados por el siniestro vial cometido mientras realizaban una prueba de velocidad, en la zona de barrio Saladillo, y chocaron contra el auto en el que circulaba la familia Pizorno. 

Con una velocidad promedio de 130 kilómetros por hora, sin accionar los frenos y haciendo caso omiso a la intermitencia de un semáforo en rojo, a las 0.05 del 20 de marzo de 2021, ambos conductores provocaron el siniestro que terminó con la vida de un padre y un hijo, en el que logró sobrevivir Cintia, pareja de David y madre de Valentino.

La Fiscalía, representada por Valeria Piazza y Walter Jurado de la Agencia de Siniestralidad Vial y Delitos Culposos, indicó en su acusación que Schoeller circulaba al mando de un Renault Sandero; mientras que a la par conducía Mancini, su Citroën C4. Ambos lo hacían por calle Avenida Del Rosario con sentido de circulación este-oeste a una "velocidad inusitada realizando una prueba de velocidad y destreza sin la debida autorización legal". En tanto, por calle Ayacucho circulaba el Citroën C3 al mando de David Pizorno y su familia. 

Cuando los dos acusados llegaron a la intersección de ambas calles, a una velocidad de 124 km/h y 134 km/h, repectivamente, mientras el C4 se interpuso en la línea de circulación de las víctimas, Schoeller impactó con la parte frontal de su vehículo el lateral izquierdo del auto de los Pizorno. "Ambos imputados condujeron sin accionar los frenos y sin respetar el semáforo en intermitente en rojo, siendo su accionar determinante en la producción del siniestro vial y su resultado: la muerte de Valentino, de 8 años, y de David, que tenía 42; además de las lesiones graves por politraumatismos de Cintia.

La calificación penal de homicidio simple con dolo eventual ya tiene antecedentes en causas anteriores de siniestralidad vial, hechos que años atrás se juzgaban como un delito culposo -sin intención, que implica penas menores-. Es que para Piazza y Jurado, "los imputados se representaron el resultado como una posibilidad seria, lo asumieron, no desistieron o renunciaron a dicha acción inusitadamente peligrosa, para la vida de las personas y para ellos mismos, continuando sin importarle la producción del resultado con su accionar. Ambos actuaron con dolo eventual".

En tanto, con la prueba y calificación penal admitidas, la jueza debió evaluar el pedido de prórroga de la prisión preventiva, por la parte acusadora; y de la libertad, por parte de la defensa. En ese sentido, la magistrada tuvo en cuenta que hay entorpecimiento probatorio y peligrosidad procesal por la pena en expectativa, que además de la prisión incluye la inhabilitación por 10 años para conducir. Así, ordenó que continúen presos hasta la finalización de la audiencia de debate oral.