Boca y Quilmes armaron un primer tiempo tan bueno en Mendoza que el precio de las entradas ya estaba cubierto para los 45 minutos finales, que en realidad fueron unos insólitos 66 entre demoras por incidentes en las tribunas y el descuento. Fundamental para el atractivo ida y vuelta que mantuvo en vilo a los arqueros fueron las numerosas desinteligencias de los fondos de uno y otro equipo: el Cervecero en la pelota parada y el Xeneize, en el retroceso.

Estas fallas no fueron desperdiciadas por los delanteros en una noche óptima para lucirse. El primero en dar la nota fue el santafesino Julián Bonetto, quien sacó un zurdazo imponente a los 4 minutos para hacer volar sin sentido a Javier García y sorprender a propios y extraños. Con las eliminaciones previas de Independiente y River, Quilmes no quería ser menos que Talleres y Patronato y cerrar el triplete de batacazos de la jornada con uno propio.

Pero la jerarquía del escolta de la Liga Profesional contra el equipo ubicado en el vigésimo puesto de la Primera Nacional no tardó en aparecer. Quilmes marcó muy mal en un córner y Benedetto apareció solo para poner el 1 a 1 casi de inmediato. Mientras que a los 34, el pibe Gonzalo Morales (19 años), en su segundo partido en Primera, marcó el segundo luego de un gran desborde de otro pibe, Sandez (21).

El Cervecero hizo figura a Javier García antes del entretiempo y sintió el bajón en el segundo, más aún cuando el ingresado -y también pibe- Langoni (20 años) puso el tercero de Boca.

Se ve que no era la noche de Quilmes, porque cuando el veterano Mariano Pavone (40 pirulos) marcó el descuento varios de sus hinchas empezar a provocar incidentes en la tribuna y el partido tuvo que ser parado por largo rato. En consecuencia, la cosa que había empezado el miércoles al inusual horario de las 22 terminó bien pasada la medianoche, es decir, el jueves.

Tras la reanudación del juego, Boca estrelló dos remates en los palos y demoró la definición del encuentro, permitiéndole soñar a Quilmes y profundizando la pesadilla de las redacciones de noticias que cubrían el encuentro. Finalmente, la ilusión cervecera no prevaleció y el Xeneize se metió en semifinales, donde se encontrará con el sorprendente Patronato.