Desde Santa Fe

Los dos directivos de Colón y ocho hinchas del club detenidos esta semana por el apriete a los jugadores de primera división el 20 de septiembre sumaron 13 años de condenas a prisión en sólo 48 horas, en juicios exprés en los que se declararon culpables, pero sólo dos de ellos quedaron presos: el jefe de la barra, Orlando “Nano” Leiva de 48 años y uno de sus laderos, Walter Domínguez, de 42, imputados por “asociación ilícita”. Los demás se fueron a su casa, sólo con la prohibición de no acercarse a menos de 500 metros del plantel profesional ni ingresar a las instalaciones del rojinegro. “Nano” era empleado de Colón, cobraba un sueldo de 150.000 pesos “sin contraprestación alguna”, según descubrió el Ministerio Público.

El jueves, el juez Leandro Lazzarini condenó al vicepresidente de Colón Horacio Darrás a dos años y seis meses de prisión por connivencia con la barra y “encubrimiento” y a uno de los vocales, Lucas Paniagua, a un año y seis meses, por los mismos cargos. Les impuso multas de 700 mil y 100 mil pesos e inhabilitación por 5 y 3 años para concurrir a espectáculos deportivos o ser dirigentes, respectivamente. Y ayer, la jueza Rosana Carrara condenó a otros tres imputados en la causa: César Sterli (de 40 años), Carlos Godoy (34) y Sebastián Martínez (34) a tres años de prisión por “asociación ilícita”, también en un juicio abreviado. Entre los cinco, sumaron 13 años de condenas, pero como las penas son de ejecución condicional quedaron en libertad.

Lo mismo ocurrió con otros tres barras: uno de 39 años imputado por “asociación ilícita”, otro de 18 a quien se investiga por “amenazas coactivas” y el tercero también de 18 años por “tenencia ilegítima de arma de fuego”, a quienes también les prohibieron ingresar a las instalaciones de Colón o acercarse a menos de 500 metros de los jugadores de primera división y el cuerpo técnico.

Así, a los únicos que la jueza Carrara les dictó la prisión preventiva y quedaron presos son “Nano” Leiva y Domínguez. La excepción es el otro investigado como jefe de la “asociación ilícita”, Juan Abel “Quique” Leiva –hermano de “Nano”-, quien cumple una condena a 30 años de prisión por “homicidio” en la cárcel de Coronda y cuya “situación procesal” en la causa que investiga el apriete del 20 de septiembre –entre otros hechos- “se resolverá en los próximos días”, según informó el Ministerio Público.

En la audiencia de ayer en Tribunales, la jueza Carrara no sólo ordenó las medidas cautelares (a “Nano” Leiva, Domínguez y a otros tres barras), sino que también en un juicio abreviado homologó un acuerdo entre la Fiscalía y la defensa y condenó a Sterli, Godoy y Martínez a tres años de prisión por “asociación ilícita”. Los tres se declararon culpables, “reconocieron su responsabilidad penal por los hechos que les atribuyeron” los fiscales Federico Grimberg y Laura Urquiza, pero como la pena es excarcelable  quedaron libres. Eso sí, en los tres años de la condena “no podrán concurrir a espectáculos deportivos en Colón, ni estar a menos de 500 metros del cuerpo técnico y los jugadores del club".

El fiscal Grimberg dijo que “Nano” Leiva, Domínguez, su hermano “Quique” Leiva (que está preso en Coronda) y los tres condenados: Sterli, Godoy y Martínez “formaban parte de una asociación ilícita que comenzó a funcionar, al menos, desde agosto de 2019”. “El grupo operó en forma permanente, estable y organizada durante varios años. Tenía como fin cometer delitos en torno a la vida deportiva e institucional del club Colón, así como ilícitos indeterminados en la capital de la provincia y en localidades aledañas”.

“Los dos jefes negociaban con los dirigentes condenados (el vice Darrás y Paniagua) la entrega de dinero en carácter de ‘sueldo’; entradas para que los miembros de la barra ingresaran gratis a los partidos y para la reventa ilegal”. Más el suministro de “indumentaria oficial del club, que también era destinada a la reventa”, agregó.

“Hay registros de audio y fotografías que prueban que Godoy ofreció ilegítimamente entradas a 3.000 pesos el jueves 15 de septiembre pasado”. Además, “existen evidencias de que uno de los jefes de la banda era quien autorizaba la instalación de puntos de venta de alimentos, bebidas y cuidado de autos, que eran controlados por los tres condenados y otros integrantes de la barra a cambio de dinero”, afirmó el fiscal.

A Sterli, Godoy y Martínez también se les impusieron las penas por hechos violentos que cometieron en el marco de partidos de fútbol con otra facción de la hinchada rojinegra.