“Antes de la Ley diría `osadías colectivas` y después de la Ley diría `acompañamientos`”. Son las palabras que elige Ruth Zurbriggen para amojonar el trabajo colectivo de Socorristas en Red, antes y después de la Ley sancionada en 2020 para la Interrupción Voluntaria del Embarazo. Ella es activista, investigadora y parte de la Red, una apuesta política cocinada al calor de los Encuentros feministas que se hacen en nuestro país desde 1985 y que este año cumple una década acompañando a mujeres y a personas gestantes a abortar.

Recorrer el socorrismo a lo largo de estos diez años es un camino incómodo, sinuoso y capilar en la genealogía de los encuentros que fueron de mujeres y nacionales y que hoy son plurinacionales, de mujeres, lesbianas, travestis, trans y no binaries. Fue en esas ciudades tomadas en donde se ajustaron los nudos de la Red, eran las oportunidades de amontonar a feministas de distintas geografías en talleres en donde se discutiera el uso seguro de misoprostol; era el momento para que las gargantas resistieran marchas kilométricas cantando “A la Iglesia, católica apostólica Romana, le decimos que se nos da la gana, de ser putas, travestis y lesbianas. Aborto legal, en cualquier lugar”; era y es el terreno donde a pesar de que hay una ley, el aborto cuidado, seguro y acompañado todavía tiene que ser disputado.

El valor político de los acompañamientos a abortar se vuelve inconmensurable, desborda a partir de una premisa: sacar al aborto del lugar individual, secreto y privado para volverlo público y colectivo. En este sentido, la Red de Socorristas hizo de los Encuentros un escenario para poner en funcionamiento una ingeniería de intervenciones políticas que fue variando a lo largo de los años.

Este año que el Encuentro sucederá en San Luis, la Red de Socorristas eligió celebrar su existencia a través de la fiesta: “Un festival porque queremos bailar”, responde Ruth cuando se le pregunta ¿por qué un festival?  La explicación suena simple y a la vez posee una complejidad en la que hay que hurgar para entender los tonos en el que desde los transfeminismos se elige la fiesta, el disfrute y el baile como territorio de acción política.

Para la Red de Socorristas celebrar sus 10 años en un contexto de Encuentro Plurinacional es una bella obviedad, fueron los espacios de crecimiento, de darse a conocer y de ajustar nudos de confianza a lo largo y lo ancho del país. “También es oportunismo, porque la Red que está en todo el país tiene la posibilidad de encontrarse en este momento en San Luis, no hay muchas más oportunidades, por cuestiones geográficas y económicas. Entonces dijimos que la fiesta tiene que ser en ese lugar de ebullición política, en ese lugar que tanto le dio al movimiento feminista de este país. Qué mejor que una fiesta luego de dos años de pandemia que nos impidió encontrarnos cuerpo a cuerpo en esa presencialidad que son los encuentros y a la que tanto apostamos”, dice Ruth Zurbriggen. Y es que al final de eso se trata o al menos esa es la pregunta que queda flotando en el aire,  ¿cuánto hay de poner el cuerpo en un aborto y en un acompañamiento?:Todo.

Foto: Flor Castello


Una década ganada

“Mirando hoy en retrospectiva, pienso que hay muchas anécdotas relacionadas con el interés, el deseo y la búsqueda de ingenierías que nos permitieran aprender mucho sobre el aborto y sobre medicamentos. Compartimos situaciones de acompañamiento que eran muchas menos que las que fueron surgiendo en años posteriores”, cuenta Ruth recordando los inicios de Socorristas en Red, y agrega:  “Nos compartíamos nombres de médiques y estrategias que desarrollábamos para lograr tener dos o tres recetas al mes de ecografías, o ir armando el banquito de misoprostol”.

Griselda Cifuentes es socorrista en Bahía Blanca dentro de la colectiva Bahía Rosa. Su historia con la red se remonta a la experiencia de haber tenido un embarazo no deseado: “En aquel momento no tenía las herramientas para poder decidir si quería seguir o no adelante con el embarazo, y se me despertó una sensibilidad, como dice Sara Ahmed, ´una se hace feminista por su propia historia`”. Griselda participó desde muy joven en los Encuentros, que en aquel momento eran nacionales y de mujeres: “Para mi fue un cambio rotundo el que me provocó asistir a los Encuentros, vi de manera diferente no solo lo que me pasaba a mi, sino a mis amigas, a mi mamá, a mis abuelas. Me permitió ensanchar las posibilidades de existencias que tenemos las mujeres y también cómo en este camino fuimos pensando otras identidades”, cuenta Griselda en diálogo con Las12.

En 2012 la invitaron a integrar la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Seguro, Legal y Gratuito en Bahía Blanca, y rápidamente se hizo la articulación y el acercamiento a la Red, el trabajo se fue afianzando y en 2015 pudieron establecerse como Socorristas en Bahía Blanca.

¿Por qué politizar la fiesta? “Las experiencias de abortar no solo pueden estar alejadas de la culpa, de la vergüenza, de la soledad y del miedo sino que además pueden ser posibilidades de transformación de la vida de las personas, pueden estar acompañadas de una sensación de alivio y de alegría”, explica Griselda, y cuenta también que con sus compañeras transformaron la emblemática frase “Ahora que sí nos ven” en “Ahora que sí nos vemos”, tal vez una apuesta radical por el encuentro y el reconocimiento de la historia y de le genealogía feminista, y en ese sentido la celebración entra como anillo -no de matrimonio- al dedo: “Por eso es fundamental politizar la fiesta, que sea un espacio de alojo y, por eso también, en estos diez años nos proponemos celebrar nuestras existencias y nuestras reexistencias, esta posibilidad que nos brinda el socorrismo y es el lugar que tiene la Red en la lucha por la despenalización y la legalización del aborto”, concluye.

A lo largo de estos diez años, las intervenciones de Socorristas en Red dentro de los Encuentros fueron una marca de lucha. Ruth recuerda San Juan, en 2012, cuando eran muy poquitas las que formaban la Red: “Imprimimos 10 mil afiches sobre el uso seguro de misoprostol, en ese momento lo hicimos con financiación del Fondo Global de Mujeres, y a partir de ahí eso se instaló como una constante en todos los encuentros”.

En ese mismo encuentro, desde la Red pidieron a la Comisión Organizadora que se dieran talleres sobre el uso seguro del misoprostol pero no quisieron nombrarlos así: “Nos mandaron a los talleres de estrategias para el aborto legal y nos dijeron que allí había que discutir sobre el uso seguro del misoprostol. Caímos a esa escuela con megáfonos convocando a talleres dentro de la misma escuela, ocupando aulas y pegando carteles que decían `este taller es sobre uso seguro de Misoprostol`. La autogestión y los talleres fueron la posibilidad de compartir espacio con feministas de otras provincias, y eso les permitió poder ir enhebrando la red que año tras año se iba federalizando.

Foto: Flor Castello

Eran y son muchas las formas de detectar su presencia en los encuentros, el “socorro rosa” se caracteriza por una vestimenta particular a la hora de encolumnarse para la marcha que históricamente cierra cada encuentro: unas pelucas de un rosa encandilante y corridas bajo humos en sintonía cromática con los atuendos que daba cuenta de que allí estaban.

En 2017 fueron a Chaco con 3 mil toallitas pintadas con aerosol rojo y con mensajes de personas gestantes a las que habían acompañando a abortar desde la Red: “Eran mensajes que nos habían mandado en el proceso de aborto. En ese momento queríamos mostrar la toallita como un símbolo de esa intimidad, pero a la vez ese mensaje puesto en la toallita que saca al aborto de ese lugar de silencio y que lo pone en el espacio publico, y entonces hacemos de eso un acto profundamente pedagógico y político”, explica Zurbriggen. En ese 2017, como es la costumbre institucional en los encuentros, la iglesia estaba vallada y la intervención consistió en llenar esas vallas de toallitas.

Qué fantástica esta fiesta

El sábado 8 de octubre se celebrará, en la Plaza Pringles, los 10 años de este activismo abortero. A partir de las 20, Sudor Marika, Mia Salas y Chocolate Remix harán honores a la fiesta y dejarán todo servido para el deseo de bailarse todo.

“La participación de Sudor Marika es muy particular este año, no solo porque la lucha por el derecho a abortar es algo con lo que resonamos, sino también porque se viene discutiendo y se ha decidido nombrar el Encuentro como Plurinacional y también como de mujeres, lesbianas, travestis, trans, no binaries, intersexuales. En esa decisión se toma una posición respecto de una discusión de hace muchos años y es esta pregunta alrededor de quiénes son les sujetes del feminismo”, explica Ro Tirita, de Sudor Marika, y agrega: “Entonces que participen maricas en un escenario, lesbianas y trans, es una intervención y da cuenta de un momento histórico y más aún celebrando la existencia de Socorristas en Red". 

Choco, de Chocolate Remix, dice que cuando se acercó por primera vez al feminismo, la red de Socorristas ya estaba: “No puedo creer que hace diez años que vienen haciendo esto, y lo interesante es la manera en la que han abordado. No fue solo el acceso a través de pastillas sino todo el acompañamiento, el acceso a la información dada desde un lugar de entrega y de amor. Eso es sin duda, revolucionario y algo que se puede trasladar a un montón de otros ámbitos”, cuenta la reggetonera tucumana.

Por su parte, Mia Salas, cantante trans de la ciudad de Río Cuarto, también será parte de la fiesta, y viene compartiendo hace años el trabajo con la Red: “Siento que soy política arriba del escenario, ésa es mi forma de hacer política, y el sábado las voy a hacer mover y bailar a todas”.

La propuesta está hecha, en esta edición del Encuentro tan esperada: Socorristas en Red tendrá una celebración y una fiesta que, sin duda, será inolvidable.