El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, aseguró este jueves que el nuevo Congreso que surgió de las elecciones del domingo, con dominio de la derecha, será un obstáculo que podrá hacer fracasar un eventual gobierno Luiz Inácio Lula da Silva si el exmandatario se impone en el ballotage del 30 de octubre.

"El Congreso que surgió el domingo es menos rojo, es mas verdeamarillo, más de centroderecha, con proyectos que van a llevar a Brasil al primer mundo de verdad. El otro piloto será un fracaso, va a volcar en la primera o en la segunda curva si se sube a esta Ferrari llamada Brasil", aseguró Bolsonaro.

El líder ultraderechista habló en un acto en el Palacio de la Alvorada, en el cual reunió a todos los bloques oficialistas y los nuevos parlamentarios elegidos en las elecciones generales del domingo. "Brasil despegó, pero si cambian el piloto ahora, en medio de un vuelo, harán caer el avión", aseguró, rodeado de líderes católicos y evangelistas de la extrema derecha.

Bolsonaro defendió su alianza entre el Congreso y el Poder Ejecutivo "como si fuera un solo poder" y felicitó la estrategia del espacio de derecha y centroderecha para lograr mayoría en el Senado y en la Cámara de Diputados. En caso de un gobierno de Lula, el sector de izquierda o centroizquierda deberá abrir negociaciones con los partidos bolsonaristas para llevar adelante sus proyectos.

Los proyectos a presentar


Con el favoritismo de Lula en las encuestas para la segunda vuelta, el candidato ultraderechista del Partido Liberal anunció que prepara un plan calcado de la propuesta del Partido de los Trabajadores (PT), que apunta a renegociar las deudas de las familias más pobres: más del 70 por ciento de la población está endeudada.

El objetivo es alcanzar a cuatro millones de personas que tienen deudas ante la Caixa Económica Federal, el banco público destinado a la pequeña renta, para renegociar el 90 por ciento de sus deudas, con prioridad para las mujeres.

Bolsonaro dijo que quiere acelerar la producción de minerales como niobio y grafeno y que buscará evitar la privatización de la empresa pública de extracción de niobio ubicada en Minas Gerais, que provee ese mineral al mercado mundial de acero con mayor sofisticación. "Yo soy privatista, pero algunas cosas tienen que quedar en el Estado", afirmó el mandatario.

Para Bolsonaro, la suba de la Bolsa de Valores experimentada el lunes y la caída del dólar "fue un mensaje del mercado financiero como aprobación a la segunda vuelta" porque "Brasil no va a entrar en el tren de la izquierda de América Latina".

Bolsonaro fue criticado en las últimas horas en las redes porque anoche atacó en Facebook a los estados de la región noreste, la más pobre del país, donde Lula ganó por más del 65 por ciento de los votos, y afirmó que la explicación del comportamiento de los electores tiene que ver con "el analfabetismo mayor" que hay en esa región. Este jueves dijo que el nordeste es la región más pobre de Brasil porque "hace 20 años está gobernada por la izquierda".