Estoy todo pintado de plateado en mi casa. ¿Qué hago?”

Era el atardecer de un día movido y Andy Cherniavsky ya se había resignado que además de movido, se había perdido por completo. Hasta una hora atrás, su estudio fotográfico de la calle Soler había estado poblado por alrededor de unos cincuenta periodistas de diferentes medios y hasta algunos del interior del país. La idea era hacer una sesión de fotos ante los ojos de la prensa para presentar en sociedad la grabación de Demasiado Ego, el nuevo disco de Charly en vivo al que solamente le faltaba la portada. Tenía su lógica y, como todo lo que hace Charly, su encanto. Pero García faltó y a la reunión no asistió, como el viejo capitán que estaba con Mariel.

“Teníamos iluminadores, había una puesta de luces, todo estaba preparado, solo faltaba él, pero ya habían pasado varias horas y todos se habían ido”, cuenta hoy Andy Cherniavsky. “Hasta habíamos programado todo lo que se iba a hacer durante esa tarde. Yo estaba cerrando la puerta del estudio y me iba a casa. En ese instante, sonó el teléfono. Le dije que se viniera ahora mismo para el estudio”. 

Ya maquillado para la ocasión, García demoró veinte minutos en arribar; su casa se encontraba a diez cuadras del estudio de Cherniavsky. “No perdimos ni un minuto, y lo primero que hizo fue tirarse de cabeza al sofá, donde sacamos la foto de la tapa del disco. Hicimos una seguidilla de tomas en esa situación, y después empezamos a trabajar primeros planos, y ahí es donde aparece esta otra foto de él lamiendo la guitarra. Esta foto no está vista, porque ni siquiera yo sabía que la tenía hasta que la vimos con Elio Kapsuk, que es el curador de la muestra, y ahí nos dimos cuenta que era un fotón”. 

García llegó con la producción incorporada. Tenía un calzoncillo pintado de plateado puesto por encima del pantalón, y todo lo que lució ese día estaba plateado por su acostumbrado aerosol. “Las uñas, la ropa, la guitarra: todo pintado”, se ríe Andy hoy desde otro estudio en el que da los toques finales a su parte de la muestra Los ángeles de Charly. De esos tres ángeles (lista que se completa con Hilda Lizarazu y Nora Lezano), Andy fue la primera a la que Charly conoció a mediados de los años 70, por intermedio de su hermano Daniel García Moreno. Confianza es lo que sobraba, como para tener el tupé de llamarla después de haberle hecho naufragar el día. “Con Andy tenemos una relación fotal”, escribió en el prólogo de libro de fotografías que Cherniavsky publicó en el 2003. 

“Esta foto con la guitarra me parece super linda y cuenta un montón de cosas”, prosigue Cherniavsky, “sobre todo lo que entrega Charly en el marco de una producción fotográfica, porque con él la cosa es empezar a tirar y tirar fotos. Se le van ocurriendo ideas increíbles y hay que estar muy atenta, porque te ofrece riqueza visual y emocional todo el tiempo. Con Elio elegimos esta porque realmente se lo ve a Charly enamorado y como disfrutando de un beso con todo a su guitarra”.

Demasiado Ego fue una de las tantas resurrecciones de la carrera del artista conocido como Charly García. Su 1998 había sido bastante errático y el disco que grabó en Miami, El Aguante, daba cuenta de su estado anímico con canciones como “Kill My Mother” o “Lo que ves es lo que hay”, de las mejores en un disco que no era de lo mejor. En el marco de un ciclo gratuito llamado Buenos Aires Vivo y de una polémica con las Madres de Plaza de Mayo a raíz de una idea que el artista había manifestado acerca de arrojar muñecos desde un helicóptero aludiendo a los vuelos de la muerte, Charly se presentó en un predio de Puerto Madero ante una cantidad de gente no prevista: más de doscientas mil personas (253.000 figura como cifra histórica en el disco). En ese concierto del 27 de febrero de 1999 tocó su repertorio de siempre y rescató algunas joyitas de Sui Generis como “Música de fondo para cualquier fiesta animada” y “El show de los muertos”. Contra todo pronóstico, su performance fue de las mejores de aquella década. Y había quedado registrada.

Solo quedaba el último paso y Charly trastabilló, pero se recuperó a tiempo y llegó a lo de Andy para una función única, sin prensa, pero con todas las pilas. “Más que la sesión de Demasiado Ego, para mí es la sesión de la mutación porque desde el amor apasionado pasa a convertirse en un diablo y después se transforma en Jesucristo. Toda esa riqueza de imágenes se va a poder ver bien en la muestra, trabajamos mucho con esa sesión”.

La pregunta final es: ¿se supo por qué Charly García llegó tan tarde a aquella sesión? “Yo nunca se lo pregunté”, cierra Andy Cherniavsky. “Creo que Charly la piensa mucho antes de salir de su casa. Es una persona a la que no le es fácil salir y si sale es para hacer algo que tiene mucho valor o tiene muchas ganas de hacer. Quizás estaba durmiendo y se despertó tarde, o lograron despertarlo, y se empezó a pintar, y de repente también sintió la riqueza pictórica que le daba toda esa pintura y el valor fotográfico que podía tener. O simplemente se colgó”.

Los ángeles de Charly podrá visitarse a partir del viernes 14 de Julio en el Palais de Glace, Posadas 1725. Estará abierta de martes a viernes, de 12 a 20, y sábados, domingos y feriados de 10 a 20. Hasta el 12 de agosto. Gratis.