Singularidad y despatologización son las dos palabras que eligió la Escuela de Orientación Lacaniana para sus jornadas de este año. "La decisión de un sujeto en el trabajo con un analista va en la línea de la despatologización, tal como la entendemos, es decir ir en el sentido de restar sufrimiento, para vivir de un modo más digno", cuenta Carolina Rovere, directora de la EOL Sección Rosario. Las XXIII Jornadas serán mañana, a las 15 y el sábado, de 9 a 13, en la Federación Gremial de Comercio e Industria (Córdoba 1868). Sobre la singularidad, la psicoanalista consigna que "la singularidad tiene que ver con lo incomparable, por eso se aparta de cualquier clasificación, y esto es también despatologizar para nosotros". 

-¿Qué expectativas tienen con respecto a la realización de las XXIII Jornadas de la EOL Sección Rosario?

-Elegimos un tema que consideramos muy actual y que nos permite interrogar los dos conceptos que nos planteamos trabajar: Singularidad y Despatologización. Con la comisión organizadora nos propusimos abrirnos a convocar a quienes les interese discutir con nosotros sobre el tema que nos puso al trabajo; es así como surgió un amplio grupo conformado por cuatro duplas, es decir: dos coordinadores que son de nuestra Sección y que a su vez invitaron a sumarse a personas causadas por el tema, lo interesante es que se sumaron personas de disciplinas diversas.

-¿Cuándo se habla de orientación lacaniana, cuál es su especificidad?

-La orientación lacaniana refiere al nombre de nuestra institución, la Escuela de la Orientación Lacaniana, fundada en 1992 en Buenos Aires, y en 1998 en nuestra ciudad, como EOL sección Rosario. La especificidad de esta Escuela de Psicoanálisis, de formación de analistas, es que pertenecemos a la Asociación Mundial del Psicoanálisis fundada por Jacques-Alain Miller. Las Escuelas de la AMP estamos en conexión permanente y nos proponemos distintos temas para los Encuentros mundiales o también regionales. Por ejemplo, para el próximo Congreso ya estamos trabajando el aforismo de Lacan: Todo el mundo es loco. Y nuestras jornadas tienen que ver con esa frase.

-El título de las Jornadas versa sobre Singularidad por una parte y sobre Despatologización, temas tan importantes en esta época que transitamos. ¿Por qué eligieron esos términos?

-Justamente por la importancia que tienen en estos tiempos y porque creemos que el psicoanálisis puede aportar un trabajo fundamental para dilucidar el sufrimiento humano. Freud descubrió la pulsión de muerte como esa tendencia al sufrimiento inherente a los seres hablantes. Lacan partiendo de allí propone el concepto de goce, es decir de ese sufrimiento con el que no nos llevamos bien pero al que estamos muy acostumbrados.

-¿Qué de las llamadas hasta ahora “patologías”? ¿Por qué despatologización?

-Continúo en la línea de la pregunta anterior, patología viene de pathos, que es sufrimiento. Y cuando alguien va a ver un analista es porque sufre de algo o por algo. El tema es que de eso que nos quejamos, y que vinculamos con algún otro, tiene, fundamentalmente, que ver con nosotros. Entonces, con Lacan podemos decir que el sujeto sufre de sus propios embrollos en los que se metió sin saber, o con un saber que le es inaccesible. En un análisis, se trata de acceder a eso que no sabemos de nosostros mismos. La decisión de un sujeto en el trabajo con un analista va en la línea de la despatologización, tal como la entendemos nosotros, es decir, ir en el sentido de restar sufrimiento, para vivir de un modo más digno.

-¿Esa singularidad, cómo podríamos entenderla, y cómo podemos hacer lugar a ella, y cuál sería su beneficio para los sujetos que buscan análisis?

-La singularidad tiene que ver con lo incomparable, por eso se aparta de cualquier clasificación, y esto es también despatologizar para nosotros. El beneficio que tiene para los que buscan análisis es que el analista es quien escucha y hace lugar a lo más propio de cada quien. A eso en lo que no nos parecemos con ningún otro. De esto se trata un análisis, pero hay que decir que se requiere de mucha audacia para abandonar el “mal pero acostumbrados”; y si se llega hasta un final se puede arribar a ese punto singularísimo, que tiene que ver un saber hacer que nos permite dignificar nuestra propia existencia.

*Coordinador de la página de Psicología en Rosario12.