La ilusión de Huracán no se detiene. Con una actuación solvente, en la que se aprovechó de un rival quebrado anímicamente, el equipo de Parque Patricios se impuso 3-1 a Estudiantes y alimentó sus chances de cara a la recta final de la Liga Profesional: con los tres puntos se aseguró una plaza en la Copa Sudamericana, se mantiene expectante para lograr un boleto para la Copa Libertadores y, de yapa, todavía tiene posibilidades matemáticas de quedarse con el título. 

Dos goles de penal de Franco Cristaldo, la figura de la cancha, y el restante de Gabriel Gudiño, cuando se acababa el partido, le bastaron al equipo de Diego Dabove para imponerse a un alicaído Estudiantes, que marcó el transitorio empate por intermedio de Leandro Díaz. El triunfo tuvo un significado especial para el Globo, ya que se dio ante un rival directo en la pelea por las plazas continentales. 

Huracán consiguió una merecida y trabajada victoria que destrabó con los penales, pero para la que hizo méritos desde el mismo inicio del juego, con dos situaciones de gol antes de los dos minutos, primero con un remate de Nicolás Cordero, que se fue apenas desviado, y luego con un cabezazo de Matías Cóccaro, atajado por Mariano Andújar.

Una mano de Godoy posibilitó el primer penal para Huracán, que el goleador Cristaldo no desaprovechó y le puso justicia al marcador. E incluso tuvo chances de aumentar con tres nuevas ocasiones. Sin embargo, en el mejor momento del local, una tijera de Díaz tras un centro de Castro significó el inmerecido empate para irse al descanso. 

Si bien sintió el impacto, el Globo insistió en su búsqueda y tuvo su premio con otro penal de Cristaldo, después de una falta de Lollo a Cóccaro. A partir de ahí se replegó y espero algún contragolpe para liquidar el partido, ante un rival que no mostraba signos de reacción. Sobre el final, Gudiño selló el marcador y desató la fiesta y la ilusión en Patricios.