La Sala Casacuberta del Teatro San Martín con una ópera del compositor italiano Giorgio Battistelli, el jueves y el viernes a las 20.30; el hall de la Fundación Santander y una obra para seis pedazos de madera del nortemaricano Michael Gordon, el sábado a las 18; la Legislatura porteña para un ciclo coral de Karheinz Stockhausen (6 y 7 de noviembre); un edificio a medio construir en una transitada esquina del microcentro porteño para una performance teatral en plein air (12 y 13 de noviembre). Cuatro espacios bien definidos para cuatro eventos extraordinarios, que se podrían apreciar entre lo atractivo, lo raro, lo curioso y lo inusual. Así continúa la segunda edición del Festival No Convencional, el ciclo ideado y dirigido por Martín Bauer, que reunirá artistas profesionales y amateurs en torno a una propuesta artística que tiende a descentrarse de los cánones establecidos. Una manera de “ver qué pasa”, dice Bauer a Página/12 a la hora de definir la propuesta, que cuenta con el apoyo de Mecenazgo, Participación Cultural, el Instituto Italiano de Cultura y la Fundación Santander.

“No se trata de renegar de los ámbitos convencionales, en los que trabajé y trabajo, sino de buscar otros estímulos, otras formas, imaginar otros horizontes que nos permitan promover diálogos entre distintos de espacios y disciplinas, tratar de encontrar respuestas para las situaciones particulares que nos propone este tiempo”, asegura Bauer, compositor y gestor cultural que además es el actual programador del ciclo Colón Contemporáneo. “En este sentido, resulta muy interesante comenzar esta serie con Experimentum Mundi, la pieza de teatro musical de Battistelli, que si bien se realiza en un espacio convencional como el Teatro San Martín, en su dinámica y su contenido es una obra fuera de lo común”, continua Bauer.

Pensada para dieciseis trabajadores de distintos oficios, un narrador, cuatro voces femeninas y un percusionista, Experimentum Mundi, que en esta producción contará con la dirección musical de Lucas Urdampilleta, es una dramaturgia de los oficios. “Los intérpretes son trabajadores verdaderos, que realizan sus labores en escena. Hay un zapatero, un herrero, un afilador, un tonelero y muchos ás, que trabajan dentro de un contexto musical muy definido, mientras el narrador se hace cargo del libreto del mismo Battistelli, en base a pasajes del Diccionario razonado de las ciencias, las artes y los oficios de Diderot y D’Alembert”, explica Bauer y agrega: “Es notable la maestría con la que el compositor logra un ámbito orgánico, un espacio de convivencia sonora que resulta muy atractivo”.

La siguiente estación del Festival No Convencional será en la Fundación Santander. El sábado las 18, el ensamble de percusión Tambor Fantasma interpretará Timber, de Michael Gordon, uno de los fundadores del grupo Bango n a Can. “Es una pieza de percusión minimalista para pedazos de madera, a la manera de las tablas ideadas por Iannis Xenakis y empleadas en su ópera Oresteïa”, señala Bauer .“En la obra de Gordon los percusionistas se posicionan en círculo, cada uno con un trozo de madera de distinto tamaño, pero esta versión tendrá la particularidad de que los músicos estarán entre el público, que así quedará inmerso en la obra”, agrega el productor.

Tambor Fantasma.

El 6 y 7 de noviembre, a las 19.30 en la sala de sesiones del Palacio de la Legislatura de la ciudad de Buenos Aires, se presentará Welt Parlament (Parlamento mundial), una obra del compositor alemán Karlheinz Stockhausen, para coro a capella. El espectáculo cuenta con la participación de Pablo Feijoo como narrador y el coro rodeando al público, bajo la dirección musical de Pablo Pichini y dirección general de Martín Bauer. “La idea en sí es muy lineal, se trata de un parlamento que se reúne para debatir. Son treinta y seis cantantes que repiten frases sobre patrones rítmico-melódicos derivados de una fórmula matemática creada por el compositor, creando una polifonía cautivante. Lo interesante es que ponemos en escena la obra en la Legislatura, un lugar inusual para la música, con los cantantes sentados en el lugar de los legisladores y esto le da un sentido particular a la obra. Además, el recinto es un espacio chico, por lo que el contacto entre artistas y público acá también será muy estrecho. Es una obra muy difícil de cantar, muy trabajosa, que creo está entre lo mejor de Stockhausen.”, detalla Bauer. “La situación será introducida y explicada por una especie de maestro de ceremonias, no olvidemos que el público del festival es muy particular, muy variado, viene en busca de sorpresas y no necesariamente tiene que ser un experto en este tipo de música”, agrega.

“Setenta balcones hay en esta casa/ setenta balcones y ninguna flor”, escribió alguna vez Baldomero Fernández Moreno. Del eco de esos versos sale el título del espectáculo con el que el 12 y 13 de noviembre, a las 18.30, culmina el Festival No Convencional. Setenta balcones es una performance teatral site-specific creada por el director de escena Lisandro Rodríguez, con la participación de Renata Schussheim, Toto Castiñeiras y Matías Sendón, que se desarrollará en los balcones -“que son justo setenta”, asegura Bauer- de un edificio abandonado en mitad de su construcción, ubicado en la esquina de Maipú y Tucumán. “Uno de los principios del festival tiene que ver con los diálogos que podemos establecer también con la performance y cierto tipo de teatro. En este caso tomamos la calle, lo que implica un compromiso organizativo más grande, pero se trata de eso, de arriesgar”, concluye Bauer.