El entusiasmo del arquitecto y planificador urbano es contagioso. El alemán Markus Vogl, que dirige desde 2017 la Cátedra Walter Gropius, financiada por el Servicio Alemán de Intercambio Académico (DAAD) en la UBA, subraya la importancia de “comunidad”, “compartir” y “nosotres”, palabras que siguen teniendo importancia en la vida cotidiana de las personas. La exposición itinerante An Atlas of Commoning. Lugares de producción colectiva llega a Buenos Aires, al MARQ (Museo de Arquitectura y Diseño, en Av. Libertador 999, esquina Callao). Esta muestra centrada en los “comunes urbanos”, que busca recuperar y redefinir el espacio abierto y emancipador del “nosotres”, se podrá visitar hasta el 2 de diciembre. En los cuatro niveles de la antigua torre de agua del MARQ se despliegan los casos de estudio e intervenciones de la muestra, divididos en los ejes “acceso y propiedad”, “producción y reproducción” y “solidaridad y derechos”. Gaspar Libedinsky se presentará con la instalación de dos avestruces y las situará en el piso dedicado a “producción y reproducción”. La Cooperativa Espacial desplegará un conjunto de fotografías sobre prácticas espaciales en las orillas del sur de la ciudad de Buenos Aires.

Vogl observa la rapidez con la que el mundo turbocapitalista “se metió en nuestra vida cotidiana” para “hacernos creer que ya no podemos sobrevivir sin las ofertas de empresas que actúan globalmente”. El arquitecto y planificador urbano reconoce que estas empresas “han metido en una dependencia de la que no es fácil liberarse a mucha gente en todo el mundo”. Pero una y otra vez hay proyectos en los que se recurre al poder de lo común. Esta es una de las razones por las que se presenta en Buenos Aires An Atlas of Commoning. Lugares de producción colectiva, organizada por el Instituto para las Relaciones Culturales Internacionales de Alemania (ifa) en colaboración con ARCH+ (revista de teoría de arquitectura), con co-curaduría de la Cátedra Walter Gropius y el apoyo de la Embajada de Alemania, el Goethe-Institut, el Servicio Alemán de Intercambio Académico (DAAD), la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanisno de la UBA y la Sociedad Central de Arquitectos (SCA).

“La acción comunitaria suele surgir de una necesidad -explica Vogl Página/12 en un español fluido, que incluye el uso del lenguaje inclusivo-. Se vuelve interesante cuando se supera el reto que las personas no pueden resolver solas. ¿Qué ocurre entonces? El caso de la Cooperativa Imprenta Chilavert es muy interesante. Una vez resuelta la situación profesional de los ocho empleados de la antigua imprenta, no sólo continuaron su trabajo como tipógrafos y encuadernadores, sino que abrieron el edificio al barrio como centro cultural y también como lugar de enseñanza con un Bachillerato. De este modo, devuelven el espacio y también el tiempo a les vecines que apoyaron a los trabajadores en la ocupación de la antigua imprenta. Esta cooperativa cumple 20 años este fin de semana y es uno de los proyectos que añadiremos al Atlas of Commoning”.

A lo largo de los años, cuenta Vogl, acompañó al equipo de la Biblioteca Popular La Carcova. “En un lugar marginalizado del área metropolitana de Buenos Aires, el equipo que rodea a Gisela Pérez y Waldemar Cubilla trabaja desde hace 10 años para crear un lugar abierto a todes les habitantes del barrio, que les permita acceder a la educación y al conocimiento para cumplir el derecho a la participación. Todo esto no es posible sin pensar en el bien común. Pudimos apoyar a la Biblioteca Popular en el acompañamiento espacial del proceso de transformación social del barrio, desde la casita en cuya entrada dice: ‘¡Atenti! Un libro es libertad’, para desarrollar un Parque Educativo, un lugar público en el barrio, una primera localización del derecho a la ciudad”.

“Con todos los retos a los que nosotres nos enfrentamos, pequeños y grandes, no será el supuesto progreso técnico el que resuelva nuestros problemas sociales y ecológicos”, reflexiona el arquitecto alemán. “Creo que tenemos que volver a aprender a escucharnos, a tomar en serio a nuestros interlocutores. En la muestra del MARQ hay una alfombra en el pabellón, la Alfombra de los Derechos Humanos, del artista Manuel Herz. Uno de los objetivos de la exposición es volver a reunirse, hablar con los demás, sentarse en la alfombra y hablar. Para mí esta no es una visión ingenua”, aclara Vogl y agrega que en muchos de los procesos de desarrollo urbano que acompañó en Europa y en Buenos Aires la participación es un hecho, pero en muchos casos sólo es una herramienta para relegitimar la planificación clásica. “En la arquitectura y el urbanismo, seguimos viendo cómo el poder del capital está remodelando nuestras ciudades y los espacios en los que convivimos”, alerta el profesor en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Stuttgart, autor del libro Täglich (Cotidiano), en el que aborda la necesidad de lo público, el espacio público y los edificios públicos.

“En las disciplinas espaciales, nos enfrentamos a un importante cambio de paradigma que, si no lo iniciamos nosotres, se nos impondrá principalmente por el cambio climático. Pero me animan mucho los numerosos movimientos que, en todo el mundo, intentan cada día, a pequeña escala, cambiar la vida cotidiana trabajando juntes -plantea Vogl-. Tanto en la Cátedra como en mi práctica profesional, utilizamos los conceptos de ‘curare’ y ‘reparare’, de cuidar y seguir trabajando con lo existente. Me da mucha fuerza para seguir trabajando juntes por un medio ambiente mejor en el que los animales y las plantas sean por fin considerados iguales a las personas. Y entonces, con suerte, la gente que difunde discursos de odio pronto se quedará sola en Internet”.