Micelio se llama a una red de hongos que crece en los bosques, adaptándose al ecosistema en función de lo que éste necesita. Una forma de cooperación con la que Rizoma, la banda integrada por Sebastián Zanetto en piano, Matias Carazzo en saxos y carinetes, Tavo Centurion en bajo y Lucas Zalazar en batería, se siente identificada. Al punto que Micelio se llama el disco que presentarán el sábado a las 21 en Café Vinilo, el histórico reducto musiquero que hace algunas semanas reabrió sus puertas en el nuevo escenario de Estados Unidos 2483. Por entradas y esas cosas se puede buscar en http://cafevinilo.com.ar/event/rizoma-presenta-micelio/

Más allá de rizomas, micelios y de lo que al respecto podrían decir la Pachamama, Deleuze o Guattari, el nuevo disco del cuarteto contiene, además de una gráfica sugestiva, una música cuidadosamente elaborada, en la que los equilibrios entre composición e improvisación resultan atractivos y los desarrollos instrumentales dialogan con gran energía entre correspondencias y contrastes. Una música que esboza formas del funky sin ocultar la descendencia latinoamericana. “Siento que en este disco se dio lo que buscábamos con Matías Carazzo cuando fundamos el grupo hace ya varios años, es decir una música sólida, producto de un intenso diálogo interno, que mantenga la frescura”, dice Sebastián Zanetto a Página/12.

Pianista, compositor y arreglador, Zanetto asegura que respecto a El alfabeto de la mirada (2019), el primer disco de la banda, este Micelio da cuenta de un espíritu más cooperativo. “Somos un grupo que hace música propia, en la que se conjuga una marca personal y una marca colectiva. Cada uno aporta sus propios temas, más o menos acabados, que se completan en el trabajo de grupo. Todos los integrantes del cuarteto participamos creativamente, todos aportamos ideas y todos decidimos sobre todo. Rizoma tiene que ver con la no verticalidad”, comenta el pianista. “Por eso dejamos amplios espacios para la improvisación. Algunos son muy claros, pero también hay momentos en los que el arreglo se abre y deja hendijas por donde circula esa frescura particular que queremos para nuestra música”, agrega Zanetto.

La música de Rizoma es jazz. Es decir, más que sobre los materiales, se sustenta en el modo en que esos materiales se desarrollan. “Cada uno de nosotros sabía lo que tenía que hacer en el momento de la grabación, pero el escenario es otra cosa. Nuestra música está pensada desde el vivo y abierta siempre a nuevos descubrimientos. De alguna manera el escenario nos transforma, porque además hay un púbico presente, que recibe y devuelve en el momento. El público es una pared de resonancia, donde la música rebota y vuelve, eso lo hace del vivo una situación insustituible”, asegura Zanetto, y agrega que en Café Vinilo, además de presentar los temas del nuevo disco, repasarán la música del primero y anticiparán varias cosas nuevas. “Como para mostrar de dónde venimos, dónde estamos y hacia dónde vamos”, resume.