Los líderes occidentales rebajaron este miércoles los temores de que la explosión de un misil en Polonia forzara a la OTAN a intervenir directamente en el conflicto entre Rusia y Ucrania, al considerar que podría tratarse de un proyectil extraviado de la defensa antiaérea ucraniana. Ucrania había acusado inicialmente a Rusia por el ataque, pero con el correr de las horas fue creciendo la impresión de que el misil no fue lanzado por fuerzas rusas, sobre todo luego de que el presidente estadounidense, Joe Biden, dijera que eso era improbable. El misil mató el martes a dos hombres en el pequeño pueblo de Przewodow, a seis kilómetros de Ucrania, tras impactar en unas instalaciones agrícolas, y dejó al país conmocionado. Tal es así que Polonia puso a su ejército en estado de alerta.

La postura de OTAN

La OTAN no cree que Rusia haya atacado a Polonia y entiende en cambio que el misil que cayó en ese país y mató a dos personas procedía de la defensa aérea de Ucrania, según el secretario general de la alianza atlántica, Jens Stoltenberg. "No tenemos indicios de que esto haya sido el resultado de un ataque deliberado y no tenemos indicios de que Rusia esté preparando acciones militares ofensivas contra la OTAN", afirmó Stoltenberg en una rueda de prensa luego de una reunión de emergencia del Consejo del Atlántico Norte, su principal órgano de toma de decisiones.

El análisis preliminar de la OTAN coincide "en que el incidente fue probablemente causado por el misil de defensa aérea ucraniano disparado para defender el territorio ucraniano contra los ataques de misiles de crucero rusos". En cualquier caso, Stoltenberg aseguró que la "última responsabilidad" la tiene Rusia, por haber iniciado la guerra contra Ucrania, y que Kiev "no es culpable".

Polonia no invoca a la OTAN

Mientras tanto el primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, confirmó que su país no invocará el artículo de la OTAN que prevé consultas entre aliados cuando sientan amenazada "la integridad territorial, la independencia política o la seguridad de cualquiera de las partes". Esa era una hipótesis que planeó si se hubiera tratado de una agresión contra territorio polaco, que es miembro de la OTAN.

El presidente polaco, Andrzej Duda, rebajó los temores internacionales de una nueva escalada de la guerra en Ucrania al afirmar que "no hay indicios de que se trate de un ataque intencionado contra Polonia" y apuntar que es "muy probable" que el misil fuera ucraniano. El proyectil que cayó el martes en unas instalaciones agrícolas conmocionó al tranquilo pueblo de Przewodow.

Polonia celebró el martes una reunión de emergencia de su Consejo de Seguridad Nacional y convocó al embajador de Moscú para que diera "explicaciones detalladas inmediatas". Como respuesta, Moscú convocó este miércoles al embajador polaco.

Rusia inició su ataque a Ucrania el 24 de febrero y sigue ocupando partes de su territorio a pesar de una serie de derrotas en los últimos meses. Los polacos, que comparten una frontera de 530 kilómetros con Ucrania, asumieron el liderazgo regional proporcionando ayuda militar y humanitaria a su vecino del este y sancionando a Rusia. 

Rusia niega su responsabilidad

Moscú insistió este miércoles en la responsabilidad de Ucrania y atribuyó a Kiev el lanzamiento del proyectil antiaéreo S-300. Así el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, calificó de "histérica" la reacción de Polonia y valoró la reacción de Estados Unidos. "Tiene sentido destacar la reacción contenida y más profesional de Estados Unidos y su presidente", que contrastó con la "absolutamente histérica de Polonia y otros países", dijo Peskov.

El ministerio de Defensa de Rusia se explayó con más datos para descartar su responsabilidad y apuntó que el misil pertenece al arsenal ucraniano, según especialistas militares rusos que analizaron las fotos de los fragmentos del proyectil. Según indicó en su parte bélico diario el portavoz castrense ruso, Ígor Konashenkov, se trata de trozos de misiles de defensa antiaérea S-300 de Ucrania.

El ministerio de Defensa ruso insistió en que el país lanzó el martes ataques contra objetivos que se encuentran "solo en el territorio de Ucrania y a una distancia de más de 35 kilómetros de la frontera ucraniano-polaca".

Ucrania insiste y el G20 pide calma

Ucrania, que desde un primer momento acusó a Rusia del disparo, reclamó un "acceso inmediato" al lugar del impacto. "Estamos dispuestos a entregar la prueba del rastro ruso que tenemos", dijo el secretario del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa ucraniano, Oleksiy Danilov. Inicialmente el ministro de Exteriores ucraniano, Dmitro Kuleba, había rechazado como una "teoría de la conspiración" la idea de que pudiera haber sido un misil ucraniano.

En Bali, Indonesia, donde se celebró la cumbre del G20, los líderes occidentales pidieron no sacar conclusiones precipitadas. China pidió "calma y moderación" mientras que el jefe del gobierno alemán, Olaf Scholz, advirtió contra el peligro de sacar conclusiones "apresuradas". Dirigiéndose a los líderes del grupo por videoconferencia, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, aseguró que el ataque a Polonia "no es más que un mensaje de Rusia a la cumbre del G20".  

Hungría, un gran aliado de los rusos, criticó este miércoles a Zelenski por insistir en que el misil que mató a dos personas en Polonia procedió de Moscú, una interpretación que ya fue desestimada por varias potencias. "Ante una situación de este tipo, los dirigentes mundiales se expresan de forma responsable", pero "el presidente ucraniano, al acusar inmediatamente a los rusos, tomó un mal ejemplo", declaró Gergely Gulyas, jefe de gabinete del primer ministro húngaro, Viktor Orban.