1940

Varios directores

El segundo largometraje de la compañía Disney luego de Blancanieves y los siete enanitos, estrenado en los Estados Unidos en febrero de 1940, es uno de los grandes clásicos animados de la compañía del ratoncito, responsable de forjar en la memoria cultural colectiva los rasgos “definitivos” de la marioneta titular y la mayoría de los personajes de la historia. Un triunfo de las técnicas de animación, que Walt Disney y sus colaboradores y empleados llevaban a nuevos niveles de excelencia tecnológica y artística en cada nueva producción, el film de Norman Ferguson, Bill Roberts y otros cinco directores adaptó por primera vez al cine la historia de Collodi, respetando algunas de las claves del texto original e inventando nuevas situaciones y personajes que, a partir del momento de su lanzamiento, se transformaron para muchos en piedra basal de los Pinochos por venir. Llena de humor y canciones, este Pinocho incluye asimismo secuencias como la transformación del protagonista en burro, que compite en tonalidades oscuras e incluso terroríficas con la célebre escena del bosque en Blancanieves. Los primeros compases de la canción “When You Wish Upon a Star”, ganadora de un premio Oscar, se transformaron con el correr de los años en la banda de sonido del famoso logotipo animado de Disney, marca inmediatamente reconocible de la compañía.

2002

Roberto Benigni

El actor y realizador italiano venía de meterse el mundo en el bolsillo luego del éxito de La vida es bella y su siguiente proyecto delante y detrás de las cámaras fue una nueva y ambiciosa adaptación de Pinocho con actores de carne y hueso, la segunda producida en el país natal de la novela luego de la versión de 1972, dirigida por Luigi Comencini en formato de miniserie televisiva. La película fue un estrepitoso fracaso de crítica y público excepto en Italia, donde la popular figura de Benigni, en el rol del famoso muñeco, logró recaudar en las salas de cine la mitad del presupuesto del film, de unos 40 millones de dólares. Más allá de las pretensiones de ser lo más fiel posible al texto original –algo relativo, ya que hay varios elementos de la versión Disney reestructurados para la ocasión–, la idea de ver al cómico, de unos cincuenta años al momento del rodaje, interpretando a un niño de madera es una fuente contundente de expulsión para el espectador. Plataforma ideal para el estallido más expansivo de morisquetas y movimientos espásticos, nuevamente apoyado por su esposa, la actriz Nicoletta Braschi, como el Hada Azul, Pinocho de Benigni marca uno de los grandes tropezones y caídas del cine de las últimas dos décadas, y es una de las versiones de la historia de Collodi más citadas pero menos recordadas. Mucho menos revisitadas.

2019

Matteo Garrone

La segunda es la vencida. Benigni insiste pero esta vez no dirige, sólo interpreta un papel más apropiado para su edad, el del carpintero Gepetto. El romano Matteo Garrone, director de las notables El embalsamador, Gomorra y Dogman –película que ya tenía fuertes elementos de cuento de hadas, aunque ciertamente oscuros– encaró la inveterada historia de Pinocho con una sensibilidad “realista” y volviendo a poner de relieve el trasfondo social presente en la novela. No es casual que, por detrás de la mágica historia del burattino qui parla, se asomen las condiciones de vida de las clases obreras de la Italia de mediados del ottocento. ¿De qué trabaja tu padre?, le preguntan en cierto momento al héroe. “De pobre”, es la respuesta de Pinocho. Las decisiones del diseño de arte, escenografía y maquillaje empujan el concepto de mascarada, cercano al estilo del teatro popular italiano conocido como Comedia del Arte, por sobre la proliferación de efectos digitales. El resultado es a la vez conscientemente anacrónico y, aunque suene paradójico, novedoso. Estrenada en Italia unos días antes de la Navidad de 2019, luego de su paso por el Festival de Berlín en febrero del año siguiente la llegada de la pandemia de covid-19 abortó las posibilidades comerciales de un film que pasó injustamente inadvertido y que vale la pena visitar.

2022

Robert Zemeckis

La maldita costumbre de Disney de pergeñar remakes con personas de carne y hueso de sus clásicos estrictamente animados tuvo uno de los puntos más bajos este año con Pinocho, estrenada hace un par de meses en la plataforma de streaming de la compañía, sin pasar por las salas de cine. Pocos rasgos del estilo de Robert Zemeckis, el director de Volver al futuro, Forrest Gump y Náufrago, pueden llegar a apreciarse en esta versión aggiornada que ni siquiera Tom Hanks en el rol de Gepetto puede salvar de la mediocridad. Por cierto, el film es una mezcla de registro real con animación digital, y en más de una ocasión los fondos y movimientos digitales ofrecen un resultado subestándar. Pero lo peor es la falta de sustancia y ritmo, que el guion intenta subsanar con constantes guiños meta-narrativos, referencias a personajes del universo Disney (del Pato Donald al vaquero Woody) y la insistente aparición de secuencias de acción que parecen diseñadas para ocultar esas falencias. El anuncio casi simultáneo, hace unos tres años, de que esta versión vería la luz junto a otra dirigida por Guillermo del Toro generó la sensación de que allí había una competencia de gigantes. Ante una evidencia innegable, los resultados finales de ambos proyectos en términos artísticos, el ganador por goleada está a la vista de todos.