China anunció el domingo su primer muerto de covid-19 desde mayo, un hombre de 87 años en Pekín, donde el aumento de contagios desencadenó progresivamente cierres de establecimientos y de comercios.

El hombre fallecido en la capital presentaba un cuadro de covid benigno, pero la situación empeoró por una infección bacteriana, según la televisión pública CCTV. 

La Comisión Nacional de Salud anunció más de 24.000 nuevos casos positivos locales en 24 horas en el país, la inmensa mayoría asintomáticos.

La gran provincia manufacturera de Cantón, donde se encuentran las metrópolis de Cantón y Shenzhen, es de lejos la más afectada.

Pekín, muy vigilada por el poder y los medios, reportó 621 nuevos casos. Parte de la población está confinada en sus casas y otra fue enviada a centros de cuarentena.

Menos restricciones pero máxima alerta

A diferencia de brotes anteriores, las autoridades parecen querer evitar por ahora la imposición de restricciones generalizadas a una población que muestra una fatiga creciente ante las medidas anticovid.

Grandes centros comerciales de Pekín anunciaron el domingo su cierre. Otros redujeron su horario de apertura o prohibieron el servicio en mesa a sus restaurantes. De hecho, muchos restaurantes ya no pueden acoger clientes en su interior, aunque los envíos a domicilio todavía se permiten.

Numerosos edificios de oficinas del distrito de Chaoyang, sede de negocios y embajadas, pidieron a las empresas pasar al teletrabajo. Una situación similar se vive en el área educativa, donde muchos establecimientos han dado a sus alumnos instrucciones de pasar "a la educación a distancia".

Parques, recintos deportivos y gimnasios también cerraron.

Las autoridades pidieron evitar desplazamientos "no imperativos" entre los distintos distritos de Pekín para contener la propagación del virus.

China anunció el 11 de noviembre una relajación de su estrategia de cero covid con medidas como la reducción de las cuarentenas, especialmente para los viajeros llegados del extranjero.

Pero el retorno a la normalidad se antoja lejano con confinamientos, cuarentenas y cribados todavía aplicándose a gran escala.