Un efectivo policial fue aprehendido en la ciudad de Recreo, ubicada en el departamento catamarqueño de La Paz, por asestarle golpes de puño a su ex suegra, quien intentaba impedir que el hombre se aproxime al domicilio de su hija. El cabo primero cuenta con una restricción judicial que le prohibe acercarse a su ex pareja y a sus hijas, medida que fue impuesta luego de reiteradas denuncias por violencia de género.

Fuentes policiales informaron que el policía de 39 años, cuya identidad se reservará para proteger a las sobrevivientes, había sido denunciado por distintos delitos en contexto de violencia de género por parte de su ex esposa, motivo por el que desde la Fiscalía de Sexta Circunscripción Judicial con asiento en Recreo, se impuso la perimetral, pero el lunes último fue visto por la madre de su ex cuando se dirigía al domicilio de esta caminando. La mujer, al tanto de la situación y con la intención de evitar otro episodio de violencia en contra de su hija, se interpuso en su camino y lo increpó para que desista.

El policía, lejos de abandonar su cometido, agredió a la mujer con golpes de puño, causándole heridas de distinta consideración, y esta, de inmediato, se dirigió a la comisaría local para radicar la denuncia penal en contra del sujeto.

Tras ser recibida la exposición judicial, la fiscal ordenó el arresto y detención del acusado de violencia de género, lo que concretaron en su domicilio, minutos después, los propios colegas del agresor.

De acuerdo a las fuentes, en esta oportunidad, el sujeto fue imputado por los delitos de “lesiones” y “desobediencia judicial”.

Antecedente de femicidio

Lamentablemente, esta no es la primera vez que la violencia machista se pone de manifiesto en manos de un efectivo policial, ya que en febrero de este año, el sargento de policía Diego Ortega (43), atacó a balazos a su ex pareja Cinthia Aranda (36) y a la hija de esta, Ariana Aranda (21) en la localidad de Saujil del departamento Pomán. Utilizando su arma reglamentaria, el sujeto causó graves heridas en ambas, aunque Cinthia se llevó la peor parte y falleció días después.

En el caso de Ortega, este también había sido denunciado por hechos de violencia, pero no se cumplió con el protocolo previsto en las fuerzas policiales para este tipo de casos y no le quitaron el arma reglamentaria, la que utilizó para asesinar a su ex pareja.

El caso tomó relevancia nacional luego de hacerse viral un video en el que el policía imputado fue registrado tomando mate en el patio de la comisaría, ya que sus mismos colegas, al detenerlo, en vez de privarlo de la libertad en las instalaciones de la sede policial, y mientras su ex pareja se debatía entre la vida y la muerte internada en un hospital, le permitieron pasar un ameno momento entre sus pares.

Es importante mencionar que el protocolo provincial vigente en la provincia, establece que en los casos en que efectivos policiales sean objeto de denuncias por violencia, se les debe quitar el arma reglamentaria a modo de prevención. En el caso de Ortega, quien hacía pocos meses se había separado de Cinthia, no solo tenía denuncias por hostigamiento hacia ella, sino por incumplimientos en su trabajo.