“No está dentro de los planes de la compañía la sustitución de producción nacional por importaciones”, aseguró ayer la firma PepsiCo a través de un comunicado que emitió tras el represivo desalojo de su planta de Florida. Los datos oficiales de comercio exterior contradicen las promesas de la multinacional. En el primer semestre del año los kilos importados de papas fritas y snacks escalaron 57 por ciento en relación al mismo período de 2016 y el salto asciende hasta el 80 por ciento cuando se lo compara con 2015. Un incremento en las cantidades de snacks ingresadas al país en un contexto de contracción del consumo interno y cierre de fábricas indica que los productos locales están siendo desplazados por bienes extranjeros. La dinámica observada en el mercado de snacks se extiende a otros sectores productores de bienes de consumo afectados por el proceso de apertura comercial que, contra las promesas oficiales, ni siquiera está acompañado por una reducción de los precios internos. 

La empresa PepsiCo concentra sus compras de snacks en Chile. Los datos oficiales de comercio exterior muestran que entre enero y junio las cantidades importadas de esos productos desde el país vecino subieron 30 por ciento en relación al mismo período de 2016 y acumulan un salto de 232 por ciento en relación al primer semestre de 2015. La firma no es la única que importa esos productos. Otras empresas como la alimentaria estadounidense Kellogg y la cadena de supermercados de capitales españoles Día también compran papas fritas del exterior. Kellogg importa las Pringles desde Estados Unidos y Día aprovechó la apertura importadora para traer snacks desde Canadá. 

Cuando sorprendió a sus trabajadores con un cartel en la puerta anunciando el cierre de una de sus plantas, PepsiCo indicó que su intención era mudar toda la producción a Mar del Plata. En esas instalaciones se hacen snacks,  galletitas y variedades de la marca Toddy. Sin embargo, los trabajadores advierten que las instalaciones en la ciudad costera no cuentan con capacidad productiva suficiente para satisfacer la totalidad del mercado. Durante el fin de semana los asalariados despedidos difundieron fotos tomadas en kioscos de Córdoba donde se vendían paquetes de papas fritas de las marcas Lays y Doritos con la leyenda: “Industria Chilena”. 

El exponencial crecimiento en el ingreso de papas fritas y snacks desde Chile se suma a otras inéditas importaciones que llegaron desde el país vecino a lo largo de los últimos dieciocho meses. En julio del año pasado llegaron al país 121 kilos de dulce de leche producidos en territorio chileno. Los datos analizados mes a mes por la Consultora Radar revelaron en noviembre pasado un salto en las importaciones de vino a granel desde el país vecino. La escalada ascendió hasta el 940 por ciento debido a que se importaron más de un millón de litros chilenos.