La enojaba mucho que le mintieran y la trataran de estúpida, que se hicieran los picantes con ella. El engaño y la mentira era lo peor que le podías hacer”, aseguró Alejandra Bonafini, única hija con vida de Hebe de Bonafini, sobre su madre.

En diálogo con AM750 en el marco del homenaje a la histórica referente de DD.HH. en Plaza de Mayo, Alejandra también reveló el gusto de su madre por la música: "Estaba todo el tiempo escuchando, me pedía que le grabara CDs. Yo trataba de hacerlo prolijo, un disco de Sandro, uno de música clásica, otro de La Delio Valdez”.

"Ella me decía 'mezclame, mezclame'. Pasaba de Vivaldi a Sandro, de Sandro a Daniela Herrero, de ahí a un tango y de ahí a Teresa Parodi. ‘A mí me gusta así’, me decía”, agregó.

Además, contó que su madre era “muy calurosa y le encantaba meterse a la pileta”: “Yo volvía del trabajo y me tiraba un rato a mirar la tele en la habitación. Ella pasaba por la puerta de la pieza con la malla, la toalla, el libro, los anteojos, el celular y se iba para la pileta. Al rato escuchaba 'plaf'. Se tiraba al agua como una nena. A los cinco minutos aparecía mojada y me decía : '¿Y? ¿Cuándo venís a la pileta?'", detalló, entre risas.

Consultada por la noche de febrero de 1977 en que fue secuestrado su hermano Jorge, Alejandra, que en ese momento tenía solo 10 años, recordó: “A mí no me lo contaron, yo lo viví. Estábamos en la casa con mi vieja y me dijo que me pusiera ropa cómoda y llevara ropa en un bolso. Salimos a dar vueltas en el auto y lo encontramos a Raúl (el otro hijo varón de Hebe, desaparecido unos meses más tarde). Ahí nos contó que lo habían levantado a Jorge. Yo sabía porque hablaba mucho con Raúl. Era muy chiquita y estaba al tanto de todo, de su militancia, y él me decía lo que podía pasar”.