En plena costanera de Vicente López, al sur de Laprida y el Paseo Costero, hay un humedal. El arroyo Raggio marca el límite entre la CABA y el municipio bonaerense, y es remontado por un pequeño puente de metal, bien mantenido pero cerrado a candado. La gestión macrista al frente del municipio, en sociedad con la gestión macrista porteña, anunció repentinamente y como cosa juzgada que va a reemplazar el puente actual por uno bien grandote, bien de hormigón. Los vecinos, alarmados, se movilizaron para detener la obra. Y lo hicieron en el marco de la explosión de torres y el cheque en blanco a los especuladores inmobiliarios en Vicente López, y el parate de la Legislatura porteña a un proyecto de llenar de torres la costa porteña en Costanera Norte.

Proyecto de puente.

Buenos Aires/12 habló con Flavia Affanni, Presidenta de la Asociación Civil Pro Vicente López y miembro de la Mesa de Gestión ambiental de Vicente López, acerca del conflicto, y de cómo se suma a una relación inestable entre los gobiernos de las provincias y los vecinos.

El Arroyo Raggio es un humedal de agua cristalina, sin afluentes cloacales. Posee una importante abundancia de flora y fauna variada; se pueden encontrar desde juncales, comunidades de talar bonaerense, matorral ribereño y selva en galería hasta numerosas especies de aves, coipos y otros mamíferos, insectos, etc.

"El impacto negativo de la obra sobre el ecosistema del arroyo sería enorme" afirma Flavia. "La colocación de pilotes en el cauce o en las márgenes del agua podría alterar el flujo natural del arroyo, produciendo sedimentación, y posteriormente, colmatación (secamiento) del curso de agua". 

Los camalotes (característica planta de río) podrían engancharse en los pilotes de la construcción y contribuir al proceso de secado del arroyo. Eventualmente, podría producirse el bloqueo de salida del agua e inundación. 

Aunque la obra pudiera haberse manejado con cuidado, los vecinos denuncian que es innecesaria. "No nos oponemos a la conexión peatonal y ciclística entre Buenos Aires y Vicente López, no tendría sentido oponernos a algo así", reflexiona Flavia. "El problema es que ya existe un puente en perfectas condiciones, al final del Paseo Costero, que es pequeño, de metal, y no afecta al humedal, ya que su tamaño impide que se genere una concentración de mucha gente caminando que afecte el cauce del río". 

Sin embargo, los vecinos sostienen que las autoridades lo mantienen cerrado. 

Puente que existe los vecinos fotografiaron el candado que mantiene el puente existente cerrado. 

Este reclamo no es único, sino que se suma a una serie de conflictos que la población que reside cerca del rio conoce muy bien. Las agrupaciones que se reunieron el pasado domingo nacieron por la preocupación urbana ambiental a raíz de la cantidad de proyectos inmobiliarios que buscaban ganarle terreno al río. 

El año pasado, la legislatura porteña rechazó, después de recibir durante dos meses a 2058 expositores, 97,3 por ciento de ellos en contra, el proyecto de privatizar y construir en Costanera Norte un barrio privado con torres que irían de los 18 a los 28,8 metros de altura. La movilización para impedir la aprobación del proyecto fue histórica, y dió lugar a la lucha de Flavia y sus compañeros. 

"Nacimos por la preocupación urbana, pero nos dimos cuenta que había problemas más grandes. Creemos que para lavarle la cara a estos proyectos inmoviliarios, están intentando hacer intervenciones sobre pequeños espacios verdes. Sobre todo acá, en Vicente López, donde también quisieron construir sobre el rio. Hubo un desayuno de trabajo, que se fueron convirtiendo en reuniones sucesivas, hasta que se creó la Mesa de Gestión Ambiental de Vicente López. Pensamos que era algo positivo, que buscaban incluirnos. Pero empezaron a invitar a otras fundaciones, a su favor, para tratar de neutralizarnos", afirma Flavia. 

Así, una mañana de septiembre, se enteraron del proyecto como si ya estuviera decidido. Los citaron de un día para el otro a las 11 de la mañana. "Todos los que militamos en el proyecto trabajamos, claramente no ibamos a poder ir. Querían cumplir diciendo que se habían reunido con nosotros". 

Cuando lograron ir al lugar, acompañados por las autoridades del proyecto, les comentaron sus inquietudes. "No hay hecho un estudio ambiental que dé cuenta del peligro de construir en la zona. Nos dijeron que no hacía falta, que la fauna es "plástica" y se adecúa". 

Desde el primer día, la Mesa de Gestión Ambiental ofreció su negativa para con el proyecto. "Les dijimos una y otra vez que no estábamos de acuerdo. A pesar de eso, hicieron como si nada. Hasta salió en el diario nuestra supuesta aceptación al proyecto, cosa que es mentira. Pasaron por encima nuestro". 

Los vecinos ya le escribieron notas a todos los posibles responsables: Soledad Martínez, Intendenta de Vicente López, a Jorge Macri, actual Ministro de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y a Juan Cabandié, Ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación. Ninguna de sus comunicaciones obtuvo respuesta. 

Mientras tanto, no dejarán de organizar movilizaciones al arroyo, donde puedan acercarse los vecinos y obtener información sobre el tema. "Hicimos una vuelta por el arroyo, fuimos hasta el puente y mostramos que está cerrado. Muchas familias con chicos se acercaron, y pudimos debatir la situación", concluyó Flavia, esperanzada por revertir a tiempo la situación.