El staff del FMI y el equipo economico informaron anoche la aprobación de la tercera revisión del acuerdo. Ahora falta el visto bueno del directorio del organismo para que a mediados de diciembre sean girados a la Argentina cerca de 6000 millones de dólares. Se informó que las metas fiscales de reservas y monetarias al 30 de septiembre se cumplieron todas, a la vez se detalló que está encaminado el cumplimiento de las metas al 30 de diciembre. 

El equipo económico destacó que este cumplimento se da a pesar de los impactos negativos producidos por la guerra de Ucrania, y así quedó de manifiesto en el documento. Informó que se seguirá monitoreando y fortaleciendo con las medidas que sean necesarias el mercado financiero en pesos y se reconocen el fuerte compromiso del ministro Sergio Massa y su equipo "en lograr la estabilidad macroeconómica y los avances realizados desde que asumieron".

El FMI dice que, a pesar de que existen aún riesgos, "se han notado avances significativos desde la llegada del ministro" Massa. Se precisó que ambas partes discutieron durante reuniones virtuales y una semana de negociación en Washington "los distintos aspectos de la focalización y priorización de los programas sociales y de la correcta asignación de los subsidios". Y, en particular, "sobre la consolidación fiscal y la recuperación y acumulación de las reservas, en el contexto de continuar con el proceso de normalización de la economía".

Un equipo del Fondo Monetario Internacional, encabezado por Luis Cubeddu, director adjunto del Departamento del Hemisferio Occidental, y Ashvin Ahuja, jefe de la misión para Argentina, realizó reuniones presenciales y virtuales con las autoridades argentinas para discutir políticas sobre la tercera revisión del acuerdo ampliado en el marco del Servicio Ampliado del Fondo. 

Cubeddu y Ahuja emitieron la siguiente declaración en Washington, al final de esas reuniones:

* La revisión se centró en evaluar el progreso reciente en la implementación del programa y en llegar a entendimientos sobre políticas para fortalecer aún más la estabilidad macroeconómica en el contexto de un contexto más desafiante. Se acordó que los objetivos clave del programa, incluidos los relacionados con el déficit fiscal primario y las reservas internacionales netas, permanecerían sin cambios durante el resto de 2022 y hasta 2023 para continuar anclando la formulación de políticas y la credibilidad. Además, se discutió sobre la necesidad de que las políticas se adapten según sea necesario en caso de que se materialicen riesgos externos e internos.

A pesar de los desafíos, incluso de la guerra en Ucrania, se cumplieron todos los criterios cuantitativos de desempeño hasta fines de septiembre de 2022, incluido el déficit fiscal primario debido a fuertes controles de gastos y acciones para mejorar la focalización de subsidios y asistencia social . Recientemente se llegó a un acuerdo de reestructuración de la deuda con los acreedores del Club de París y se han intensificado los esfuerzos para movilizar financiamiento oficial neto. Las acciones del nuevo equipo económico están comenzando a dar frutos: la inflación se está moderando (aunque desde niveles altos) y la balanza comercial está mejorando, en gran parte debido a una desaceleración saludable en la demanda interna y las importaciones. Además, las autoridades siguen encaminadas para cumplir los objetivos del programa de finales de 2022.

Si bien se han logrado avances, las condiciones macroeconómicas siguen siendo frágiles y la implementación firme del programa será esencial en el futuro. En particular, será fundamental continuar con el proceso de consolidación fiscal que prevé una reducción del déficit fiscal primario del 2,5  por ciento del PIB en 2022 al 1,9 por ciento del PIB en 2023. Esto debe estar respaldado por esfuerzos para seguir movilizando ingresos, fortalecer controles de gastos, y mejorar de manera oportuna la focalización de los subsidios y la asistencia social, al tiempo que proporciona espacio para el gasto social y de infraestructura prioritario.

El marco de la política monetaria y cambiaria debería continuar generando tasas de interés reales positivas y una mejora en la competitividad externa. Estas acciones deberían continuar alentando la demanda de activos en pesos, asegurar una reducción en el financiamiento monetario en línea con las metas del programa y apoyar una reducción gradual de la inflación anual, de alrededor del 95 por ciento para fines de 2022 al 60 por ciento para fines de 2023. Además, mantener una estrategia proactiva de deuda interna sigue siendo esencial para movilizar el financiamiento interno y mejorar el funcionamiento del mercado.

Las políticas macroeconómicas más estrictas también deberían respaldar una mayor mejora en el saldo de la cuenta corriente, lo que, combinado con los esfuerzos en curso para movilizar financiamiento externo, debería fortalecer la cobertura de reservas: las reservas internacionales netas están programadas para aumentar en 9800 millones de dólares para fines de 2023. Si bien se han adoptado medidas cambiarias administrativas temporales a medida que se abordan los desequilibrios, deben minimizarse en el futuro, ya que no reemplazan una política macroeconómica sólida.

En el aspecto estructural, se necesitan esfuerzos continuos para fortalecer la gestión financiera pública, el mercado de deuda pública en pesos, los marcos ALD/CFT y el potencial exportador neto de los sectores estratégicos, particularmente en energía. El próximo acuerdo de intercambio de información internacional con los Estados Unidos podría apoyar la movilización de ingresos y la acumulación de reservas.

El comunicado del FMI concluye agradeciendo a las autoridades argentinas por las discusiones abiertas y constructivas y dando la bienvenida a su compromiso continuo para fortalecer la estabilidad y promover el crecimiento inclusivo y sostenible.