Sebastián Artola es uno de los diez precandidatos que competirá en las primarias del peronismo de Rosario. Reprocha el escenario actual del justicialismo en la ciudad y considera que "es inaceptable que los seis concejales que ingresaron por esto espacio estén en seis bloques unipersonales". El precandidato remarcó que milita "para ver al peronismo gobernar la ciudad".

‑¿Beneficia o perjudica al justicialismo que vaya con diez listas en las PASO de agosto?, preguntó Rosario/12.

‑Creo que lo más importante es la calidad del debate que podemos dar hacia nuestro espacio. Para nosotros es imprescindible avanzar hacia una forma de construcción política superadora a la que venimos llevando adelante hasta ahora. Y esto tiene que ver con una práctica cotidiana ‑más allá de las declaraciones o las fotos‑ donde las energías, la prioridad y nuestra política estén siempre de cara al pueblo y sus necesidades. Al menos, así entendemos nosotros la militancia y la construcción colectiva. Hoy veo el Concejo Municipal y es inaceptable que los seis concejales que ingresaron por nuestro espacio estén en seis bloques unipersonales. Y la realidad es que todos los sectores con los que vamos a competir en estas PASO tienen representación ahí. Pero más allá de los compañeros y compañeras que ocupan esos lugares, el problema tiene que ver con una práctica política y una forma de construcción que debemos superar. De esto depende buena parte de las posibilidades de ser una opción de gobierno hacia futuro, y nosotros estamos militando para ver al peronismo gobernar la ciudad.

‑¿Va a ser difícil ordenar el escenario interno de cara a octubre?

‑Claramente, es el gran desafío que tenemos para posicionarnos como la opción alternativa al Frente Progresista y a Cambiemos, tanto a nivel local como provincial. Pero en buena medida está directamente ligado a lo que te dije antes. El primer paso lo dimos ‑al menos, la mayoría de los sectores‑ al ir a una misma primaria y después quedar juntos en una única lista para las generales de octubre. Pero, insisto, depende de una práctica genuina de unidad que tenemos que empezar a llevar adelante y de superar las mezquindades internas que existen y, lamentablemente, en estos años fueron las que terminaron predominando.

‑¿Cuál es la clave del PJ para reposicionarse en Rosario?

‑Superar el modelo que piensa la política en términos electorales e individuales, y vemos reaparecer o visitar un barrio sólo en tiempos de campaña. Por eso decimos que las PASO del 13 de agosto son la oportunidad histórica de empezar a transitar un nuevo camino en el peronismo y el espacio nacional y popular de Rosario, a partir de un modelo de construcción política de los que estamos siempre, haya o no elecciones, y pensamos la política en términos colectivos y desde la militancia.

‑¿Qué evaluación hace de la gestión socialista?

-Venimos de gestiones locales marcadas por el retiro del Estado de los barrios y por una subordinación a los intereses de la especulación inmobiliaria. Claramente, la ciudad creció en estos años pero de una manera muy desigual. Yo siempre grafico esta situación con los siguientes datos: fuimos la ciudad que más metros cuadrados construyó en Sudamérica y, sin embargo, empeoró la calidad habitacional de nuestra población. Hoy tenemos a más de la mitad de las familias de la ciudad con problemas habitacionales y más asentamientos que hace 15 años. Por si fuera poco, ahora se suma el impacto de las políticas económicas del gobierno nacional, con las importaciones, los tarifazos, la desindustrialización del país en beneficio del sector financiero y el ajuste contra las mayorías. Las consecuencias las vemos todos los días en la ciudad, con el cierre de fábricas y comercios, la pérdida de empleos, el aumento de la cantidad de niños y adultos que van a los comedores, y la dificultad creciente para sostener la mesa familiar. Y frente a esto, no veo desde el municipio una respuesta contundente y una posición firme en defensa del trabajo y la producción. Todo lo contrario, se profundiza el vaciamiento de las políticas sociales y se sancionan en el Concejo excepciones a medida de la especulación inmobiliaria, como el caso del Sheraton.

-A través de la Defensoría del Inquilino, ¿qué descubrió en el mercado inmobiliario?

‑Desde que lanzamos la Defensoría del Inquilino, en octubre del año pasado y hasta mayo de este año, atendimos 1089 consultas. Los primeros cincos problemas tienen que ver con el pésimo estado de los inmuebles, el aumento de los alquileres, el pedido de garantías, el hecho de que los propietarios no se hacen cargo de arreglos que les corresponde y el pedido de devolución por parte de las inmobiliarias en un estado que el inmueble nunca tuvo.