Los comercios reabrieron y los requisitos de testeos masivos frecuentes de coronavirus se aliviaron este lunes en Beijing y otras grandes ciudades de China, que empezó a relajar su estricta política de "covid cero" que le permitió un control del virus pero también significó un daño enorme para la economía y una ola de protestas.
En la capital Beijing, donde muchos negocios están completamente abiertos, ya no se exige una prueba negativa del virus tomada en las últimas 48 horas para abordar el transporte público, al igual que en por lo menos otras 16 ciudades. En la oriental Shanghai, el centro financiero del país que este año soportó un confinamiento de dos meses, los residentes pudieron volver a los espacios abiertos como parques y lugares turísticos sin necesidad de un testeo reciente.
El levantamiento de las restricciones siguió a una serie de protestas ciudadanas iniciadas a fines de noviembre de variados sectores de la sociedad china, desde estudiantes hasta obreros industriales, que se extendieron por grandes ciudades con un radicalismo poco habitual en el gigante asiático.
China informó este lunes 29.724 nuevos contagios locales de covid-19, por debajo de los más de 40 mil que había registrado esta semana, que era el récord desde la detección del primer caso a nivel mundial en la ciudad de Wuhan, en diciembre de 2019.