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Sin escucha no hay posibilidad de intercambio

Del duálogo que confronta al diálogo que teje encuentros

Exponer sin escuchar no es dialogar, es incomunicar. La comunicación necesita voluntad de diálogo que parta de la escucha como una exigencia ética. Saber dialogar exige aprendizajes para abandonar el vicio de confrontar y para desenmarañar los nudos de la intolerancia.