La música de Franco Fontanarrosa sucede de muchas maneras, simultáneas y distintivas. Su manera de articular el sonido del bajo eléctrico, desde un concepto personal, depura cada vez más y lo lleva por caminos siempre sorprendentes. Entre estas novedades, la posibilidad de disfrutar del Solo Set que ofrecerá hoy a las 21 en Paraphernalia (Rioja 1070).

“La verdad que estoy muy contento, es un año en el que finalmente se reactivaron los conciertos y la posibilidad de hacer cosas con público es algo con lo que siempre hay que estar agradecido. Fue un año movido, con un montón de proyectos. Estoy con Los Trenes Matan a los Autos (un personal cruce entre música y performance, a partir de los cuentos de su padre), Paraíso a la Miseria y con ganas de reactivar La Mujer Barbuda. ¡Y ahora voy a tocar un solo set! Estoy sobrepasado, no tengo el tiempo que quisiera para todo, pero igualmente lo festejo y lo prefiero, antes que estar con un montón de tiempo al pedo (risas)”, explica Franco Fontanarrosa a Rosario/12.

-¿Y el trío con músicos suizos, Sound Fountain?

-Eso es quizás lo que más me duele, si bien tenemos programada una gira para el año que viene en Argentina. Lo que pasa es que la pandemia frenó todo y ha sido difícil volver a tener la misma frecuencia, los pasajes de avión se encarecieron muchísimo y la diferencia económica entre Suiza y Argentina se hizo todavía más grande. Hubo muchos factores que complicaron que nos veamos pero por suerte cerramos para el período de octubre una gira, y me voy a ocupar de conseguir las mejores fechas posibles.

-¿Si te pido me digas de qué manera comienza para vos el año próximo?

-Mi idea es tratar de meterle pila a Los Trenes Matan a los Autos, con la esperanza de poder armar una gira por Santa Fe, porque este año se hizo difícil. Por otra parte, me gané un subsidio del INAMU para grabar un disco de Paraíso a la Miseria, sería alrededor de marzo o abril.

-Casi como un contrapunto, aparece la posibilidad de hacer un “solo set” y en un espacio tan íntimo como Paraphernalia, ¿qué te permite este espectáculo, a diferencia de tus otras actividades?

-Justamente, me gusta de Paraphernalia esa cosa íntima, de living, por así decir, en donde uno toca con la gente muy cerca, en una especie de ritual. Voy a tratar de recrear lo que sucede cuando estoy solo en mi pieza, laburando y tocando. Son momentos muy íntimos, y como te lo puede decir cualquier músico y música, es en esas ocasiones donde muchas veces uno toca mejor que nunca pero no te escucha nadie (risas). En parte tiene que ver con esa relajación que permite estar solo y tranquilo. Voy a tratar de recrearlo y de jugar un poco con esa libertad, porque es un momento donde puedo hacer lo que quiero, no tengo que estar pendiente de si hay otra persona que me esté siguiendo, de si entiende para dónde voy, algo que sucede habitualmente cuando tocás con alguien.

-¿Tenés una hoja de ruta para este solo?

-Sí, de hecho hay unos tracks que voy a disparar en algunas partes del concierto, son músicas grabadas casi específicamente para la ocasión, hechas con bajo. Armé con una especie de secuencia de episodios que quiero que sucedan, pero va a haber mucha improvisación en lo que haga, eso seguro. Lo que siempre busco es desarrollar un lenguaje personal, y con el “solo set” lo que quiero es tocar de una manera que no esté tan vinculada con la tradición del bajo sino más con lo que yo hago, para tocar el instrumento de muchas otras formas, que quizás no son las más habituales. La música en general es como un juego que tiene roles, un poco como en el fútbol, en donde cada uno tiene una función que cumplir. A veces, en la música es difícil romper esos esquemas, es todo un desafío.

-Y encontrar un sonido personal.

-Eso es lo que más me interesa, es un trabajo de años de investigación, y en una misma dirección.