El 5 de febrero de 2014 siete dotaciones de bomberos acudieron a la calle Azara 1225, en Barracas. El galpón de la firma Iron Mountain, que guardaba los archivos bancarios de grandes empresas y corporaciones, ardía en llamas. Durante los primeros minutos del operativo se desencadenó un derrumbe que causó la muerte de seis bomberos de la Policía, dos bomberos voluntarios y dos rescatistas. Otros dos bomberos se suicidaron luego de los hechos. Por el predio aún en llamas, familiares de las víctimas recorrieron los escombros buscando explicaciones. La hipótesis de que el fuego se originó accidentalmente fue rápidamente confrontada por los primeros indicios y testimonios de los sobrevivientes.

El documental En cumplimiento del deber, dirigido por Jorge Gaggero, cuenta esta historia y se mete en los laberintos de la firma de alcance global, denunciando que ya había sufrido siniestros en Estados Unidos, Inglaterra, Canadá e Italia, y que en cinco de esos casos fue demostrada su intencionalidad. El film verá este jueves en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, y se estrenará comercialmente el 3 de febrero de 2023 en la Argentina.

En cumplimiento del deber contó con la colaboración del Grupo Octubre y apoyo del Incaa y la Universidad Nacional de Quilmes; en tanto, la narración se hilvana con la voz inconfundible de Cecilia Roth. El documental también señala que 29 empresas investigadas por lavado de dinero guardaban sus archivos bancarios en el depósito siniestrado, entre ellas la misma Iron Mountain. La investigación del film da cuenta que la empresa, beneficiada con una exención impositiva, no contaba con habilitación. En cumplimiento del deber busca responder las preguntas acerca de qué escondían esas cajas de papeles siniestradas, qué responsabilidades tuvieron el poder político y sus relaciones con las empresas involucradas. Acompañando a los familiares de las víctimas en su búsqueda de justicia (muchos de ellos hablan en el film), con pruebas y documentos importantes, el film se mete en una escalofriante trama de intereses y corrupción que permanece impune.

"La idea surgió de los productores y del director. Me interesó mucho, primero porque quería conocer bien a fondo”, cuenta Cecilia Roth en la entrevista con Página/12 sobre su participación en la narración del documental. “Me pasó como con Atlántico Sur, cuando hicimos ese audiovisual para canal Encuentro, con el que entendí y aprendí un montón de lo que sucedía en el Atlántico Sur. Y lo mismo me pasó acá”. Roth tenía “una vaga idea, como la que tenemos todos, de Iron Mountain. Y entendí no solamente a través de los textos sino porque me puse a estudiar qué había pasado ahí. No fue solamente por los textos, porque con lo que estos contaban solamente no iba a poder hilar las situaciones”, agrega una de las actrices preferidas de Pedro Almodóvar.

Para Roth, la historia “no solamente se tiene que conocer sino que se tiene que llegar a un juicio y a una acusación final porque esto sucedió en siete países también. Para quien no sabe -o quien no la recuerda tal vez-, es la historia de un galpón donde se guardaban papeles no digitalizados de situaciones económicas que no estaban cerca de la legalidad. Esto fue en siete países del mundo”. Cuando se quemó Iron Mountain en Argentina “y se descubrió que se había quemado de una manera intencional, no solamente se quemó sino que murieron bomberos que dieron su vida por recuperar esos papeles, que no tenían ni idea de qué eran. Además, bomberos voluntarios”. 

A la actriz le parece “tremendo” que los victimarios no tengan el merecido castigo, y que las familias de las víctimas estén tan desesperadas “porque todo el tiempo el juicio vuelve a comenzar desde el punto A, que es: ¿Fue intencional? No se puede. Y en los otros países del mundo donde sucedió, no hubo víctimas. Entonces, las cosas tal vez pasaron más desapercibidas o se juzgaron de una manera que nosotros desconocemos. Yo desconozco cómo fue en Londres, en Nueva York, pero a mí me interpeló la historia absolutamente, sentí que estaba viviendo en un país en el cual esto es posible, y que es posible que no haya justicia con esto”, completa Roth.

-¿Y qué fue de todo eso lo que te motivó más a aceptar tu participación?

-Fue algo inmediato. Conozco a Renato Miari, a Eduardo Valdés. Conozco de dónde salía la idea y la intención de hacer de esto un hecho conocido, histórico. Por supuesto que las víctimas y sus familiares son lo que emocionalmente más me toca, pero el hecho histórico de que en un país no pase nada si se queman los secretos de grandes empresas, bueno, es el país en el que vivimos. Por supuesto que cuando estuve en el altar de las víctimas en el lugar y cuando conocí a los familiares a los cuales me acerqué mucho fue de una gran emoción. Son seres que están pidiendo por favor saber exactamente qué pasó porque aparentemente cayó una pared y aplastó a los bomberos. Era algo impensable porque no creo que la idea fuera matar gente sino todo lo contrario: pasar lo más desapercibido posible. Pero los familiares necesitan justicia porque hubo muertos. No solamente hubo muertos sino que necesitan justicia y saber qué son esos papeles, qué tenían, cuáles son las empresas que tenían papeles escondidos ahí clandestinamente.

-¿Cómo vivís el hecho de que se va a ver en el Festival de La Habana?

-Lamentablemente ahora tendría que estar en el avión (la actriz tuvo un accidente doméstico). Vamos a ver qué pasa en La Habana. Me parece genial que hayan aceptado la película. De alguna manera, muestra lo que el capitalismo puede llegar a hacer, sin importar víctimas, sin importar nada. Vamos a ver qué pasa en Cuba, porque Cuba está atravesando por una situación muy particular. No quiero dejar de decirlo. Cuba está pasando por una situación particular, en la que jóvenes de generaciones nacidas en Revolución, han sido y están siendo muy reprimidos. Esa es la verdad. Y están pidiendo democracia. O sea: no es la derecha la que está confrontando con el gobierno. Es muy difícil decir esto. Yo sé. No cae bien en determinado tipo de gente. Ideológicamente, es meterse con algo jodido y difícil. Cuba está bloqueada hace muchos años, es una vergüenza lo que se ha hecho con Cuba. Es un país empobrecido por los Estados Unidos y al que no se lo ha dejado crecer. Eso, sin duda. Pero ¿qué está pasando dentro de Cuba? ¿Por qué la represión?

-Volviendo a la película, ¿qué recordabas del día de la tragedia?

-Recordaba estar frente a la tele en ese momento diciendo "No puedo creer esto". Decir "¡¿Qué?!". Se cae incendiado un lugar en el cual desaparece el sereno. Justo en ese momento no está, entran los bomberos voluntarios y los bomberos no vuelven a salir. Lo recuerdo con miedo. Con miedo en el sentido de hasta qué punto somos capaces los seres humanos de hacer locuras para defender mierdas, para cuidar miserias.

-La estructura de la película se sostiene en una pata informativa y en una más emotiva. ¿Un poco ese fue tu desafío?

-Para mí la voz hablada, aunque no se vea el cuerpo, está actuando. La voz actúa. Y es la representación de lo que va pasando. Es más: en una película en la que está tu cuerpo, la voz a veces tiene un valor superior al mismo cuerpo. La voz es el hilito primario. Y para mí fue muy emotivo. La fui llevando con la naturalidad necesaria que me iba pegando la realidad, lo que iba a tener que ir diciendo. Esta tragedia está contada por un ser humano que podía haberla padecido o no, pero que la padece porque la padecen otros. Cuando padece el otro, padecés vos. No hay manera de que no te influya ni te involucre ni te implique. Como la Amia, o como el atentado contra Cristina y los delirios en los cuales hay víctimas posibles, donde la víctima es buscada por otro ser humano. Es decir: ¿qué es la condición humana? ¿Dónde estamos parados? ¿Qué nos pasa? Para mí, este es un mundo totalmente distópico en el cual todo es posible.

-¿Y fue difícil narrar un hecho tan impactante donde se cuenta una historia que involucra muchos temas sensibles, que tienen que ver con lo público, una empresa privada, lo multinacional, el lavado de dinero, la política?

-No, al contrario: me gusta mucho ser transmisora de una situación como esta. Me hace bien, me parece que es un acto de acercamiento a la gente de lo que, por ahí, ni se entera con la profundidad con la que se va enterar con el documental. Fue no ocultar lo que yo sentía, lo que me pasaba. O sea, no es un hecho "objetivo" del tipo "Che, voy a contar el incendio de Iron Mountain". No. Mi propia subjetividad está puesta ahí.

-¿Qué fue lo que no te sorprendió del caso y qué te resultó novedoso al estudiarlo?

-Novedoso, todo el factor humano. ¿Quién convoca a ese sereno para que a esa hora no esté ahí y salve la vida? ¿Y quién no toma en cuenta que pueden entrar bomberos a ese lugar? Pienso en cómo se deja atrás la solidaridad: bomberos voluntarios van a ese lugar por solidaridad con el hecho. Y un señor al que lo compran para que salga a una hora determinada y no esté en el incendio y salva la vida es lo contrario. Y de ninguna manera pensar que hay un grupo de bomberos voluntarios que van a entrar a salvar el lugar. Es jodido desde lo humano: "Che, vamos a salvarlo a este. No solamente salvarlo: vamos a hacerlo cómplice, le vamos a dar una guita y, a partir de tal hora, no le vamos a contar nada, pero va a dejar que suceda esto y se va a ir". ¿Y la otra parte? ¿Los que van a salvar? ¿Los que van a cuidar? ¿Los que van a querer que eso no se incendie?

-¿Crees que es una película que puede molestar?

-Supongo que sí. Supongo que hay nombres propios de empresas a las que seguramente les molestará aparecer. No sé. Creo también que hay un caradurismo impresionante. Si la Justicia todavía no actuó, ¿qué pasa?, ¿cuál es el problema? Sale tu nombre y da igual.

-Y en cuanto al dolor y la impotencia de los familiares, ¿una película como ésta ayuda aunque sea un poquito a sanar esas tremendas heridas?

-Yo creo que sí. Alguien se encuentra con esto, decide que se conozcan los hechos en profundidad. No sé si eso cicatriza las heridas, pero sí es alguien que está contigo y entiende el dolor que tenés y que no vas a perder nunca.

-¿Cómo viviste la proyección en el lugar de los hechos en febrero de este año?

-Eso fue increíble. Habían puesto 200 sillas y creo que fue todo Barracas. Había como 3000 personas. Terminé sentada en el cordón de la vereda porque no había otro lugar.

-Hablaste de la Justicia en torno a este hecho. Es imposible no preguntarte cómo vivís el presente del país.

-Ay, ay, ay. Qué pregunta tan dolorosa. Eso: me produce un enorme dolor. Es triste y doloroso, pero es como un país que no está fundado. Es un país que vive como si no fuera una nación entera. Cada uno está tratando de salvarse y de salvar su pobre pensamiento. Además, ahora se ve con mayor descaro. ¿Qué va a pasar del martes (por anteayer) para adelante? No lo sé.

-¿Cómo reflexionás en torno al atentado contra la vicepresidenta y el rol de la Justicia?

-No tengo la menor duda de que este atentado no fue obra de un grupo de loquitos. Y quiero que la Justicia vaya a fondo, como tiene que ir a fondo en todo. ¡En todo! Pero, ¿cómo se hace que la Justicia vaya a fondo si los jueces no quieren ir a fondo? ¿Cómo se hace? No lo sé. No sé cuál es la manera. Porque nosotros como pueblo y como ciudadanos, ¿cómo protestamos? ¿Cómo se protesta? ¿Qué se hace? Yo no creo en la violencia. Estoy absolutamente en contra de la violencia. No quiero que aquí haya actos violentos. ¡No quiero! No quiero que haya actos violentos en la Argentina, porque creo que eso sería muy terrible.

El lavado de dinero mata gente

"Esta película permite entender que el lavado de dinero en el mundo, en circunstancias, mata gente", dice Renato Miari, uno de los productores de En cumplimiento del deber. "Los bomberos salieron a luchar y a sacar esos papeles en el depósito porque se pensaba que había gente que, de una forma macabra, lo que estaba tratando era de sacar papeles que estaban catalogados como papeles de lavado de dinero de empresas y bancos. Ese es para mí el leitmotiv de la película. Miri dice que en los documentales "hay un armazón de guión pero a medida que lo vas produciendo, el material te va imponiendo otro ritmo". Y, de acuerdo al productor, el ritmo lo impusieron los familiares de las víctimas que tienen una visión política, porque esta gente tiene un valor explicativo, afectivo, emocional muy fuerte, que es lo que le da valor a la película", asegura Miari. En cumplimiento del deber no compite por Premios Coral sino por lo que en el festival se conoce como "premios colaterales". Este jueves 8 de diciembre a las 5:30 p.m. en el cine 23 y 12, de La Habana, Miari presentará la película junto a su director, Jorge Gaggero.

"Las fiestas"

 

El 5 de enero de 2023 se estrenará Las fiestas, de Ignacio Rogers, protagonizada por Cecilia Roth, Dolores Fonzi, Daniel Hendler y Ezequiel Díaz. "Adoro la película. Somos muy amigos todos. Hemos hecho un trabajo en el cual la idea de la familia estaba, de alguna manera, ya armada. Es muy difícil empezar de cero con personajes que no conocés y armar una familia"·, comenta Cecilia Roth, mientras afirma que casi todos tienen un vínculo desde hace muchos años". "Ensayamos un montón, estoy muy contenta con la película y espero que le pase lo mismo a la gente", anhela la actriz. Roth dice que Las fiestas es una comedia dramática independiente en la cual "se verán esos vínculos que hay en las familias que son delirantes absolutamente porque cuando contás la verdad de los vínculos familiares hay que tener un par de cojones y ovarios: amás, odiás, querés, querés asesinar, querés mimar. Todo te pasa con un hermano, con un padre, con una madre, una hija, un hijo", asegura Roth. Le encanta una frase del gran psicoanalista inglés Donald Winnicott: La mejor madre es aquella que quiere tirar a su hijo por la ventana y no lo hace. "Tenés ganas de tirarlo por la ventana, pero no lo vas a hacer porque lo amás", asegura Roth. Su personaje es una mujer bastante excéntrica, "que ha hecho de su vida lo que ha querido siempre y que, de alguna manera, el reproche de los hijos es ese", concluye Roth.