La jueza Ana María Figueroa presidirá el año que viene la Cámara Federal de Casación, el máximo tribunal penal del país. Figueroa, que es una de las juezas que denunció la presión de la mesa judicial del macrismo, reemplazará al frente del cuerpo a Alejandro Slokar, quien se reintegrará a la Sala II –que debe resolver si reabre la causa sobre el espionaje a las familias del ARA San Juan que tiene como principal protagonista a Mauricio Macri–.

Los jueces de Casación se vieron las caras este martes para elegir las autoridades de la Cámara para el año próximo. Si bien en Casación el clima suele ser tenso, este plenario tuvo un componente especial: el corrillo en los tribunales de Comodoro Py se centra en los chats de los jueces que viajaron a Lago Escondido con un exagente de inteligencia, el jefe de los fiscales de la Ciudad, el ministro de Justicia y Seguridad porteño y dos altos ejecutivos del principal grupo de medios del país. En el primer piso de los tribunales de Retiro estaba uno de los integrantes de los grupos de Telegram, Carlos “Coco” Mahiques, a quienes sus colegas describieron como “golpeado” por la situación.

Slokar había convocado al acuerdo como presidente de la Casación. No fue él quien rompió el hielo, sino que lo dejó en manos del vicepresidente primero del tribunal, Mariano Borinsky, que venía como número puesto para presidir la Cámara pero también con un saco pesado: el año pasado se conocieron sus ingresos a Olivos y a la Casa Rosada para visitar a Macri y en los próximos meses tendrá que revisar la condena a Cristina Fernández de Kirchner en la causa Vialidad, donde es previsible que lo recusen.

Borinsky intercambió unas miradas con Figueroa y dijo que él estaba de acuerdo si la jueza deseaba presidir la Casación. Ángela Ledesma planteó que hay únicamente dos juezas mujeres en el tribunal y que debe haber alternancia de género. Slokar se pronunció en sintonía. Guillermo Yacobucci, que integra la Sala II, propuso a Daniel Petrone para presidir la Casación, pero no tuvo quórum.

En Casación resaltaban el dato de que Juan Carlos Gemignani había estado de acuerdo con la designación de Figueroa, pero que no llegó a firmar la acordada porque debió irse al médico. La relación entre Gemignani y las dos juezas es, al menos, tirante. Figueroa se enfrentó a él por la detención de una secretaria de la Cámara y también por los chats misóginos que les dedicó el 8 de marzo del año pasado. Ante el Consejo de la Magistratura, Figueroa también contó que, en medio de una discusión, el juez salió dando un portazo que hizo que volaran las bisagras.

Como vicepresidentes estarán Borinsky y Petrone, que seguirán integrando sus salas. Figueroa tiene una larga trayectoria en causas de derechos humanos y es parte el tribunal desde 2011. En 2020, denunció que había recibido la visita de Juan Bautista Mahiques, por entonces enlace de Macri con el Poder Judicial, para interesarse por la rápida resolución de la causa del Memorándum. En la investigación sobre la mesa judicial, la jueza declaró que sufrió presiones no solo de los funcionarios del macrismo sino también de los medios afines. Por esa declaración, tanto Macri como el exdirector general de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) Gustavo Arribas siempre procuran correrla de los expedientes en los que están involucrados.

Daniel Petrone, Ana Figueroa y Mariano Borinsky después del plenario.


Las salas

El principal eje de tensión fue qué pasaba en la Sala II con la vuelta de Slokar. El presidente del tribunal les hizo saber a sus colegas que no pensaba ir a la Sala I porque su decreto de designación dice con claridad que él fue nombrado para la Sala II. Mahiques refunfuñó pero terminó aceptando la invitación de Petrone para sumarse a la Sala I.

La Sala I es la que debe decidir si reabre las causas Hotesur-Los Sauces y Memorándum de Entendimiento con Irán, pero Mahiques no tendría posibilidad de participar de esa decisión aún si se demora hasta el año próximo porque ya se celebraron las audiencias para analizar los planteos de las partes, por lo que ya quedó firme la integración con Figueroa, Petrone y Diego Barroetaveña. Uno de los puntos que generó dudas entre los casadores fue que Mahiques compartirá sala con Barroetaveña, que integra el Consejo de la Magistratura, donde deberán analizarse las denuncias por su viaje a Lago Escondido.

La Sala IV, que tendrá que analizar la sentencia en la causa Vialidad, permanecerá como hasta ahora: con Borinsky, Gustavo Hornos y Javier Carbajo. Borinsky también cubrirá la vacante que hay en la Sala III desde que se fue Liliana Catucci y acompañará en ese tribunal a Gemignani y Eduardo Riggi.

Más allá de las causas, la gran definición que se espera para Casación es qué pasará con Figueroa y Riggi, que cumplirán 75 años en 2023. La intención de ambos, según fuentes del tribunal, es permanecer pero para eso el presidente Alberto Fernández deberá mandar la propuesta al Senado para darles el aval.

Una paz armada, así podría describirse el tono del encuentro en el primer piso en Comodoro Py. Aunque no faltó distensión cuando el secretario general de la Cámara, Juan Montesano, repartió unos obsequios entre los camaristas: unos tacos de papel ecológico y unas banderas argentinas. No fue por la víspera del partido de la Selección nacional –que acrecentaba la tensión en la sala–, sino porque el próximo 22 de diciembre la Casación celebrará sus primeros 30 años.