El Centro Cultural Caras y Caretas es el sitio elegido para que el Quinteto Negro La Boca, notable agrupación del tango independiente del milenio actual, cierre el año a todo trapo. La cita en Venezuela 330 está prevista para este sábado 17 de diciembre a las 20, y el propósito del Quinteto xeneize capitaneado por Pablo Bernaba hace casi quince años es repasar piezas de sus cinco discos, y adelantar temas del sexto por venir. “Pensamos recorrer nuestros tangos urbanos y nuestros tangos anarquistas”, prevé el cantante, compositor y bandoneonista. Entre ellos impera “Oda a las huelgas patagónicas”, single que vio la luz hace una semana, cuyas reminiscencias a la era dorada que atravesó el grupo junto a Osvaldo Bayer están fuera de toda duda. “Es un tema propio que por supuesto liga con 'Severino', 'Chau Falcón, gracias Simón' o 'Las Putas de San Julián', entre otros tangos libertarios que hicimos con Osvaldo. Creo que estos temas ya se han convertido en clásicos del tango del siglo XXI, y sobre todo un buen ejemplo del vínculo entre el género con lo político y la historia”, se extiende el músico.

--Hacen “Tangos Libertarios”. ¿Qué se te pasa por la cabeza al ver que la ultraderecha se apropia de esa palabra?

--Es algo que comento siempre en vivo. Al principio me daba mucha bronca, no solamente que la digan ellos sino que los medios se le regalen, casi sin cuestionamiento. Y que califiquen así a este tipo de personajes y a sus seguidores, que poco tienen que ver con los verdaderos libertarios. Si Osvaldo y otros anarquistas vieran esto, lo repudiarían fuertemente.

El aguerrido QNLB dirigido por Bernaba llega al Caras y Caretas tras un año intensivo, que dedicó a presentar por varios lares el Concierto por los 100 años de las Huelgas Patagónicas, con una parada clave en el Centro Cultural Kirchner. “Fue lo mejor que nos pasó en este año difícil”, resalta el músico. “Además, empezamos a grabar gran parte del material que formará parte de nuestro próximo disco, e incluso sacamos dos cortes de adelanto: "Ai Ferri Corti" y la oda a la huelgas patagónicas, en el aniversario.

--¿Les quedó algo en el debe en el balance de este año?

--Quizás haber viajado más… tuvimos un viaje que se nos cayó, y otros que quedaron pendientes. Por lo pronto, la idea es terminar de grabar el sexto disco, sacarlo en el marco de nuestro aniversario, y presentarlo. Esto es lo primero y después, bueno, tratar de seguir creciendo y consolidando el proyecto en general. Y esto incluye viajar.

La formación que presentará el quinteto la noche del sábado alinea a Brisa Videla en voz, Oscar Pittana en contrabajo; Guillermo Borghi al piano; Gastón Ruiz, en guitarra y Maylen Otero en voz, además de Bernaba en su triple rol de bandoneonista, director y cantante. “Es cierto que fueron cambiando algunos integrantes a lo largo de esta década y media, pero esto, lejos de estancar, a veces motoriza, porque aporta nuevas dinámicas”, señala.

--¿Es esta parte de la fórmula que los mantiene como grupo desde 2008?

--No creo que haya una fórmula, no es fácil, pero tampoco se piensa en eso. Más bien, se va produciendo año a año y proyectando producciones, shows. En estos más de 14 años sacamos 5 discos; grabamos 2 shows en vivo; apoyamos junto a distintos actores sociales distintos festivales independientes; hicimos ciclos, videos, giras, y hasta en algún momento impulsamos una escuela de tango. El QNLB es un proyecto ya consolidado en el tiempo con un fuerte arraigo en el barrio La Boca, al que se conoce además por sus cruces con distintos géneros, y un linkeo siempre a lo estético-político… ha pasado mucha agua bajo el puente desde que nacimos.

--El largo viaje que mencionás incluye también tu pasaje como solista, disco incluido. ¿Cómo te ha ido en este rol?

--Y… me animé finalmente. Fue algo que empecé a proyectar en plena pandemia, y me fui largando con los shows a medida que se fue abriendo todo en el 2021. Hace poquito saqué mi primer disco solista, Vozaneón, y lo presenté en el CAFF aunque, claro, como proyecto paralelo a QNLB.

--¿Qué matices lo diferencian, más allá de lo lógico que conlleva un encare solista?

--Matices intimistas, minimalistas, porque canto y toco el bandoneón al mismo tiempo, algo que no es muy habitual en esta parte del mundo. Gravita mucho el repertorio compuesto por mayoría de clásicos del tango, pero interpretado con un estilo bastante blusero y rockero, sobre todo desde la voz. 

--Otro brazo que te tiene como protagonista es el ya instalado Festival de Tango de La Boca. ¿Cómo sigue?

--Con la de este año, ya pasamos las trece ediciones, y ya es el festival barrial con más historia en este siglo 21. Es un encuentro pionero, porque abrió el camino para que luego del 2010 se fueran sumando distintos barrios a la propuesta. Por supuesto que tiene un proceso muy parecido al del Quinteto, sobre todo porque cuenta con una base clara de autogestión y gratuidad para que todos los que quieran tengan acceso. Esto se logra gracias a todes les artistas que quieren participar, claro.

--¿Qué otros festivales del palo se le parecen?

--Varios. Creo que los festivales de tango independiente fueron la gran forma de aglutinamiento de las producciones del género en el siglo 21. Hoy por hoy, destacaría el FACAFF (Familia de artistas del Club atlético Fernández Fierro), porque mantiene la autogestión y ocupa un poco el lugar que tuvo en su momento el Festival de Tango Independiente, que se realizó entre el 2010 y el 2015, llevado adelante por la Unión de Orquestas Típicas. Este también abrió muchos caminos.

--¿Avanza siempre el movimiento de tango independiente, o a veces se estanca?

 

--Sigue creciendo mucho en algunos aspectos, y creo yo, está estancado en otros. Hay muchísimas producciones, una gran cantidad de grupos y solistas con propuestas muy diversas, muchísima producción heterogénea casi imposible de censar, basada en un gran aporte del movimiento transfeminista. Pero por otro lado, lamentablemente no se ha podido aún generar un público para toda esa producción. Esto es algo que comento mucho con los colegas: en términos económicos hay mucha oferta y poca demanda, algo por cierto bastante difícil de revertir.