Desahuciado por el G-20, el mandatario de facto Michel Temer se prepara para el único organismo que le sonríe: la Cumbre de Presidentes del Mercosur. Llegará el viernes 21 por la mañana a Mendoza y volverá a Brasil convertido en presidente pro tempore de un organismo que mantiene suspendida a Venezuela y donde solo Uruguay no está gobernado por conservadores.

Un día antes, el 20, comenzará también en Mendoza la Cumbre de los Pueblos, una reunión de dirigentes sociales y políticos que se propone discutir la situación sudamericana y los nuevos paradigmas de integración. 

Si todo sale como está diagramado hoy, la rareza de Mendoza se llamará Evo Morales, presidente de un Estado asociado al Mercosur. Hará una maratón. El jueves 20 el presidente boliviano estará presente en el Foro de San Pablo, que este año se reúne en Nicaragua. De allí volará a Mendoza, donde antes de entrar a la reunión de los presidentes pasará por la Cumbre de los Pueblos, recogerá el documento y lo llevará al encuentro de los presidentes. 

Lo habitual desde 2006 es que una cumbre social acompañe cada reunión de presidentes. Sucede incluso en las cumbres de las Américas, en ese caso como una forma de presentar iniciativas de la sociedad civil. Pero este año la Cancillería evaluó que no estaban dadas las condiciones para la cumbre social y la Cumbre de los Pueblos quedó como una actividad en paralelo. La presidirá el miembro del Parlasur por el Frente para la Victoria Oscar Laborde, que en tiempos de Néstor y Cristina Fernández de Kirchner organizaba las cumbres sociales desde la Cancillería. Entre otros viajará a Mendoza el parlamentario regional y ex embajador en el Vaticano Eduardo Valdés. 

“Hay cuatro ejes de discusión propuestos”, dijo Laborde a PáginaI12. “El primero es la construcción de la soberanía regional en el contexto global, el segundo es la nueva institucionalidad que permita enfrentar el neoliberalismo en Sudamérica, el tercero es una inserción regional contra el libre comercio y en el cuarto queremos discutir el tipo de organización de los movimientos sociales.”

El borrador del tercer punto dice: “El Mercosur y los gobiernos que lo conforman han reorientado la integración hacia una forma dependencia, funcional al capital transnacional y contraria a toda posibilidad de desarrollo autónomo e inclusivo para nuestros países”. Y agrega: “Buscar hacer irreversible este camino a partir de la firma de acuerdos de libre comercio, particularmente el acuerdo en la negociación con la Unión Europea”. 

La marca conservadora más fuerte es la de Brasil porque Temer llegará a la Argentina con dos hechos ya consumados. Uno es la sanción parlamentaria de la reforma laboral que licúa la negociación colectiva, disminuye el poder de los sindicatos y reduce la importancia de la Justicia del trabajo. El ideal de Mauricio Macri convertido en realidad. Otro es el castigo penal a Luiz Inácio Lula da Silva, sentenciado por el juez Sergio Moro a más de nueve años de prisión en un fallo que según el defensor de Lula, Cristiano Zanin Martins, no reunió pruebas suficientes y desechó elementos aportados por el ex presidente acusado.

La Cumbre de los Pueblos se realizará en la Facultad de Arte y Diseño de la Universidad Nacional de Cuyo con la participación delegados de la Argentina, Brasil, Bolivia, Paraguay, Chile y Uruguay. 

La sede de los presidentes será el Hotel Intercontinental. La cumbre de jefes de Estado estará precedida por mesas de discusión sobre la integración entre el Mercosur y la Alianza del Pacífico y por intercambios entre ministros de Economía, ministros de Industria o equivalentes y presidentes de los bancos centrales de los países miembros. 

Uno de los puntos será la evaluación de la marcha de las tratativas para el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea. Hasta ahora el mayor obstáculo es Francia, donde la población agrícola no supera el 3 por ciento pero pesa en el humor político nacional como si fuera mayoritaria.

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