Si diciembre es normalmente atípico, este diciembre va a ser simplemente inolvidable. Las dos noches de CA7RIEL & Paco Amoroso en el estacionamiento de Obras aportaron un ingrediente más a esta ensalada de calor, frío, fervor mundialista, feriados, papás noeles, upgrades de convocatoria y desfiles de iconografía nacional. Y, en el caso del viernes, también lluvia.

"¡Fuerte el aplauso para el Chiqui Tapia!". El grito de CA7RIEL se permitía expresar mucho del espíritu de un dúo que vuelve a buscar en el acervo popular más random un combustible para la creación. Una señora agitaba desde su balcón, pero se veía chiquita entre las torres de Libertador que, salpicadas por la lluvia, asomaban como gigantes. A los costados del escenario, dos grúas sostenían pantallas led y luces.

Con la gráfica a tono con el modo ciberpunk que se propuso al inicio, la dupla demostró que la sinergia todavía estaba ahí, tras reencontrarse en marzo de este año después del hiato de la pandemia y sus discos solistas: SAETA de Paco, EL DISKO de CA7RIEL. Esa música degenerada que puede transitar entre el funk, el disco, el rap, el tecno, el trap y el rock, con una lógica de trash cultural -también thrash, por qué no-, encajaba perfectamente con el aura de este diciembre loco.

Foto: Alejandra Morasano

Y la noche del viernes empezó con Paga Dios, el single que marcó la vuelta en este 2022, cuyo videoclip está coprotagonizado por Adriana Aguirre. Funk y disco dominaron un primer tramo lleno de producciones hechas a dúo: la novedosa En el after convivió con la ya clásica Mi sombra.

Esa conexión con degeneración artística evidentemente acompaña a estos hombres de 28 años desde que eran chiquitos y tomaban chocolatada juntos. Una inspiración que recoge de las canaletas del funk y el disco con reminiscencias de los '70, más elementos del cine y las redes, pero también de la TV, alimentada además por cierta tradición satírica argentina. De ese gran bolsón de cosas, la dupla saca un resultado coherente, no sólo en la generalidad del repertorio, sino en el propio set de Obras. Hay una masa que todo lo unifica, pero nada suena igual a lo anterior.

Por eso, cuando el set avanza y se deben tomar materiales solistas, el show no siente la diferencia. De SAETA pueden sonar Viuda negra o Chinga sport (con una simpática animación de Messi bailando en pantalla); de EL DISKO, POLVO y KEYHOLE. Lo random siempre tuvo sentido ahí también.

Las letras se hacen fuertes al no buscar trascendencia, y las composiciones se mueven por diferentes capas. La banda está enchufadísima: son Tomás Sainz en batería, Felipe Brandy en bajo, Javier Burin en el sinte nord, Anita B Queen en samples, y Nikel en pistas y tune. Ya no son el soporte sobrio de los dos cantantes, ahora disfrutan también de ser parte del circo. Prácticamente se prescinde de la guitarra, excepto cuando CA7RIEL se pone una peluca de largas mechas negras para puntear sobre la session de Paco con Bizarrap.

Foto: Alejandra Morasano

Los invitados sumaron desde la misma clave sonora y estética. Chita le puso soul a No fue y Wos fue a lo mundialista al entrar con la copa para Niño gordo flaco, la canción que forma parte de su segundo álbum y que comparte con CA7RIEL, su ex guitarrista. Y la versión del ahora hit popular Muchachos en modo tanguero que devino en jazzero, le puso un toque particular a lo especial del momento.

El set fue ascendiendo hacia las variantes más tecno-traperas-fiesteras, eso implicó la aparición de una avalancha de lo que, pese a la corta distancia en años, hoy se podrían denominar clásicos: McFly, Todo el día, Jala Jala, u Ola mina XD. La serie se tradujo en los cuerpos danzantes que chapoteaban sobre el agua de lluvia, y al cabo de poco menos de hora y media, un CA7RIEL en modo tecno-flamenco se llevaba a todo el equipo haciendo un trencito con la base de El mal.

¿Fue algo corto? Sí ¿Los accesos fueron lentos? También. Pero en ese paréntesis, CA7RIEL & Paco Amoroso crearon otro gran momento para un diciembre especial. Fue ante unas 20 mil personas entre jueves y viernes, y reafirmaron que el ascenso numérico de estos artistas está siendo acompañado por su propuesta. Como Duki en sus cuatro Vélez. Como Trueno en sus tres Luna Park. Salud.