Pedro Biscay, director del Banco Central designado en agosto de 2014 con aprobación del Senado y mandato hasta 2019, se presentó ayer ante una comisión bicameral especial que tiene a consideración el pedido de su remoción. Un secretario administrativo, por orden de las autoridades del Senado, le impidió el ingreso a los dos abogados que lo acompañaban y obligó a Biscay a ingresar solo. Según Eduardo Barcesat, uno de los letrados que lo asisten, a Biscay no se le permitió acceder al expediente, y sólo tuvo noticias de los motivos que se le imputan a través de la lectura parcial que escuchó de notas de su autoría publicadas en Ambito Financiero. “Parece que no supieran que no se puede remover a un director por publicar su opinión”, manifestó el letrado, que calificó a este irregular procedimiento como “un derrumbe institucional, paralelo al económico”. En círculos cercanos al gobierno sostienen que “el malestar” con Biscay se origina en sus expresiones públicas “anticipando una crisis, lo cual atenta contra la estabilidad financiera”. Ello habría justificado que, desde la Casa Rosada, se impulsara su desplazamiento. Biscay es el único de los actuales directores del Central que cuenta con aprobación parlamentaria. Los seis restantes, designados por Federico Sturzenegger, están nombrados “en comisión”. Existen, además, otras dos sillas vacantes. La comisión parlamentaria postergó dictaminar sobre la cuestión tras la participación de Biscay y se especula, sin certeza, que volvería a reunirse en una semana para definir si avanza en el procedimiento del dictamen acusatorio. Por ahora, simplemente plantó un nuevo escándalo.   

 La comisión bicameral encargada de analizar el pedido de remoción está conformada por Pinedo (presidente del Senado), los senadores Juan Manuel Abal Medina (Movimiento Evita, randazzista) y Eduardo Aguilar (chaqueño, alineado con el gobernador Peppo), y los diputados de Cambiemos Luciano Laspina (PRO) y Eduardo Amadeo (duhaldista). Los últimos cuatro presiden las comisiones de Presupuesto o de Economía en las respectivas cámaras. La discusión está cruzada por la disputa por cargos en diferentes áreas, incluso en el propio Banco Central. El PRO no hizo pasar por el Senado la ratificación de sus propios directores para no tener que abrir la conducción del BCRA a la designación de otros integrantes por la oposición. Biscay había sido nombrado bajo la gestión de Alejandro Vanoli y a instancias de este último, a quien ya había acompañado durante su paso por la Comisión Nacional de Valores. Anteriormente, el abogado penalista especializado en delitos financieros había tenido actuación en la Procelac, bajo la órbita de Gils Carbó.

 Ahora, desde los sectores del peronismo no kirchnerista se especula con quedarse con alguno de esos espacios como moneda de cambio de esta y otras necesidades del oficialismo. El cuestionamiento a la continuidad de la procuradora Alejandra Gils Carbó también entra en estas especulaciones.

Pedro Biscay es un crítico severo de la política monetaria y cambiaria que orienta Sturzenegger y, en tal sentido, advirtió en sus artículos sobre los altos riesgos a futuro que emanan del creciente nivel de endeudamiento en que incurre el gobierno como consecuencia de esas políticas. Ello le ha valido serios encontronazos en el Directorio del Banco, donde se maneja en solitario. Sin embargo, en corrillos oficiales aseguran que los enojos con Biscay no provienen de Sturzenegger. “No fue él quien pidió la remoción”, aseguran. Y apuntan a la Casa Rosada, donde se habría pergeñado la idea de que Biscay, con los dichos en sus notas, anticipando una crisis, estaría incurriendo en una irresponsabilidad impropia de su cargo. Allí creen haber encontrado los argumentos para su remoción en virtud del artículo 9 de la Carta Orgánica del Banco Central. De hecho, los únicos elementos de prueba mencionados ayer por la comisión en presencia de Biscay, habrían sido las notas periodísticas de su autoría.

 La Asociación Bancaria también sumó su voz al rechazo del desplazamiento del director del Central. “Estamos asistiendo a una feroz ofensiva del gobierno del señor Macri . Lo hace en represalia pues Biscay cuestiona la política desregulatoria del sistema que ejecuta Sturzenegger con complicidad del resto del Directorio”, sostiene el documento sindical que lleva la firma de Sergio Palazzo, secretario general de los bancarios.

 En marzo pasado, Biscay denunció que en una reunión de directores y gerentes, se exhibió una imagen de Florencia Kirchner, cuando la hija de los ex presidentes era apuntada por el juez Bonadío, y uno de los presentes preguntó: “¿Y con ésta, qué hacemos?”. Biscay le dirigió una nota a Sturzenegger en duros términos, advirtiendo que “no es misión del Banco Central investigar a nadie, a lo sumo puede colaborar a pedido de un juez (…). Acá hay una clara situación persecutoria”.