La modalidad de entrega de divisa norteamericana pactada entre la Secretaría de Comercio de Nación y los importadores de bananas, agrupados en la Cámara Argentina de Bananas y Afines (Camabana), continúa generando malestar entre grandes y medianos productores del norte salteño. El dedo en la yaga no lo puso el precio máximo ($5.035) dentro del programa Precios Justos acordado el 7 de diciembre pasado para la caja de 20 kilos de banana ecuatoriana premiun. Fue la facilidad otorgada por el Ministerio de Economía de Nación para que los importadores accedan a dólares a valor oficial en un plazo no mayor a 30 días. Justamente, la relación de los productores argentinos de bananas con esa divisa es diferente. Actualmente no acceden a un dólar diferenciado cuando adquieren insumos productivos.

“Menos la mano de obra, pago todos mis insumos según la cotización del dólar paralelo o blue, no del oficial”, se quejó Fernando Ortiz, que produce bananas sobre una superficie de 120 hectáreas ubicadas en el municipio de Colonia Santa Rosa, en el departamento Orán. “Queremos importar parte del paquete tecnológico como cablecarril para transportar bananas desde cada planta hasta el lugar de acopio y empaque, y no podemos. Lo mismo ocurre con los ecoflex de Brasil (plásticos biodegradables con protección UV y plaguicidas para envolverlas). Sin embargo, autorizan el ingreso de bananas desde otros países y en mejores condiciones que las generales de la ley”, explicó Sebastián Romano, otro productor salteño del fruto tropical que cultiva sobre 160 hectáreas también  ubicadas en el departamento de Orán.

“Los importadores no solamente ingresan banana barata al circuito”, detalló José Luis Checa, presidente de la Asociación de Productores de Frutas y Hortalizas de Salta. “La medida se presta a la sobrefacturación. Pueden declarar cada caja de bananas con algunos dólares de más. Ya no se trata de ganar dinero en la compra y venta de bananas. El negocio es con los dólares”.

Checa aclaró luego que los problemas del sector productivo del norte argentino no son nuevos. “Ningún gobierno cuidó a los productores”. Recordó el bananazo de 2017 durante la presidencia de Mauricio Macri (2015-2019); las conversaciones con el ex ministro de Agricultura de Nación, Luis Basterra, durante la actual gestión de Alberto Fernández; los reclamos del sector al ex secretario de Comercio Guillermo Moreno o el ex jefe de Gabinete Jorge Capitanich, ambos en las presidencias de Cristina Fernández de Kirchner (2007 - 2015), y citó finalmente las demandas realizadas al presidente Fernando De La Rúa (1999 - 2001). Los productores solicitaron a casi todos los gobiernos del período democrático reciente fomentar la producción nacional y mantener políticas públicas de promoción que les aseguren condiciones de estabilidad a largo plazo, para no ser borrados del mapa por cualquier importador con capacidad de ingresar al país una tajada de la sobreproducción foránea del fruto tropical.

Bananazo frente a la Casa Rosada, en 2017 (Imagen: Revista Internos).

Las últimas políticas neoliberales que beneficiaron al sector importador fueron las de Carlos Menem. “En los años 90 se desreguló el mercado de una forma que todavía hoy resulta muy cómoda para ellos. Corremos el riesgo de que uno solo decida inundar el país con bananas baratas y nos funda”, advirtió Checa. “No ocurre lo mismo en países vecinos como Bolivia, Brasil o Chile”. Los mencionó como ejemplos de Estados con políticas proteccionistas respecto al ingreso de productos frescos desde otros rincones del mundo.

Hubo un momento de esplendor en la historia de la producción de bananas del norte salteño. “Hasta la década del 70, nosotros (por los productores del departamento Orán) llegamos a abastacer la demanda del 70% del país. En los 80 teníamos que producir bananas para los argentinos”, relató José Luis Checa en otro tramo de la entrevista. “Por la guerra de Malvinas no entraban barcos al puerto de Buenos Aires. Con Menem, todo eso (por el esplendor bananero norteño) se borró de un plumazo”. Se refería a las bananas de la Dole Food Company, o simplemente bananas Dole. En realidad ya habían llegado a Argentina en los 80, cuando la empresa norteamericana Standard Fruit Company aún no se había reconvertido.

Finalmente abordó la cuestión del lobby publicitario de los importadores. “Nos pasamos años de años abriendo la Revista Gente, consumiendo la banana perfecta que no tiene manchas. Sin embargo, la banana salteña le gana en sabor por lejos”, subrayó. “Los españoles usaron como marca sus bananas manchadas de Islas Canarias, para diferenciar su producto de la banana commoditie. En Argentina, hace falta un (Lionel) Messi en las publicidades que defienda la producción nacional”. 

La pelea simbólica por la banana perfecta en desmedro de la banana manchada tiene larga data. Una publicidad de fines de la década del setenta, cuando José Alfredo Martínez de Hoz era ministro de Economía de la Nación (1976 - 1981), recuerda que el gusto argentino por la banana sin manchas fue construido por el lobby norteamericano.

Datos duros, importadores y banana norteña

El ministro de la Producción de Salta, Martín de los Ríos, opinó que “el dólar diferenciado para importadores o dólar banana, es injusto para nuestros productores. Argentina, con políticas públicas, debería potenciar y promover la banana argentina. Producimos menos del 20% de la banana que se consume. Con un plan estratégico podríamos cubrir el 50% de la demanda nacional”, aseguró el funcionario al ser consultado por este medio.

Las estadísticas que proporciona el Mercado Central de Buenos Aires registraron la presión importadora sobre el precio mayorista de bananas. El 14 de octubre, la caja de 20 kilos de bananas grandes o premium importadas desde Ecuador alcanzó los $5.000. La escalada de los importadores continuó hasta el 14 de noviembre, cuando cada caja con bananas premium de Ecuador se ofertó en el MCBA a $7.500. El precio diferenciado para importadores o dólar banana se pactó el 7 de diciembre y tomó como referencia la banana premium ecuatoriana. Por eso el cajón de bananas se ofertó a partir de esa fecha con un tope máximo de $5.035.

Promoción importadora en el Mercado Central de Buenos Aires.

Argentina produce actualmente el fruto tropical en el departamento Orán (Salta), en Ledesma (Jujuy), y en las provincias de Misiones y Formosa. En total, la superficie no supera las 9.500 hectáreas. Entre Formosa y Salta concentran la mayor parte de los cultivos. Se calcula que la producción genera un puesto de trabajo por hectárea durante 12 meses. Aunque el cultivo de banano se remonta a fines del siglo XIX, los cultivos intensivos datan de la década de 1950.

El país importa bananas por lo menos desde 1961. La serie histórica más larga de importación del fruto la proporciona el departamento de estadísticas de la Organización para la Alimentación y la Agricultura de Naciones Unidas (FAOSTAT por sus siglas en inglés). La base de datos no informa sobre la importación y producción de bananas durante los dos quinquenios peronistas (1945-1955), un período clave para saber si ese desarrollo productivo tuvo un período orientado por políticas públicas. El Censo Nacional Agropecuario de 1952 (disponible en la biblioteca digital del INDEC) no relevó información sobre la producción, importación o consumo del fruto tropical en los años peronistas.

(Fuente: FAOSTAT).

El promedio de consumo anual de bananas por argentino ronda los 12 kilogramos. El dato suelto aparece en un informe sobre producción de bananas elaborado por Ivana Colamarino para la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca. Permite argumentar que el consumo de bananas en Argentina supera la media mundial establecida por la FAO en casi 11 kilogramos por habitante al año. Sin embargo, si se divide los millones de kilos de bananas importados desde 1961 hasta 2022 sobre la población argentina en el mismo período, se aprecia la escasez anual de esa fruta alimenticia para buena parte de la población nacional.

Kilogramos de bananas consumidas por habitante del país promedio entre 1961 y 2021 (Fuente: FOASTAT).

Entre los productores salteños consultados, las ventajas para producir bananas en Argentina son varias: no hacen falta millones de dólares para abastecer el mercado nacional; genera mano de obra todo el año; se consume un producto fresco más sano porque en el norte subtropical salteño las plantaciones de bananas están libres de hongos. Es decir, no se encuentran sometidas a aplicaciones excesivas de agroquímicos, como sí ocurre con las bananas que se producen en zonas tropicales del mundo que requieren dosis diarias de productos nocivos para la salud humana. 

Desde 1994, una resolución fitosanitaria de la Secretaría de Agricultura Ganadería y Pesca (99/94) restringe el ingreso de bananas del exterior a las provincias de Salta y Jujuy. En algún momento incluyó Tucumán, pero durante la década del 2000 esa provincia se retiró del acuerdo por no ser productora. En 2005, la resolución 520 del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) extendió la exigencia a las provincias de Formosa y Misiones.

Bananas de pequeños productores organizados

“¿Les afecta el dólar oficial diferido para importadores?”, le consultó este medio a José Fariña, productor de banana de la Comunidad Kolla de Río Blanco (Orán). “La finca es agroecológica. Cero químico y no juego con el dólar”, respondió casi telegráficamente. “Nosotros hacemos ventas locales y para el mercado comunitario originario”. Argumentó así la escasa incidencia de la divisa norteamericana en su cadena de producción y comercialización.

Productores de banana de Orán (Imagen: Gentileza UTT).

“Hay empresas grandísimas (por Salvador y Miguel Muñoz, uno de los principales productores salteños, otro es Ariel Tuma) a quienes seguramente el dólar diferenciado los afectó, más que nada por la mercadotecnia y el uso de agroquímicos”, explicó. Los incendios en el departamento Orán diezmaron una parte de su plantación de bananas en la comunidad kolla. “Replantamos y refallamos (reemplazar plantas) para seguir produciendo”, resumió. El fuego también consumió parte de la biofábrica. Allí generaban diversos productos agroecológicos que sustituyen los agroquímicos. Los bananeros de la UTT (Unión de Trabajadores de la Tierra) de Orán mantuvieron el precio del cajón de 22 kilos de bananas –al menos hasta finales de diciembre de 2022- a $1.000 en cada finca. “Nuestras bananas son ricas y sabrosas”, continuó Fariña. “No hacemos banana larga porque vendemos por docena, no por kilo. Tampoco somos proveedores de supermercados porque ellos buscan productos frescos por la estética”.

Darío Moreno, referente de la UTT de Orán, está a cargo de la comercialización de bananas y otros alimentos frescos a los Almacenes de la UTT distribuidos principalmente en Buenos Aires. “Nuestra primera experiencia comenzó con el envío de 360 cajones por julio de 2020”, contó. “Nos organizamos recolectando bananas de distintos productores”, detalló. Las bananas norteñas se hicieron famosas en los bolsones de 5 y 7 kilogramos que oferta y distribuye la red de Almacenes UTT. “Hasta el día de hoy, enviamos parte de nuestra producción todos los martes y viernes. Creció muchísimo”, aseguró Moreno. Los pequeños productores agrupan 260 familias. Además proveen con alimentos frescos su feria en San Ramón de la Nueva Orán. Para 2023 planean abrir un Almacén mayorista en Salta capital para competir en el mercado mayorista de la capital salteña.

La participación de los productores bananeros de la UTT de Orán en los almacenes de Buenos Aires los conectó con los valores de referencia de los importadores de bananas del Mercado Central. “Ahí caemos todos en la misma bolsa”, aseguró Darío Moreno. “La última banana barata que entró al Mercado Central de Buenos Aires fue de Paraguay. Ese valor de referencia bajó nuestro margen de ganancia por cajón”. El 29 de diciembre la banana paraguaya (mediana) por caja de 22 kilos se vendió en el MCBA a $3.000, mientras que el cajón de banana salteña (de grandes y medianos productores) se ofertó a $2.800.

Mientras el Ministerio de Economía de la Nación favorece a los importadores, el Ministerio de la Producción de Salta aún no contempla como productor de banana a los de pequeña escala. Pero las bananas argentinas aguardan su pequeña revolución: ganarle una tajada al mercado importador, y superar la herencia simbólica, estética y neoliberal de la banana con pecas.