Vacaciones: la colonia, la tablet, el streaming de turno, los juegos al aire libre, pero también la lluvia, los “apagá la tele”, “largá la Play”, “entrá que hay mucho sol”. Y en medio de todo eso, la lectura puede ser un remanso tanto para les pibes como para sus mapadres. Y la historieta tiene su gancho ahí: no la asocian a la escuela, si se copan con los dibujos se tiran a copiarlos, es accesible y, además, divertida. Aunque la historieta para las infancias tuvo que remarla en pandemia y es un subsector al que le costó más la recuperación, afortunadamente hay muchas opciones para que se porten “los Reyes Magos”. Más allá de clásicos incombustibles, como Lucky Luke, Astérix o Los pitufos (publicados por Libros del Zorzal y Editorial Merci, respectivamente), que hablan del buen momento de la historieta franco-belga en la Argentina, también hay mucha producción local. Aquí Página/12 hace un repaso de estos últimos lanzamientos.

Escuela de Monstruos

Si hay un clásico contemporáneo en la historieta infantil, es esta creación de El Bruno (Mauro Serafini) para la extinta Billiken. Con el detalle de que siguió produciéndola y que ya Pictus Editora una docena de tomos recopilatorios. Esto la convierte en una de las series actuales más prolíficas. Además, la creación de El Bruno se volvió tan popular que hasta hay una pregunta relacionada con ella en la última edición del clásico juego de mesa Carrera de Mente. Acá el autor juega con la idea de una escuela para niños-monstruo, pero protagonizada por un niño “normal”, pero excepcionalmente travieso.

Sr. Unicornio

Angélica del Campo se mostró hace poco en una novela gráfica juvenil junto a Liniers. Al chileno Alberto Montt se lo conoce más por su trabajo como corrosivo humorista gráfico. Aquí hacen dupla con un libro que apela a los costados más ácidos de las infancias. El protagonista es un unicornio con mala leche que se enfrenta a la fuerza del cariño. Y aunque tiene un infrecuente humor negro para la media de los libros para niños, funciona. Publicó Editorial Común.

Gala y Gibbs

Una de aventuras espaciales que funciona muy bien es esta novela gráfica de Matías di Stéfano y Marcos Vergara. Un mono, piloto de naves espaciales, es capturado por una especie alienígena y tiene que encontrar el camino de regreso a su base mientras descubre intrigantes misterios sobre el pasado de su especie. Coeditado por Loco Rabia, dentro de su colección “Loquillos”, y Los Aspirantes.

¡Viva la evolución!

La colección Grandes Historietitas, de la editorial Maten al mensajero y coordinada por Grisel Pires dos Barros, tiene un perfil que combina entretenimiento y pedagogía. En esta entrega la autora uruguaya Maco encara uno de los hits indiscutidos del público infantil (y no tanto, también): los dinosaurios. De lectura ágil, divertida, con la autora hablándole directamente al lector, Maco rompe la cuarta pared, rompe dinosaurios y rompe todo, pero sobre todo da una gran lectura para los pibes que les encantan estos bichos, pero se aburren con los típicos suplementos y colecciones enciclopédicas.

La saga de los distintos

El mendocino Chanti es un autor muy prolífico, pero se hace evidente en esta serie de libros que es aquí donde está poniendo su corazón y donde está intentando plasmar sus valores morales. Aunque apunta a los más pequeños, tiene bastante texto, así que se recomienda el acompañamiento de los mayores en su lectura, cosa de también poder poner en perspectiva las peripecias de estos animales que terminan muy lejos de sus hábitats y se enfrentan a la incomprensión de las otras especies. Lleva publicados tres volúmenes (de un total de cuatro) a través de Planeta Junior.

Aunque excede a lo publicado en 2022, vale destacar otra publicación de LocoRabia, que es la antología Pumbapá. Recientemente galardonada en los Premios Banda Dibujada, es la persistencia de una idea que tenía Diego Cortés, editor de Llanto de Mudo, y que quedó trunca con su muerte. Algunos autores retomaron el proyecto y conformaron este volumen que reúne a varios exponentes notables de la historieta infanto-juvenil.