La cantidad de locales vacíos en las principales zonas comerciales de la Ciudad de Buenos Aires se redujo a la mitad en el último bimestres de 2022 respecto de igual período de 2021, así lo informó un relevamiento de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) difundido el martes. En concreto, entre noviembre y diciembre de 2022 se detectaron un total de 205 locales en venta, alquiler o cerrados en las áreas relevadas, lo cual representó una caída del 47,6 por ciento. Es un indicador de que la actividad comercial recuperó dinamismo en los últimos meses del año, un fenómeno que en parte se explica por el mundial de futbol y las políticas del gobierno orientadas a mantener el consumo.

De igual forma, en la comparación con el bimestre inmediatamente anterior, el correspondiente a septiembre-octubre de 2022, mermó la cantidad de locales vacíos en un 28,6 por ciento ya que entonces la misma había sido de 287. Las principales avenidas, o “arterias comerciales”, que releva el informe de la CAC son Córdoba, la peatonal Florida, Pueyrredón, Cabildo, Santa Fé, Corrientes, Rivadavia y Avellaneda. En todas ellas se registraron caídas respecto al bimestre anterior, excepto en el tramo de la Avenida Avellaneda del 2.800 al 3.800.

Por otro lado, en la comparación respecto a igual bimestre de 2021, la Avenida Pueyrredón registró un incremento de locales vacíos, lo cual resulta llamativo en tanto fue uno de los centros comerciales más concurridos durante el período del mundial: de todos modos aumentaron 5,3 por ciento interanual los locales vacíos, una magnitud poco significativa. En tanto, los centros comerciales más dinámicos, a juzgar por el relevamiento de la CAC fueron las avenidas Cabildo (4800-5500), Corrientes (200-6800) y la peatonal Florida, donde se registraron las mayores caídas de locales vacíos.

Cabe notar que a mediados de 2022 el consumo masivo, principalmente en supermercados y centros mayoristas, empezó a mostrar señales de estancamiento, según el relevamiento de consultoras especializadas. La inflación, que se había acelerado en julio, empezaba a tener impacto sobre el patrón de gasto de los hogares. Sin embargo, datos más actualizados al mes de noviembre informaban un repunte de las compras minoristas de bebidas, con alcohol y sin alcohol, y otros alimentos frescos asociadas al mundial.

También el gobierno tomó nota de los efectos recesivos de la inflación y hacia fin de año lanzaba una serie de bonos para compensar la pérdida de los ingresos. Fue el caso del “IFE 5” financiado por el “dólar soja I” y destinado a los sectores más vulnerables de la sociedad, por un valor de 45.000 pesos a pagarse en noviembre y diciembre. Las y los jubilados también percibieron un bono de entre $7.000 a $10.000 liquidado en diciembre. La Tarjeta Alimentar aumentó 40 por ciento a partir de enero y también subió el mínimo no imponible del Impuesto a las Ganacias, que pasó a abarcar a quienes cobran algo más de 400.000 pesos a partir de enero. Por último el bono de 24.000 pesos para trabajadores registrados de bajos ingresos y de 30.000 para estatales.

Muchos sectores sociales y políticos cuestionaron estas medidas por insuficientes o por haber sido lanzadas con bastante demora y, además, por el hecho de que los bonos no se suman a paritarias: el trabajador, activo o pasivo, ve aumentar los ingresos un mes y disminuirlos al otro. Aún con todo, fueron medidas que permitieron paliar los efectos recesivos de la aceleración inflacionaria. A estas se sumaron los programas de compras en cuotas como el Ahora 30 para electrodomésticos y el más reciente Ahora 10 para celulares, y varios acuerdos de precios –con marcas deportivas de calzado, prendas de vestir, electrodomésticos, etc.- para proteger el bolsillo de los consumdiores.

Por último, en relación al informe de la CAC cabe mencionar que, excluyendo a los locales cerrados, se observó una mayor variación entre los locales ofrecidos en alquiler versus los que están en venta: estos últimos no mostraron cambios respecto del bimestre anterior aunque sí un descenso del 33,3 por ciento en comparación con noviembre-diciembre de 2021. En tanto los locales en alquiler registraron una baja del 19 por ciento bimestral y otra interanual del 54,9 por ciento.