América Latina presenta un reto central de cara al futuro y está ligado con la reducción de las desigualdades en el plano del género, la edad y el territorio. No basta con incorporar estos temas al debate público, sino que es necesaria la implementación de políticas concretas y planificadas. La problemática vinculada a los cuidados se incorporó en las agendas de gobiernos de la región producto de un esfuerzo articulado de los movimientos, la academia y las organizaciones feministas, así como también de actores o actrices del sistema político comprometidos para transformar esta realidad.

Los resultados preliminares de la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo 2021 hablan por sí solos: las mujeres dedican en promedio 6,4 horas diarias al trabajo doméstico, lo que representa un aporte del 15,9 por ciento al Producto Bruto Interno (PBI) e impacta de forma directa en la postergación de sus estudios, en sus proyectos de vida y  oportunidades laborales.

Desde el Ministerio de Obras Públicas de la Nación (MOP), un sector históricamente masculinizado y ajeno a la planificación de políticas que incluyan las necesidades y perspectivas de infancias, adolescencias, personas mayores y con discapacidad, y de las mujeres, se requiere avanzar en un cambio disruptivo para diseñar un plan de obra pública que construya una sociedad del cuidado para todas y todas.

El cuidado es un trabajo, una necesidad y un derecho. Es por esta razón que avanzamos en la consolidación de políticas innovadoras respecto a la Infraestructura del Cuidado, es decir, garantizar el bienestar y ejercicio efectivo de los derechos de quienes reciben y brindan cuidado.

El MOP dio pasos concretos que expresan lo novedoso de esta experiencia y asumió compromisos tangibles para la construcción de una sociedad del cuidado que merecen ser valorados y visibilizados para expandir y consolidar la política a nivel regional y federal. Destaco tres puntos claves para profundizar esta agenda en las áreas de obra pública de la Argentina (nacional, provincial y municipal) y de los países latinoamericanos: crear políticas de inversión para obras del cuidado, comprometiendo una proporción del presupuesto para ello, la incorporación de datos al proceso de toma de decisión, y el alcance federal de las políticas.

Inversión en infraestructura del cuidado

Una de las grandes particularidades en este cambio de paradigma subyace en el compromiso asumido por parte de la gestión encabezada por Gabriel Katopodis y encolumnado dentro de los planes de acción llevados a cabo por el gobierno nacional en la asignación de recursos en pos de reducir estas brechas. Con la creación del Programa de Infraestructura del Cuidado (Resolución 59/2021) en agosto del 2021 por parte del Ministerio de Obras Públicas de la Nación, se avanzó en el compromiso de otorgar un 8,5 por ciento del presupuesto anual a este área, aunque se superó esta expectativa: 10,4 por ciento ejecutado en 2021 y 10,47 por ciento a noviembre de 2022.

Se trata de un proceso inédito en la región. No es habitual que las administraciones públicas prioricen una agenda que tenga en cuenta la distribución desigual del trabajo de cuidados, la reducción de las brechas de género, edad y territorio y la pobreza de tiempos, entendida como aquella instancia en la cual no se cuenta con el tiempo suficiente para distribuirlo entre trabajo remunerado y actividades no productivas, tales como el estudio, la convivencia social u otras necesidades fisiológicas.

Incorporar esta clase de políticas tiene un impacto directo en la vida de las personas afectadas, especialmente entre mujeres y colectivos LGBTI+, y al lugar al cual se invierte. El desafío de repensar la obra pública en función de problemáticas instaladas en la sociedad le da una perspectiva integral a la administración pública, ya que de otro modo se dejarían de lado aspectos centrales para la dinámica de las comunidades.

Datos abiertos y planificación 

Otra de las claves para entender este proceso tiene que ver con la incorporación de datos estadísticos abiertos en la planificación, un eje muy poco presente en las experiencias recientes en América Latina y en la gestión de los estados. Hicimos énfasis en el análisis de las brechas de inversión, es decir, la creación de índices para priorizar la inversión, la estimación de personas beneficiarias y la creación de empleo que generan las obras públicas.

Un ejemplo claro es el Índice de Inequidades en la Primera Infancia, que permite conocer las regiones y las localidades del país con mayor desigualdad para priorizar la inversión de los Centros de Desarrollo Infantil (CDI) a partir de criterios socioeconómicos, demográficos, de género, y generacionales. Por ejemplo, el 43,2 por ciento de las obras y proyectos de CDI se localizaron en el Norte Grande a raíz del resultado de datos que demuestran el estado crítico que presenta esta región del país.

La puesta en acción de estas políticas marcan el horizonte que traza esta gestión y la diferenciación con otros modelos que se sucedieron a lo largo de la historia de nuestro país: promover un marco de libertad y garantizar derechos para la toma de decisiones de las familias, para que las mujeres obtengan mayor autonomía y se reduzcan las brechas de desigualdad.

Las políticas de Infraestructura del Cuidado también permiten ampliar las fronteras de la participación y el control de la ciudadanía, una novedad para la región en términos de transparencia en obra pública. Mapa Inversiones es una plataforma de datos abiertos creada junto al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que permite monitorear en tiempo real el estado de las inversiones del Ministerio de Obra Pública de la Nación. 

La ciudadanía tiene acceso a obras y proyectos vinculados con la Infraestructura del Cuidado y las comunidades pueden denunciar, realizar comentarios, subir fotos y videos acerca de los diversos proyectos. En Mapa Inversiones se puede dar cuenta que 1 de cada 10 obras del MOP son de Infraestructura del Cuidado, lo cual también se refleja en la asignación presupuestaria a esta tipología de obras.

Federalismo y transparencia

El alcance federal de estas políticas es otro de los ejes fundantes en torno al desarrollo de la Infraestructura del Cuidado. A lo largo de 2022, se realizaron seis Jornadas Federales del Observatorio de la Obra Pública en diferentes puntos del país, organizadas de manera colaborativa entre la Dirección Nacional de Transparencia del MOP y los gobiernos provinciales y locales. Los objetivos de estos encuentros son generar aportes conjuntos y construir agendas de trabajo colectivas para impulsar políticas y herramientas de Transparencia, Participación y Control Ciudadano a nivel local.

Los y las participantes visitaron las obras realizadas en el territorio vinculadas a Infraestructura del Cuidado, tales como Centros de Desarrollo Infantil, Centros Territoriales Integrales de Políticas de Género y Diversidad, infraestructura sanitaria, como así también intercambiaron con las personas que están a cargo de su construcción o actual funcionamiento (trabajadores, trabajadoras, familias y comunidades). San Martín, Provincia de Buenos Aires; Ushuaia, Tierra del Fuego; Paraná, Entre Ríos; San Miguel de Tucumán, Tucumán; Resistencia, Chaco y Concordia, Entre Ríos fueron los espacios de intercambio en 2022 con la ambición de llegar al resto de los puntos del país en el año entrante.

Pensar en Infraestructura del Cuidado requiere ampliar el horizonte y tener en cuenta una mirada federal. Junto con los avances en materia de innovación y transformación digital, así como en relación al estudio de las brechas a cerrar.

Sobre estos aspectos avanzó en estos tres años el Ministerio de Obras Públicas de la Nación. No son hechos aislados: impulsamos políticas concretas basadas en la evidencia, con alcance nacional y al servicio del control y la participación ciudadana. Todas las personas necesitamos ser cuidadas en algún momento de nuestra vida, al mismo tiempo que cuidamos a familiares, amigos, amigas y seres cercanos en otras instancias. La desigualdad en materia de género se ve plasmada con claridad en la dificultad que presentan las mujeres a la hora de desarrollarse en el plano personal y profesional. Frente a este panorama, creemos firmemente desde el gobierno nacional en la necesidad de trabajar para reducir de manera constante una brecha histórica en nuestra región.

Es necesario que las agendas feministas y progresistas, que han tenido una gran centralidad en los debates públicos de la región en los últimos años, contribuyan con sus miradas y experiencias a fortalecer las políticas de Infraestructura del Cuidado a raíz de su efecto multiplicador en la reducción de desigualdades. Pensar de manera articulada estrategias concretas vinculadas a garantizar el derecho al cuidado es un horizonte a trazar para que desde la gestión pública se apuesten por políticas que reconozcan, reduzcan y redistribuyan. Hoy, la Infraestructura del Cuidado es parte insoslayable de dicho camino.

No sólo se trata de cambios culturales y simbólicos, sino de transformaciones distributivas y materiales. Estos cambios deben profundizarse y consolidarse. Difícilmente sean parte de agendas conservadoras, ligadas al ajuste y cercenamiento de los derechos, y definitivamente integran la agenda de gobiernos peronistas para el siglo XXI.

*Especialista en Políticas Sociales. Doctoranda en Ciencias Sociales, Magíster en Administración y Políticas Públicas y Politóloga. Directora Nacional de Transparencia del Ministerio de Obras Públicas.